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Salón comedor con techo de vigas blancas© Belén Ferrandiz

Reformas

Una casa de pueblo de 300 m² en Pedraza: tres plantas y una decoración que reinterpreta el estilo rústico tradicional

La interiorista Belén Ferrandiz firma la rehabilitación de esta vivienda, que estaba prácticamente en ruinas. Y el resultado no puede ser más espectacular.


31 de marzo de 2025 - 11:52 CEST

Situada en el pueblo de Pedraza, esta casa ha pasado de generación en generación. La construcción original data de hace siglos y, aunque las cubiertas habían sido rehabilitadas, el interior estaba en un estado de ruina total: sin forjados, con vigas deterioradas y un suelo de barro que no pudo recuperarse. Sin embargo, a pesar de su deterioro, la esencia tradicional seguía presente en elementos como los muros de piedra, la gran chimenea de la cocina y el patio empedrado. 

Su actual propietario estaba reformando su casa de Madrid con el estudio de Belén Ferrándiz cuando, durante el proyecto, le mencionó que tenía una casa en Segovia y quería rehabilitarla. Un día fueron a verla y, en cuanto llegaron, el flechazo fue instantáneo. Nada más verla, la interiorista sintió una conexión inmediata: “La casa tenía un encanto especial. La cocina de piedra con su gran chimenea, las antiguas vigas de madera –algunas de las cuales se pudieron recuperar para reutilizarlas como cargaderos de las ventanas–, los suelos de barro… todo transmitía la esencia de otra época. Desde el inicio, tuve la sensación de que esta vivienda pedía a gritos una segunda vida”, nos cuenta la interiorista. Había que adaptarla a la vida moderna sin que perdiera su identidad.

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Interiorista Belén Ferrándiz© Belén Ferrándiz

Un proyecto con el sello de Belén Ferrándiz

Licenciada en Arquitectura Interior por la Escuela de Artes Decorativas de Madrid en 1997, Belén Ferrándiz ha desarrollado una trayectoria diversa y enriquecedora en el mundo del diseño. Inició su carrera en el sector de la importación, proyectando stands en ferias internacionales para grandes empresas. Posteriormente, se especializó en la compra de mobiliario y objetos decorativos, viajando por Europa y Asia para seleccionar piezas exclusivas y diseñando espacios con una cuidada puesta en escena.

Con el tiempo, su vocación por la arquitectura de interiores la llevó a fundar su propio estudio, donde se dedica a la conceptualización, desarrollo y ejecución de proyectos integrales. Desde viviendas hasta oficinas, locales comerciales y restaurantes, su trabajo abarca todas las fases del proceso, incluyendo la dirección de obra y la decoración.

Sus proyectos se caracterizan por ser atemporales, sobrios y sofisticados, con una atención meticulosa al detalle y una fusión equilibrada entre lo antiguo y lo modernoque los hace únicos. La rehabilitación de esta casa es una muestra de su capacidad para combinar tradición y modernidad con elegancia y precisión.

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Planta baja con pilares de hierro© Belén Ferrándiz

Reto arquitectónico de gran envergadura

La vivienda, de aproximadamente 300 m2 distribuidos en tres plantas, requirió una reestructuración completa. La distribución interior se modificó para permitir una mejor entrada de luz natural y crear espacios más amplios y funcionales. La caja perimetral de la casa se conservó con sus materiales originales rehabilitados y saneados, mientras que la estructura interna se reforzó con nuevos elementos.

 "El principal reto para todo el equipo que formábamos parte de la rehabilitación fue conservar al máximo el carácter de la época de construcción de la casa, pero con las comodidades de las casas de hoy en día. Tanto en la distribución como en las instalaciones y acabados, siempre primó mantener el estilo rústico y característico de Pedraza. Además de ir siempre alineados con las limitaciones estéticas de las fachadas exigidas por el propio Ayuntamiento”, dice Belén.

 
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Entrada de casa con escalera© Belén Ferrándiz

La escalera: el alma de la casa

Uno de los mayores desafíos fue la escalera. Desde el principio, Ferrándiz tuvo claro que quería una escalera redonda que presidiera la entrada y comunicara verticalmente los tres pisos de la casa. Su integración en la nueva estructura de hierro que sostenía la vivienda requirió un trabajo meticuloso de arquitectos y constructores. Finalmente, se logró un diseño espectacular que aporta fluidez y protagonismo al espacio.

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Cocina separada del comedor por península© Belén Ferrándiz

Espacios que invitan a compartir

El diseño de la casa se pensó para ser disfrutado en familia y con amigos. La distribución interior prioriza las zonas sociales, logrando la mayor cantidad de habitaciones posibles para alojar a los invitados. 

En la planta baja, además del hall con la escalera, hay un dormitorio con baño, un aseo de invitados, y al fondo, el comedor integrado con la cocina, separados por una diferencia de nivel. "Este cambio nos permitió jugar con los materiales y diferenciar ambientes sin perder la continuidad del espacio", explica Ferrándiz.

En la primera planta, se ubicaron el salón y el dormitorio principal, que incluye despacho, vestidor y baño. Finalmente, la buhardilla alberga tres dormitorios adicionales con su propio baño. “En cuanto a la decoración, los propietarios depositaron plena confianza en el equipo de arquitectura e interiorismo, lo que nos permitió desarrollar el proyecto con gran libertad creativa”, dice Belén.

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Patio decorado con muebles de forja© Belén Ferrándiz

Un rincón de calma

Desde la cocina se accede al patio, donde los materiales originales cobran protagonismo. Los muros de piedra vista, con su pátina natural, crean un ambiente rústico y auténtico, realzado por la delicada vegetación que trepa de forma orgánica. El mobiliario elegido, compuesto por una mesa de hierro con sobre desgastado y sillas a juego, de Rue Vintage 74, aporta un aire nostálgico que encaja a la perfección con el espíritu de la vivienda.

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Pasillo hacia el salón© Belén Ferrándiz

Llegamos a la primera planta

El rellano que da paso al salón se ha decorado con una butaca de ratán de Rue Vintage 74, apliques de Borgia Conti y una alfombra de cebra de Zara Home, que añade un acento distintivo.

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Salón comedor con techo de vigas blancas© Belén Ferrándiz

Estilo rústico renovado: equilibrio entre pasado y presente

Como se aprecia en esta toma del salón, la paleta de blancos aporta una renovación al estilo rústico tradicional, le da un aire más ligero. Esto se refleja en esta acogedora zona de estar, donde destaca una fotografía de gran formato de Aurélien Villette, de YellowKorner Hermosilla, colocada sobre un mueble cubrerradiador de pino hecho a medida.

Las piezas decorativas fueron seleccionadas para aportar carácter al espacio. Así, un dibujo con marco del siglo XIX se ha combinado con las mesas de centro fabricadas en latón y mármol, el cuenco de terracota vidriada en verde y la alfombra tejida con materiales reciclados, todas ellas de Rue Vintage 74. El sofá de lino blanco es de Blasco y las butacas, encontradas en El Rastro de Madrid, fueron restauradas y tapizadas con terciopelo verde y una tela geométrica de Dolz Colección Internacional.

Las vigas de madera antiguas, aunque en su mayoría estaban podridas, se rescataron en parte para utilizarlas como cargaderos de las ventanas. “Para mí era fundamental conservar estas vigas para preservar la esencia original de la vivienda y mantener su carácter rural', afirma la interiorista. En los suelos, se optó por baldosas de travertino envejecido, fabricadas especialmente para el proyecto, y se combinaron con detalles de mármol Marquina en la cocina para aportar un toque de contraste.

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Dormitorio con vigas vistas de madera© Belén Ferrándiz

Mobiliario con historia

El mobiliario es una combinación de estilos, con piezas de origen danés y francés, hallazgos de anticuarios y diseños contemporáneos. "Siempre me ha gustado mezclar lo antiguo con lo moderno, pero de manera atemporal, creando ambientes que perduren en el tiempo", señala la interiorista.

La cama del dormitorio principal es un diseño a medida realizado por el estudio de Belén Ferrándiz. Detrás, se encuentra el vestidor, con puertas correderas de hierro y espejo. Para vestir el espacio, se optó por tejidos naturales: una colcha de lino y un banco tapizado en algodón africano, ambos de Rue Vintage 74. El cojín y la alfombra son de Maisons du Monde. 

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Dormitorio con techo de vigas de madera blanca

La carpintería, un homenaje a la tradición

Debido a las normativas del ayuntamiento de Pedraza, las ventanas debían respetar la estética tradicional del pueblo, declarado Conjunto Histórico desde 1951. Se eligieron carpinterías de madera de iroco, con un acabado en tono nogal para resaltar sobre las paredes color arena, tal y como se aprecia en este rincón del dormitorio, decorado con una butaca de ratán, de Rue Vintage 74, y unos apliques del Rastro. Las puertas, de pino con veta a la vista y acabado en roble envejecido, refuerzan el carácter rústico de la casa y aportan calidez a los espacios.

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Espejo apoyado en el suelo© Belén Ferrándiz

Superando imprevistos

Uno de los mayores desafíos fueron los plazos. "Realizar una rehabilitación de esta envergadura, en una ubicación con ciertas limitaciones climáticas y de accesibilidad, alargó los tiempos más de lo previsto", comenta Ferrándiz. Además, hubo dificultades para recuperar ciertos materiales originales, como los antiguos suelos de barro, que lamentablemente no pudieron ser reutilizados. Sin embargo, la paciencia y el esfuerzo del equipo hicieron posible el resultado final.

En el baño del dormitorio principal (sobre estas líneas), la mampara de la ducha, realizada en aluminio negro lacado, aporta un guiño industrial que contrasta con la calidez de la madera del suelo y la rusticidad del lavabo, apoyado sobre una encimera de madera maciza. Frente a la ducha, un gran espejo antiguo de herencia familiar refleja la luz y amplía visualmente el espacio. Las lámparas colgantes de Asitrade, con su delicado diseño de vidrio y detalles dorados, añaden un punto de sofisticación y elegancia. 

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Bañera exenta apoyada en pared con cuadro© Belén Ferrándiz

Un cuarto de baño acogedor y con mucha personalidad

La bañera exenta de Gunni & Trentino se integra en un espacio donde elementos originales se han mezclado con detalles modernos. La grifería empotrada, de líneas sencillas, resalta sobre una pared en la que se ha recuperado el ladrillo de adobe original, que aporta textura y autenticidad. La puerta corredera de madera, inspirada en las antiguas puertas de establo, refuerza el aire rústico, mientras que el cuadro aporta un toque decorativo sin romper la armonía del conjunto. El resultado es un baño funcional, acogedor y con personalidad.

"Creo que esta casa es única por diferentes motivos: primero por la ubicación en un pueblo tan emblemático como es Pedraza y segundo por la antigüedad de su construcción. Ha sido un verdadero un lujo rehabilitar una casa con tanta historia, darle una segunda vida para que esta familia siga disfrutando de ella durante muchos años", concluye Belén.  

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