Si hay una tendencia que cada vez se ha ido viendo más en la decoración de interiores y ha ido conquistando cada estancia, es el uso de las líneas curvas. En el salón, las mesas de centro y los sofás han adoptado estas formas sinuosas tan atractivas. También en el baño lo hemos visto con los espejos de formas redondeadas y ovaladas y las bañeras exentas más modernas. Incluso en alguna cocina, las esquinas de las islas se han redondeado, dejando que lo curvy también la conquiste.
Y el dormitorio no se podía ser menos. De hecho, este año 2025 una de las tendencias que vemos en la estancia en la que descansamos son los cabeceros de formas curvas. Su diseño orgánico y más natural lo convierten en una pieza atractiva y que ofrece un look más desenfadado que los cabeceros de líneas rectas de siempre. Hemos reunido varias ideas con las que podrás inspirarte.

Más armonía
Los cabeceros curvos tienen la capacidad de suavizar la estética del dormitorio. Mientras que los cabeceros tradicionales rectos o con ángulos marcados pueden transmitir rigidez, las formas redondeadas generan una sensación de fluidez y movimiento, aportando armonía al ambiente. Lo vemos en este dormitorio, donde el cabecero ofrece un atractivo diseño tapizado con un patrón geométrico muy elegante que, gracias a sus formas curvas, se erige como una pieza imponente y espectacular, que roba todas las miradas.

Una estética atemporal
Las líneas curvas evocan un estilo refinado que encaja perfectamente tanto en decoraciones modernas como clásicas. Desde diseños minimalistas hasta estilos más barrocos, los cabeceros curvos pueden adaptarse a diferentes tendencias sin perder su elegancia. Además, encajan a la perfección en esos espacios en los que manda la sencillez de sus formas y cada pieza enriquece el ambiente sin saturarlo. Un buen ejemplo lo vemos en este dormitorio de Espejo y Goyanes, donde el cabecero tapizado es protagonista de una composición limpia y sencilla hace que su diseño brille.

En conexión con lo natural
Hoy en día, los diseños inspirados en la naturaleza son clave en decoración. Papeles pintados que reproducen motivos botánicos, materiales y textiles naturales y colores arena, terracota o verde oliva, que reproducen los colores de la naturaleza son algunos ejemplos. Los cabeceros curvos se suman a esta tendencia, ya que imitan las formas orgánicas, evocando la suavidad de las olas del mar, las dunas del desierto o las curvas de una montaña. Esto refuerza la sensación de calma y relajación, clave en todo dormitorio.

A favor del lujo silencioso
Los cabeceros de formas curvas suelen estar asociados con materiales sofisticados como el terciopelo, la madera con acabado natural o los tapizados acolchados. Estos elementos elevan la percepción del diseño y aportan un aire de exclusividad sin necesidad de recargar el ambiente. Lo vemos claramente en este espacio decorado por la firma Agoko. Aquí, el cabecero es la pieza que aporta un matiz más elegante y sofisticado, que contrasta con el estilo raw de las mesitas de noche. Y ambas piezas inundan el espacio con su calidez innata.

Cualquier material vale
La gran ventaja de los cabeceros tapizados es que se adaptan a cualquier estilo decorativo, ya que en todos ayudan a suavizar el efecto de la decoración. Y esto hace que los podamos encontrar en múltiples materiales, dependiendo del estilo que quieras conseguir. Los tapizados en terciopelo o lino, son ideales para dormitorios donde predomine el estilo clásico moderno y el lujo silencioso –ya lo has visto–.
Si buscas, en cambio, un efecto rústico moderno, apuesta por un cabecero curvo de madera o de metal. Y los acolchados son ideales para estancias que buscan un toque clásico renovado. Incluso se pueden ver en materiales naturales como el mimbre o el ratán, consiguiendo un look veraniego y alegre, como en esta propuesta de French Bedroom. Sea como sea, su efecto será atractivo y llamará la atención.

Potencia su presencia con la luz
Los cabeceros curvos destacan más con una iluminación bien planificada. Hay muchas maneras de conseguirlo. Una de las más sencillas es con unos apliques de pared con luz que aporten una luz indirecta que ayude a resaltar la forma del cabecero. Otra opción ideal para dormitorios modernos son las luces LED empotradas, una alternativa perfecta si buscas un look moderno y funcional. ¿Una tercera opción? Unas lámparas colgantes a los lados para crear un efecto visual atractivo, como ha hecho en este pequeño dormitorio el interiorista Alberto Torres.

Juega con el color
El cabecero es una manera perfecta de llevar el color a tu dormitorio. Si ya de por sí un cabecero de formas curvas destaca por su forma, la tonalidad que luzca te puede ayudar a potenciar su impacto visual. En un tono neutro, como el beige, el gris o el blanco roto, aportará una apariencia sofisticada y versátil. Si buscas un toque dulce y relajante, apuesta por un color pastel, como el rosa palo, el celeste o el lavanda. Pero también puedes crear con el cabecero un efecto más dramático y resaltar –más si cabe– la presencia de esta pieza fundamental en el dormitorio si luce un color oscuro como el verde esmeralda, el azul noche o el burdeos.

Mantén el equilibrio
Dado que los cabeceros curvos ya son un elemento llamativo, evita recargar el resto de la decoración. Emplea el mismo material en todos los elementos y, en la medida de lo posible, de acabados similares. Asimismo, es aconsejable optar por una paleta de colores equilibrada. Los colores deslavados, tan en tendencia, son una genial opción para lograrlo. Añade algunos toques de blanco y garantiza la luminosidad. Evita también abusar de estampados demasiado complejos. De nuevo los colores lisos, serán tu mejor opción.

Acompaña con los textiles adecuados
Para potenciar la belleza del cabecero curvo, elige ropa de cama que complemente su diseño. Apuesta por colchas y edredones con texturas suaves, como tejidos de lino, algodón o terciopelo. También puedes vestir la cama con cojines de diferentes formas que resalten la curvatura del cabecero. Y, por supuesto, no pueden faltar las cortinas en el dormitorio. Los diseños vaporosos, como los visillos, reforzarán la sensación de movimiento y fluidez.

Más presencia gracias al papel pintado
Aunque no lo necesita, un cabecero de formas curvas puede beneficiarse de la presencia de papel pintado en el dormitorio, especialmente si se coloca en la pared donde se apoya la cama. El mismo efecto conseguirás si, en lugar de papel pintado, se trata de un mural que cubre la superficie. La clave es que el cabecero sea de un color liso y claro, mientras que el papel pintado puede contar con un diseño estampado y más llamativo.