Un jardín de lluvia es un sistema de paisajismo ecológico diseñado para captar, filtrar y gestionar el agua de lluvia de manera natural, reduciendo la escorrentía (es decir, el agua de lluvia que no se infiltra en el suelo y fluye por la superficie del terreno) y contribuyendo a evitar inundaciones. Para conocer a fondo las claves de diseño de los jardines de lluvia hemos consultado a Francisco Díaz Ramos, art manager en la empresa de paisajismo e interiorismo Landscapers (landscapers.es).

¿Qué es un jardín de lluvia y cómo funciona?
Un jardín de lluvia consiste en una depresión poco profunda en el terreno donde el agua se acumula temporalmente, permitiendo su infiltración en el suelo en lugar de ser arrastrada hacia alcantarillas o cuerpos de agua, lo que ayuda a reducir la erosión y la contaminación.
“Se construye en depresiones del terreno donde el agua puede acumularse temporalmente y luego infiltrarse en el suelo en lugar de escurrirse por superficies impermeables. Funciona mediante capas de sustrato permeable y plantas seleccionadas por su capacidad de absorción y filtrado”, detalla el paisajista.

Gestión eficiente del agua
En los últimos años, las lluvias torrenciales han sido cada vez más frecuentes en España debido al cambio climático. Fenómenos como la gota fría (DANA) o las tormentas intensas pueden descargar grandes cantidades de agua en poco tiempo, provocando inundaciones y erosión del suelo. Ante este escenario, implementar jardines de lluvia en espacios domésticos se presenta como una solución eficaz y sostenible.
Francisco cuenta que, “a diferencia de los jardines convencionales, los jardines de lluvia están diseñados para manejar grandes volúmenes de agua en poco tiempo. Utilizan sustratos de alta permeabilidad y plantas adaptadas a periodos alternos de sequedad e inundación. Su diseño evita el estancamiento prolongado del agua, reduciendo problemas de drenaje y minimizando el impacto de las precipitaciones intensas y de corta duración que descargan una gran cantidad de agua en poco tiempo”.
Las gramíneas suelen formar parte de la selección botánica de estos jardines, precisamente lo es el paniseto (Pennisetum spp.) de la imagen.

Beneficios de los jardines de lluvia en términos de sostenibilidad
Un jardín de lluvia puede integrarse fácilmente en el jardín de una vivienda, ofreciendo todas estas ventajas:
- Reduce la escorrentía y la erosión del suelo: al captar el agua de lluvia y permitir su infiltración en el suelo, los jardines de lluvia disminuyen la cantidad de agua que fluye superficialmente. Esto ayuda a prevenir la erosión del suelo, que ocurre cuando la lluvia arrastra la capa superior fértil de la tierra, afectando su estabilidad y fertilidad.
- Recarga los acuíferos subterráneos: debido a que estos jardines facilitan la infiltración del agua hacia capas más profundas del suelo.
- Filtra contaminantes antes de que lleguen a cuerpos de agua: funcionan como filtros naturales, ya que el suelo y las plantas de los jardines de lluvia retienen contaminantes.
- Favorece la biodiversidad al atraer polinizadores y fauna local: su diseño incorpora especies nativas y resistentes a la humedad, promoviendo la biodiversidad, al convertirse en hábitats ideales para insectos polinizadores como abejas y mariposas, así como para aves y pequeños animales.
- En áreas urbanas, disminuye el efecto de islas de calor: al incorporar vegetación y humedad, refrescan el ambiente de forma natural y, al mismo tiempo, mejoran la calidad del aire.

Características del suelo
El fundador de Landscapers especifica que el suelo debe ser altamente drenante, para permitir la infiltración del agua. “Comúnmente se utilizan capas de arena, grava y compost para mejorar la estructura del suelo. También es recomendable realizar pruebas de infiltración antes de la instalación para asegurar que el terreno sea adecuado”.

¿Es interesante instalar un jardín de lluvia en cualquier tipo de clima?
La cuestión es que quizá pensemos si incluso en regiones donde la pluviometría es bastante escasa, un jardín de lluvia resulta interesante. Francisco cuenta que sí, aunque “su diseño debe adaptarse al clima local. En zonas áridas, se pueden emplear técnicas de captación de agua para maximizar la recolección y almacenamiento del recurso. Además, se pueden seleccionar plantas xerófitas que toleren mejor largos periodos de sequía”.
El ágave es una planta suculenta que puede sobrevivir en condiciones de sequía extrema. También el romero, una aromática que puede prosperar en suelos bien drenados. Otra opción interesante es la lavanda (Lavandula officinalis, en la imagen), que no solo ofrece un aroma agradable, sino que también es conocida por su resistencia a la sequía, adaptándose perfectamente a ambientes áridos.

Plantas ideales para conformar nuestro jardín de lluvia
La selección botánica es crucial en el diseño de un jardín de lluvia resistente y hermoso. El paisajista explica que “las plantas deben tolerar la humedad intermitente y tener raíces profundas que favorezcan la infiltración”. Por otra parte, al escoger se debe tener en cuenta la adaptación climática local y la capacidad de absorción del agua.
Algunas especies recomendadas son:
• Gramíneas: como el miscanto (Miscanthus spp.) o el peniseto (Pennisetum spp.).
• Plantas nativas adaptadas al agua: como los juncos (Juncus spp.), los lirios amarillos (Iris pseudacorus, en la imagen) o la cola de caballo (Equisetum, con apariencia de bambú).
• Arbustos resistentes: Hibisco palustre (Hibiscus moscheutos), cornejo colorado de arroyo (Cornus sericea).
• Árboles tolerantes a la humedad: como el sauce (Salix spp.) o el arce rojo (Acer rubrum).

¿Requiere mucho mantenimiento un jardín de lluvia?
El paisajista consultado admite que, Inicialmente, se requiere control de maleza y riego ocasional hasta que las plantas se asienten. Pero, el mantenimiento del jardín de lluvia una vez establecido es bajo, “se limita a podas periódicas y la eliminación de residuos acumulados. Comparado con un jardín tradicional, consume menos agua y requiere menos fertilización”.

Los tiempos del jardín de lluvia
Un jardín de lluvia suele tardar entre uno y dos años en establecerse completamente y funcionar de manera óptima. “Durante los primeros meses, se debe asegurar el establecimiento de las plantas y monitorear la infiltración del agua”, revela Francisco.
En el primer año, las raíces comienzan a desarrollarse y mejorar la infiltración del agua. Y es a partir del segundo año, el jardín de lluvia se vuelve más autosuficiente, con una vegetación bien enraizada que ayuda a gestionar el agua de manera eficiente. Sin embargo, su rendimiento dependerá de factores como el tipo de suelo, las especies plantadas y las condiciones climáticas locales.

Integración de jardines de lluvia con otros sistemas de drenaje sostenible
Francisco sugiere que los jardines de lluvia se pueden y deben complementar con otros sistemas de drenaje sostenible, para maximizar la gestión eficiente del agua de lluvia.
Por ejemplo, los techos verdes absorben una parte del agua de lluvia antes de que llegue al suelo y, de esta manera, se reduce la carga de agua que debe gestionarse en el jardín de lluvia. Los pavimentos permeables también ayudan a permitir que el agua se infiltre en el suelo en lugar de acumularse en la superficie. Además, las zanjas de infiltración pueden ser útiles para dirigir el agua hacia áreas específicas, y los estanques de retención pueden almacenar el exceso de agua durante las lluvias torrenciales y liberarlo gradualmente para evitar inundaciones.
Al integrar todos estos sistemas, no solo se mejora la gestión del agua, sino que también se crean paisajes más sostenibles y resilientes, contribuyendo a la reducción de los riesgos derivados de las lluvias extremas y aumentando la biodiversidad en el entorno.