Enfermedades y plagas comunes en plantas de Interior: identificación y trucos efectivos para combatirlas
Descubre cómo identificar las principales amenazas para tus plantas de interior y aprende las mejores estrategias para mantenerlas saludables y protegidas.
Tener plantas de interior en casa tiene muchas ventajas para tu hogar. Por un lado, ofrecen un entorno más saludable, purifican el aire, regulan la temperatura y la humedad y pueden actuar como aislante térmico y acústico. Pero, además, tener y cuidar de las plantas es un hobby con muchos beneficios para la salud, ya que reducen el estrés, mejoran la concentración y la creatividad, así como la salud cardiovascular, disminuye la presión arterial, mejora la sensación de bienestar y aumenta la autoestima. ¿Se puede pedir más?
Pero cuidar de las plantas no solo implica regarlas o colocarlas en una ubicación donde reciban la luz adecuada. También hay que saber detectar y tratar a tiempo las plagas y enfermedades que pueden afectar a las plantas de interior. Y es que, los espacios cerrados son el caldo de cultivo perfecto para plagas como la cochinilla, el pulgón o los hongos, que pueden propagarse rápidamente si no se actúa a tiempo. Para ponértelo un poco más fácil, te presentamos los problemas más habituales que afectan a las plantas de interior, cómo identificarlos por sus síntomas y, sobre todo, cómo eliminarlos con tratamientos naturales y eficaces. Prevenir, actuar a tiempo y conocer bien cada caso es clave para mantener tus plantas de interior sanas, muy verdes y vigorosas.
Una de las plagas más comunes en plantas como el ficus, el poto o las suculentas es la cochinilla algodonosa. Es fácil de apreciar en tus ejemplares: si notas pequeños bultos blancos parecidos al algodón en hojas y tallos, tu planta podría tener cochinillas. Estas plagas chupan la savia, debilitando el crecimiento y provocando hojas amarillas o deformadas.
Para recuperar la planta, debes comenzar retirando las cochinillas con un bastoncillo empapado en alcohol. Después pulveriza la planta con jabón potásico diluido en agua tibia. Otra solución efectiva y ecológica es el aceite de neem, que actúa como repelente y elimina huevos y larva. La constancia es clave para erradicarlas del todo.
Una de las plagas silenciosas que pueden afectar a tus plantas de interior es la araña roja. Esta plaga no se ve fácilmente, pero sus daños sí: hojas secas, punteadas o con telarañas finas entre los tallos. Además, se propaga con rapidez, especialmente en ambientes secos y cálidos, debilitando la planta si no se controla. De hecho, es importante actuar frente al primer síntoma.
Para evitar su aparición sube la humedad ambiental con pulverizaciones de agua y recurre a un acaricida biológico. También puedes usar infusión de ajo para prevenirla de manera natural. Es común en palmas, crotones o calateas.
Los pulgonesse agrupan en brotes nuevos de las plantas y succionan la savia, provocando deformaciones. Y no solo eso, sino que su aparición muchas veces conlleva también que la planta sufra el hongo negrilla, ya que los pulgones segregan una melaza que favorece su aparición.
Para eliminarlos, pulveriza una mezcla de agua con jabón potásico o aplica una mezcla casera de agua con unas gotas de vinagre y aceite vegetal. Puedes sacar las plantas a la terraza y el balcón para que el pulgón se vea atacado por las mariquitas, depredadores naturales muy eficaces de este insecto. También se recomienda eliminar las hojas muy infestadas para evitar una reinfección. Una poda ligera y el refuerzo con fertilizantes orgánicos también ayudan.
Hongos por exceso de riego (fitóftora y pudrición de raíz)
Si tu planta comienza a marchitarse sin razón aparente, con el tallo negro o blando en la base, es probable que sea pudrición de raíz. Esta enfermedad por hongos, como la fitóftora, aparece por un exceso de humedad o una mala ventilación.
Aunque es difícil de recuperar una planta con hongos por un exceso de riego, puedes sacar la planta de la maceta, cortar las raíces dañadas y trasplantarla a sustrato nuevo y bien drenado. Te recomendamos que uses canela en polvo como fungicida natural.
Para evitarlo más adelante, riega solo cuando el sustrato esté seco al tacto y elige siempre macetas con buen drenaje para evitar que vuelva a aparecer.
Estos pequeños insectos negros pequeños que revolotean cerca de tus plantas pueden afectar a la salud tu planta. Asimismo, sus larvas dañan las raíces jóvenes. Suelen aparecer por un sustrato demasiado húmedo o mal aireado.
Para solucionarlo, deja secar bien la capa superior del sustrato entre riegos y coloca trampas amarillas adhesivas para controlar a los adultos. También puedes añadir una capa de arena o grava fina sobre la tierra, lo que evitará que las hembras depositen huevos. El riego con infusión de manzanilla actúa como repelente natural. Esta plaga es molesta, pero fácil de contener si actúas pronto.
Si en tus plantas de interior aparecen unas manchas blancas o grisáceas en las hojas, con textura de polvo, es que está siendo víctima de un ataque de oídio. En cambio, si las manchas son aceitosas o amarillas, es el hongo mildiu el que está atacando a la planta. Ambos hongos tienen el mismo origen: una humedad alta sin buena ventilación.
Para tratar de aplacar esta enfermedad, retira hojas afectadas, lo que mejorará la circulación de aire, y aplica cola de caballo o bicarbonato diluido en agua como tratamiento natural. Asimismo, evita mojar las hojas al regar. Estas enfermedades son comunes en plantas como begonias, albahacas y geranios.
Los trips son insectos alargados que raspan la superficie de las hojas, dejando manchas plateadas o marrones en las hojas de tus plantas. Además, debilitan brotes y pueden transmitir virus. Si quieres saber si tu planta se ha visto afectada por esta plaga, sacúdela para comprobar su presencia y elimina las hojas más dañadas.
Puedes aplicar también aceite de neem o insecticidas ecológicos con piretrina. Emplea una trampa adhesiva azul para monitorear la plaga. Un consejo: mantén la planta fuerte con abonos ricos en potasio, cuanto más saludable esté, menos vulnerable será.
Si las hojas de tus plantas se ponen amarillas, pero los nervios permanecen verdes, lo más seguro es que sufra clorosis por falta de hierro. Esto suele deberse a que el pH del sustrato es demasiado alto o se han realizado riegos con agua muy calcárea.
Usa quelatos de hierro o añade posos de café al sustrato para corregir el problema de forma natural. También puedes poner un clavo oxidado en el sustrato y regar con agua reposada con unas gotas de vinagre para bajar el pH. Es esencial para plantas como hortensias, ficus o helechos.
La botrytis aparece como un moho gris sobre las hojas y los tallos de tus plantas, así como sobre las flores marchitas. Es bastante común en plantas que se encuentran en ambientes fríos y húmedos con poca luz. Para tratarla, elimina rápidamente las zonas afectadas y mejora la ventilación. También evita pulverizar las hojas y reduce el riego al mínimo necesario. Puedes espolvorear canela o preparar una mezcla de agua con extracto de ajo para frenar la infección. Es frecuente en orquídeas, violetas africanas y anturio. Evita dejar restos, como hojas muertas o flores en la maceta, ya que fomentan su aparición.
Si alguna de tus plantas de interior presenta manchas negras en hojas, puede ser señal de estrés térmico: demasiado sol directo o corrientes frías. Este tipo de daño no es infeccioso, pero compromete la salud de la planta.
Mueve la planta a un lugar con luz indirecta y temperatura estable. Recorta las hojas dañadas para favorecer nuevos brotes. Consejo: rocía las hojas con agua templada y aplica un fertilizante suave para ayudar a la recuperación.