Aunque el maximalismo ha destronado al minimalismo, al llegar el buen tiempo, el estilo rústico se hace un hueco entre las tendencias de decoración por su capacidad para convertir tu hogar de la ciudad en un remanso de paz, con el encanto del campo, como el que posee esta vivienda que alquila Viu Empordà. Eso sí, no estamos hablando del rústico tradicional, oscuro y algo antiguo, ni del 'cottage' o la campiña inglesa, sino del moderno (el 'new'). Una estética que te permite actualizar una casa de pueblo o aportar autenticidad y encanto a un piso urbano.
Sin olvidar que estamos en un momento de vuelta a las raíces, donde el espíritu de esta decoración, nacida en el campo, es perfecta. Esta actualización pone el acento en la naturaleza, el confort y el alma de los espacios, mediante el uso de materiales naturales, como la madera o la piedra; los colores naturales, con el blanco a la cabeza; y la mezcla equilibrada, entre otros. Descubre cómo incorporarla en tus interiores, rejuvenecida y fresca, pero con su esencia original.

Usa materiales naturales
La madera, la piedra, la arcilla y las fibras naturales, como el ratán o el mimbre, son materiales ideales para crear un ambiente rústico moderno. Además de favorecer atmósferas más cálidas y apetecibles, que no calurosas, poseen la cualidad innata de favorecer la sensación de hogar.
Para rejuvenecer y no echarle años encima a la estancia, alíate con maderas en tonos claros, más en sintonía con la estética nórdica que con la típica casa de pueblo. Y busca la calma y el encanto de los elementos de fibras vegetales, desde cestos hasta lámparas de techo. En esta propuesta de Arenaa, las butacas frente a la chimenea (otro 'must' de lo rústico), las contraventanas y las piezas principales se alían con lo natural, creando un salón sencillo y confortable, donde relajarse y disfrutar.

Integra los elementos estructurales
Uno de los aciertos de este 'new' rústico es su capacidad para reinventarse y actualizarse, sin perder su esencia original, esa que habla de la belleza de lo auténtico. Una de las maneras de lograrlo es respetando las paredes en piedra o las vigas de madera del techo que potencian, mediante las texturas el contraste, su lado más rústico y chic. En este dormitorio, diseñado por Terraza Balear, además, favorecen la intimidad del espacio y crean un refugio atemporal, donde el lujo silencioso encuentra un buen compañero decorativo.

Favorece una distribución abierta
Las tendencias actuales apuestan por las distribuciones abiertas, que favorecen la comunicación entre las estancias, amplían los metros, permiten la circulación de la luz y potencian la vida familiar. Si la cocina y el comedor son las dos estancias principales de una casa de campo, lo ideal sería abrirlas al resto de la vivienda y modernizar su organización.
En esta propuesta de la interiorista Carme Carretero, la cocina con comedor se abre al salón y este, a su vez, al exterior. El resultado es un espacio moderno y acogedor, donde el color blanco y los materiales naturales, como la madera de la mesa, las baldosas de barro blanco (de todobarro) o el cuero vegetal de la lámpara de Let's Pause, contribuyen a generar sensación de tranquilidad y equilibrio.

Apuesta por el blanco
Si algo tiene el estilo rústico moderno es su claridad. Frente a la madera oscura y las estancias algo tristes e, incluso, asfixiantes de las casas de campo tradicionales, es el momento de la luz. Y no hay mejor color que el blanco para crear ambientes luminosos y amplios. Juega con él en paredes y techos, pero también en las piezas de mobiliario principal. En esta cocina impoluta y abierta, de Tine K Home, lo rústico se acerca a la estética nórdica, logrando una atmósfera más apetecible, moderna y, por supuesto, llena de luz.

Di sí a la mezcla equilibrada
El nuevo rústico se puede adaptar a diferentes interiores y contextos. Así, es posible mezclar piezas y elementos rústicos con otros más modernos y crear, así, un 'look' único y personal. La clave está en el equilibrio, en mantener la esencia del lugar y la sencillez de formas, pero incorporando una pizca de atrevimiento, que aporte dinamismo y juventud.
Este salón, obra de la interiorista Marta Castellano-Mas, combina acabados en bruto, como la pared de ladrillo y techos abovedados que refuerzan la sensación de autenticidad, con una decoración con aire industrial, donde destaca un sofá tapizado con fibras naturales, una mesita negra, a juego con la chimenea y la leñera, una fotografía…

Potencia la vida alrededor de la mesa
En las casas de campo, y ahora también en las urbanas, la vida suele girar alrededor de la mesa de comedor. Tanto en la cocina como en el comedor propiamente dicho, esta pieza tiene la función de reunir a la familia a la hora de las comidas, pero también mientras se cocina, se toma el café, se practican juegos de mesa o se hacen los deberes o ciertas tareas del trabajo.
Debe ser amplia, para que entremos todos, estar bien iluminada y contar con sillas cómodas, que no hagan que eches de menos al sofá. La de esta casa de alquiler de Viu Empordà cumple todos los requisitos. Además, ocupa una posición central en la distribución del espacio, para que no haya dudas sobre su papel estelar.

Procura que lo viejo y lo nuevo convivan
Y deben hacerlo de forma natural. Para ello, y para no perder su carácter auténtico, realza el valor de lo existente y establece un lenguaje visual, donde lo viejo y lo nuevo queden integrados. Evita soluciones drásticas o contrastes, que evidencien las diferencias entre ambos y favorece la continuidad. Como este proyecto del estudio de arquitectura ARQUID, donde las puertas de roble y hierro lacado en negro se han diseñado específicamente para recrear las entradas de los establos, haciendo un guiño al origen de la casa.

Da una pincelada de color
Aunque el blanco es el color del rústico moderno, esto no significa que no exista sitio para otras tonalidades. Evidentemente, no hablamos de incorporar tonos que 'oculten' la base blanca, sino de dar toques que aporten personalidad y aumenten la calidez. Abre las viejas y oscuras cortinas y juega con el color en complementos o textiles. En esta propuesta, fruto de la colaboración de Sarah Poniatowski con Mobalpa, la interiorista reinventa una casa de madera, gracias a una distribución que conecta cocina, comedor y salón y a una paleta cromática, donde la madera se adereza con pinceladas verde oliva y azul.

Comunica el interior con el exterior
La casa actual, tanto en el campo como en la ciudad, abre las puertas al exterior, dejando que entre dentro la frescura, el verde y la amplitud de los espacios al aire libre. Por eso, opta por grandes ventanales, que hagan más fácil esa comunicación, y no pongas elementos de mobiliario o cortinas que obstaculicen, de alguna manera, el paso de la luz. Los visillos de la colección Galway de Les Crèations de la Maison, en lino y lana, son perfectos para una perfecta transición, gracias a sus tonos neutros, ligereza y diseño minimalista.

Incorpora obras de arte contemporáneo
Las obras de arte contemporáneo te ayudarán a 'refrescar' el ambiente, al mismo tiempo que proporcionarán un golpe de efecto. Evidentemente, no estamos hablando de marinas ni de paisajes bucólicos, tampoco de marcos recargados y dorados, sino de cuadros y esculturas de gran tamaño, llamativas por concepto o por colores. Para reforzar aún más el efecto, prueba a colocarlas en lugares poco habituales.
Apoyada sobre un mueble, como en esta propuesta, logra romper la sencillez decorativa y multiplicar la sorpresa y el encanto. El banco de Hannun, una pieza básica en las casas de campo, adopta aquí otra función como balda, aportando carácter y un toque moderno.