Elegir las sillas de comedor puede parecer una tarea sencilla… hasta que te encuentras en la tienda (o en internet) paralizada entre diseños nórdicos, tapizados elegantes y opciones que prometen ergonomía y estilo. ¿Cómo saber cuáles son las indicadas? No solo deben verse bien, sino también ser cómodas, resistentes y acordes al espacio. Demasiado grandes, y tu comedor parecerá un campo de batalla; demasiado pequeñas, y tus invitados acabarán buscando excusas para no quedarse a cenar. Para evitar desastres decorativos y garantizar la mejor elección, sigue esta guía con las claves para identificar cuáles son las sillas que mejor te van, a ti y a tu comedor. ¡Que comience la búsqueda del asiento perfecto!

Ten en cuenta las dimensiones de tu comedor
¿Comedor pequeño? Para optimizar el espacio, opta por sillas con un diseño ligero, tanto en estructura como en apariencia. Los modelos con respaldos delgados, líneas sencillas y materiales como la madera clara o el metal harán que el ambiente se vea más espacioso. Igual que los colores claros y los acabados en materiales translúcidos, como el policarbonato. Y no des por hecho que tienen que ser unas sillas sosas o de acabados claros. Y si no, mira lo bien que queda en este caso el contraste entre el negro de la mesa y el amarillo de las sillas, pintadas por Annie Sloan.
Las sillas apilables o plegables son también una buena elección (más informal y desenfadada, eso sí), ya que podrás guardarlas fácilmente cuando no las necesites. Así, tendrás la flexibilidad de añadir asientos extra cuando tengas invitados sin comprometer el espacio en el día a día. Recuerda también considerar la proporción con la mesa: si las sillas son demasiado grandes, dificultarán el movimiento y restarán comodidad a la circulación en el espacio. Un truco útil es dejar al menos 60 cm de separación entre cada silla para garantizar comodidad sin sobrecargar el ambiente.

Prioriza la comodidad
Por muy bonitas que sean, unas sillas incómodas pueden convertir cada comida en una experiencia incómoda (y acortar peligrosamente esas largas sobremesas que tanto disfrutas). Antes de decidirte, si tienes la oportunidad, siéntate en ellas y comprueba si realmente son cómodas.
Fíjate en el respaldo: ¿es lo suficientemente alto para dar buen apoyo a la espalda? ¿Tiene una inclinación cómoda o te obliga a sentarte demasiado recto? También es importante el asiento: un modelo con un ligero acolchado puede marcar la diferencia en largas conversaciones tras la cena. Y si no, asegúrate de que la superficie no sea demasiado dura ni resbaladiza. Otro detalle clave es la altura en relación con la mesa. Lo ideal es que haya entre 25 y 30 cm de diferencia entre el asiento y la superficie de la mesa para que puedas moverte con facilidad sin sentirte encajonada. Y si las sillas tienen apoyabrazos, como estas, el modelo Biarritz de Ditre Italia, revisa que no choquen con el borde de la mesa.

Elige un diseño que combine con tu mesa
La clave está en encontrar un equilibrio entre estilos, materiales y proporciones para que todo el conjunto funcione bien visualmente. Si tu mesa es de madera maciza y robusta, unas sillas demasiado voluminosas pueden hacer que el conjunto se vea pesado. En cambio, optar por asientos de líneas ligeras y materiales como ratán puede aportar equilibrio. Otra posibilidad es que las sillas sean de un material diferente al de la mesa. En ese caso, puedes hacer que combinen eligiendo un color en común o acabados similares. Por ejemplo, una mesa de madera oscura puede ir bien con sillas negras o con patas del mismo tono. Si dudas, apuesta por diseños atemporales, como el modelo Loop de Expormim.

Versatilidad
Si quieres usarlas en otros espacios de la casa, decídete por un diseño que se adapte a diferentes ambientes. La silla Piper de la firma Essential Home, sobre estas líneas, es ideal, ya no solo para un comedor con mucha personalidad, sino también para completar la zona de asientos del salón, en el rincón de tocador o a modo de descalzadora en el dormitorio o el vestidor. ¿No crees?

La altura del respaldo
Lo importante es que, sea alto o bajo, el respaldo te haga sentir cómoda y encaje bien con las dimensiones de tu comedor. Los modelos con respaldo alto –como los de este ambiente, decorado con muebles de Boca do Lobo– permiten apoyar completamente la espalda, aportan un aire elegante a la decoración y pueden ayudar a delimitar visualmente el comedor. En cambio, los respaldos bajos o medios ofrecen una apariencia más ligera y moderna. Son perfectos para espacios pequeños, ya que no recargan el ambiente ni bloquean la vista.

¿Sillas con o sin brazos?
La elección entre sillas con o sin brazos puede parecer una decisión menor, pero tiene un impacto notable en la comodidad y estética de tu comedor. Las sillas con brazos como el modelo Dione de la marca Porada, al ofrecer un apoyo extra, hacen que las comidas sean más agradables. Son perfectas para cenas largas o reuniones familiares y, no solo eso, suman un punto elegante y sofisticado al espacio. Sin embargo, no todo es ventajas. Requieren un espacio mayor, tanto para sentarse cómodamente como para guardarlas. En mesas pequeñas, pueden resultar voluminosas y dificultar la circulación.

¿Qué material elegir para tus sillas de comedor?
El material no solo define su resistencia y comodidad, sino que también influye en la estética general del comedor. Por eso, a la hora de elegirlas, es importante tener en cuenta el material de la mesa: no es necesario que sean exactamente iguales, pero sí encontrar un punto en común entre las piezas: puede ser el color, el acabado o incluso un detalle sutil en el diseño. De hecho, un ligero contraste hará que el espacio cobre más personalidad y dinamismo.
Si tu mesa es de madera, unas sillas del mismo material y acabado pueden funcionar, pero para evitar que todo se vea demasiado uniforme, elige un diseño con detalles en metal o tapizado, como el modelo Dale de la firma Laskasas. Por otro lado, si tu mesa es de cristal o metal, acompáñala de asientos en madera para aportar un toque de calidez.

Otra de las decisiones clave es si optar por sillas tapizadas o no
La tapicería siempre aporta un nivel adicional de confort y estilo. Las sillas tapizadas no solo invitan a sentarse y disfrutar de las comidas durante más tiempo, sino que, además, es tal la variedad de tejidos, colores y patrones que vas a encontrar, que no tendrás ningún problema a la hora de personalizar los asientos según el estilo del comedor. Estas son de la marca Cult Furniture. En contra tienen el mantenimiento. Por eso, es importante elegir tejidos anti manchas o fáciles de limpiar, especialmente si tienes niños pequeños o mascotas.

El color o acabado de las sillas
Se trata de dar con un conjunto que refleje tu estilo y el ambiente que deseas. Si eres de las que prefiere la armonía, que nada desentone, busca unas sillas en el mismo color o acabado que la mesa. Es un enfoque más tradicional con el que lograrás crear una sensación de unidad y equilibrio. Pero, si lo que buscas es infundir carácter y personalidad, te va a encantar la idea de mezclar texturas, colores y acabados.
Eso sí, lo importante es que los asientos elegidos complementen el tono general del comedor. En este caso, la mesa acabada en negro se ha acompañado de las sillas Principi de Cassina, en azul, un color que esté presente en otros elementos de la decoración, como la lámpara de techo y la alfombra.

¿Seguir las tendencias o apostar por lo atemporal?
Ambas opciones tienen sus ventajas, y la elección dependerá de tu gusto y de cuánto te guste renovar la decoración con frecuencia. Si te encanta seguir las últimas tendencias, ahora se llevan las sillas con formas orgánicas, colores vibrantes o materiales innovadores. Por otro lado, si prefieres un comedor que no pase de moda, lo mejor es elegir sillas de líneas simples en madera o tapizadas en tonos neutros, como este modelo de la marca John Lewis.
Una buena estrategia es encontrar un equilibrio: elegir un diseño de base atemporal pero con algún detalle actual, como una textura diferente o un color en tendencia. Así lograrás un comedor con personalidad, pero sin miedo a que pase de moda demasiado rápido.