El hotel Brach Madrid acaba de abrir sus puertas, mientras que el Pulitzer Paris se ha renovado por completo. Ambos comparten un creador de renombre (Starck, Rosa-Violán), una situación privilegiada (Gran Vía y barrio de Ópera), diseño especial, ingenio y buen gusto. Sin olvidar que los dos creadores han sabido capturar la esencia de cada ciudad en las zonas comunes, las habitaciones y los rincones, ofreciendo una experiencia auténticamente española en un caso y francesa en otro. Entramos para verlos y disfrutarlos por dentro.

Brach Madrid: el encanto de un hogar en plena Gran Vía, con el sello inconfundible de Philippe Starck
Ubicado en un edificio histórico (1919) en plena Gran Vía (concretamente en el nº 20 de esta icónica calle madrileña), Brach Madrid, de Evok Collection, combina la herencia cultural española y el espíritu de Madrid con la esencia francesa y el toque distintivo y moderno de su diseño interior, obra de Philippe Starck. Ya desde la entrada, con la gran escalera de hierro original, uno se siente como en casa, ya que la atmósfera evoca la calidez y el carácter de un hogar.
Con siete plantas y 57 habitaciones, cuenta, además, con un restaurante, un cocktail bar y una pequeña pastelería de inspiración vintage, que invita a disfrutar de una deliciosa repostería francesa. Sin olvidar, por supuesto, La Capsule, un santuario de 400 m² dedicado al bienestar personal, con una piscina de 20 metros de largo, cámara de oxígeno hiperbárico, baño de hielo guiado...

Lujo, calidez y recuerdos en un hotel que se siente como tu propio hogar
En Brach Madrid no podemos decir eso de 'como en casa, en ningún sitio', ya que ofrece la comodidad y la exclusividad de un hotel de lujo, pero con la sensación y la experiencia de estar en tu piso, algo que no se puede comprar con dinero. Infinidad de objetos, acumulados por su valor sentimental, llenan cada rincón de sueños y sorpresas y hace que nos sintamos en nuestra habitación o salón, pero mucho mejor.
Con 57 habitaciones, incluidas cuatro suites, cada espacio cuenta una historia, adornado con objetos que susurran secretos del pasado: las memorias de un romance, donde los recuerdos de la amada adornan las estancias. Frente a la cama, el armario-estantería es una ventana a los pensamientos y recuerdos del protagonista imaginario, donde cada elemento proporciona una pista biográfica. Objetos que, además, puedes adquirir y llevarte contigo cuando vuelvas a tu hogar (de verdad).

Habitaciones que cuentan historias
Con España como hilo conductor, los tonos de jatoba y dorados de la carpintería, el cuero en los cabeceros, la cerámica y el mimbre otorgan a las habitaciones la suavidad y el calor del sol. Sin olvidar, las pinceladas de rosa brillante o naranja en los flecos y adornos, que evocan la exuberancia y la vivacidad de las danzas españolas.
Cada detalle está pensado y pintado. El diseñador francés mima cada rincón. Así, alrededor del cabecero se exponen diferentes bocetos junto a notas de viaje, que crean un diario de viaje. Puntadas de esa historia que da vida al hotel.

Muy personal y especial
El baño, por su parte, es elegante, lujoso y diferente. Con suelo de piedra, su auténtica belleza reside en el espejo con marco de terracota esmaltada. Además de, por supuesto, de su impactante lavabo, su bañera exenta o sus paredes de espejo, que crean brillantes juegos y más amplitud. Tal y como explica Starck “lo imaginé como si hubiera sido creado por la torpe mano del caballero cuya historia estoy imaginando, quien quiso hacer el espejo que su esposa habría soñado tener y en el que nunca se miró. Pensando en ella, tomó un poco de arcilla y, con ese espíritu femenino y barroco, creó lo más conmovedor del mundo".

Una elegancia atemporal
El restaurante de Brach es un homenaje a los grandes cafés de Madrid de los años 20. “Esta arquitectura fue el punto de partida para imaginar un lugar elegante que siempre ha existido, con sus ricas paredes, espejos inclinados para ver y ser visto, un gran fresco, cuero y una iluminación teatral”, puntualiza Starck.
Para lograr una atmósfera cálida y con elegancia atemporal, el diseñador apostó por paredes de madera de caoba, techos de cuero trenzado, columnas revestidas de azulejos de terracota vidriada, gruesas cortinas tejidas en tonos beige, sillones de cuero natural y lámparas con pantallas dobles para suavizar la luz. Sin olvidar, por supuesto, sus auténticos espejos de brasserie, que deconstruyen el espacio en un juego infinito de ángulos. Un efecto caótico que “convierte al restaurante en una obra de arte en sí misma", según el diseñador.
En este ambiente, un menú, creado por el chef Adam Bentalha e inspirado en el Mediterráneo con toques del Oriente Medio, supone ofrece una extensión natural de la cocina española, que destaca por su enfoque en compartir.

Pulitzer Paris renace con el toque de Lázaro Rosa-Violán: elegancia haussmaniana y diseño contemporáneo
Recién renovado, el hotel Pulitzer Paris se convierte en el refugio ideal donde el encanto parisino se encuentra con el diseño contemporáneo. La renovación, realizada por el interiorista Lázaro Rosa-Violán, ha creado una fusión perfecta entre la arquitectura histórica haussmaniana del edificio y elementos de diseño contemporáneo. Con una ubicación privilegiada en el barrio de Ópera (concretamente se ubica en 23 rue du Faubourg Montmartre 75009), este establecimiento brinda una experiencia inmersiva en el distrito 9, corazón de la vida teatral, que captura la esencia chic de la capital gala, a través de un interiorismo sofisticado y acogedor.
Con más de 60 años de historia, es un homenaje a la historia y el espíritu de esta ciudad. Tal y como afirman sus propietarios: "Volvían a casa con recuerdos, deshacían, volvían a hacer las maletas y partían de nuevo en busca de paisajes, sonidos, olores, colores, telas, páginas y sellos diferentes". Esta búsqueda se refleja en cada rincón, cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para sumergir a los visitantes en el alma de la ciudad, ofreciendo una experiencia que combina elegancia y calidez.

Lujo silencioso
Con un enfoque en el equilibrio entre confort, lujo relajado y estilo atemporal, Rosa-Violán ha logrado transformar cada una de las 44 habitaciones de este hotel en una experiencia auténticamente parisina, con su toque personal, eso sí. Ese toque que, sin perder su esencia original, hace que cada espacio sea único, amable para las personas que los habitan y con algún elemento rompedor.
Junto a los detalles, cuidadosamente seleccionados, el arte es parte de esta decoración, la luz natural que inunda cada habitación se convierte en protagonista, ya que contribuye a crear un ambiente con carácter, ideal para quienes buscan una estancia llena de sofisticación, sin perder confort y calidez.

Encanto parisino
Divididas en varias categorías, las habitaciones ofrecen un ambiente exclusivo y cómodo, independientemente de la elegida. Eso sí, si siempre has querido vivir en una buhardilla parisina, el hotel Pulitzer Paris hará tu sueño realidad por unos días, ya que algunas cuentan con techos abuhardillados, típicos de la capital francesa, que resaltan por su encanto clásico y por ese aire bohemio que tanto nos gusta.
Mientras que las más espaciosas, como las Signature Extra o la exclusiva Suite, reflejan una elegancia contemporánea, brindando un refugio ideal tanto para el descanso como para el disfrute de la ciudad.

Confort y calidez
Todo tiene la firma del reconocido interiorista y derrocha estilo francés, clásico y contemporáneo a la vez. Sin perder en ningún momento, el carácter funcional, que demuestra que se puede ser bello y útil al mismo tiempo. En el baño de la Suite destacan, sin olvidar la bañera exenta y el lavabo, el pavimento y el revestimiento. Así, se combina un original suelo en blanco y negro con un friso de azulejos verdes brillantes, que forman un conjunto atrevido y elegante, al mismo tiempo.

Una experiencia 'très chic'
El Pulitzer Paris cuenta, además, con una encantadora biblioteca y un restaurante y bar (Le Patio), que se ha convertido en un punto de encuentro para parisinos y viajeros. En estos espacios, al igual que en las habitaciones, el eclecticismo, las obras del arte y el lujo silencioso crean una atmósfera relajada, donde sentirse a gusto y disfrutar de una experiencia très chic.