En pleno centro de Málaga, con vistas a la Catedral, este piso de 108 m² ha sido transformado por el estudio de Alejandra Pombo en un espacio donde las formas orgánicas, los materiales nobles y la tradición conviven con una modernidad cuidadosamente equilibrada.
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Un salón-comedor repleto de detalles únicos
El estudio de interiorismo de Alejandra Pombo (www.alejandrapombo.com) ha llevado a cabo la reforma integral de este piso ubicado en Málaga con el objetivo de mantener la esencia original de la construcción pero dotándolo de una perspectiva muy renovada. Por ejemplo, el mosaico del suelo es recuperado. Destaca en este proyecto el juego de materiales, la texturización de cada espacio y el uso de formas orgánicas y relieves. ¡Extra personal!
Aquí se ven también unos paneles móviles diseñados para el espacio de manera que en la zona de acceso a la vivienda se concede privacidad a la zona de estar. Se trata de rectángulos revestidos con baldosas de color y espejo, de manera que se refleja la luz natural.
Luz y textura, señas de identidad del proyecto
La iluminación tiene un peso relevante en este trabajo, así como el uso de molduras de escayola de todo tipo que decoran los techos y las paredes. En el espacio que comparten salón y comedor se puede ver la escayola de acabado palillería de forma curva. "El trabajo de escayola confiere al piso una personalidad muy marcada", indican desde el estudio de Alejandra Pombo.
Un juego de volúmenes y formas en el techo
Además de muchas formas y remates curvilíneos, en el techo se crean candilejas a diferentes alturas que juegan con los volúmenes y relieves, así como con las formas geométricas. Este tipo de detalles hace único un proyecto, además de rico en matices. Aquí se ve en detalle uno de los diseños del techo, que justo coincide con la zona que queda sobre el comedor. Aquí, además del televisor en la pared, que queda retranqueado, se ve la mesa con sillas y un banco adosado a la pared que comunica con la cocina.
Rincón de lectura con vistas
"El mirador jugó un papel importante, ya que tiene unas preciosas vistas a la Catedral de Málaga y se pensó que era el lugar ideal para crear una esquina de lectura con vistas", explican los responsables del proyecto. El suelo de mosaico y el acabado palillería de las paredes, que se prolonga en todos los frentes de esta estancia, dan calidez y abrigo al espacio. Los tonos neutros predominan de base con pequeños detalles que destacan en color.
Con cocina integrada
Con una distribución irregular, la cocina queda ahora integrada en la zona social. Se ubica junto al acceso principal a la vivienda y derriba muros para abrirse al comedor. Este cuenta con un banco adosado a uno de los frentes que delimitan el espacio, donde queda a la vista un pilar constructivo. "Mantener la esencia clásica del piso y que se diera la mano con la practicidad de un piso muy actual (domótica, clima, etc) fue un reto", indican desde Alejandra Pombo Estudio.
Y añaden que "nos hemos adaptado al estilo del cliente, sabiendo que buscaba preservar el estilo clásico de la casa con un aire mucho más actual. Hemos diseñado con mucho movimiento a través de los techos o las molduras de escayola, por ejemplo".
Dos frentes de trabajo perpendiculares
La forma de la planta ha llevado a organizar el espacio de trabajo en dos frentes de mobiliario: por un lado, queda la zona de cocinado y por otro, de frente al comedor, el área de lavabo. Los muebles combinan madera oscura de frentes lisos con tirador rectilíneo en negro con el acabado neutro de la encimera y antepecho, así como de la zona alta del mobiliario sobre la placa, que luce también el mismo acabado palillería.
Un largo pasillo con suelo de mosaico
Este es el pasillo que conduce desde la zona social a la de descanso. Aquí el suelo de mosaico se convierte en una alfombra que concede movimiento y personalidad. Merece la pena fijarse en el alto rodapié moldurado que recorre las paredes en el encuentro con el pavimento y en cómo se ha resuelto la carpintería de suelo a techo, con acabado madera y delicadas molduras. Es un ejemplo de combinación clásico-contemporáneo.
Baño integrado en el dormitorio principal
"La limitación de los metros de la vivienda fue un reto. Se han sacado varias estancias, trabajando mucho la distribución", apuntan desde el estudio. Aquí se ve la zona de lavabos con doble seno del baño integrado en el dormitorio principal, ubicado al final del pasillo. El papel pintado delimita la zona de aseo, que también se ha usado en una cabina que queda frente al lavabo, donde se encuentran -separados por una puerta acristalada- el inodoro y la ducha.
Aquí las formas curvas llaman la atención, presentes en el motivo del papel, el moldurado de las puertas del mueble de lavabo, el espejo del fondo, el taburete, los apliques y la original moldura del techo de esferas repetidas.
La zona de descanso
Al fondo, a la izquierda, se accede a la zona de descanso del dormitorio principal. La cama mira hacia el exterior para disfrutar de las vistas. Se ha diseñado un cabecero también curvilíneo en el que apoya y que concede privacidad desde la entrada al ambiente. Aquí los tonos neutros siguen siendo protagonistas y guían el interiorismo, aunque aparecen notas más cálidas en caramelo y un trabajo de carpintería en verde para la zona de tocador y los frentes del armario. La moldura del techo da continuidad a los diferentes ambientes del dormitorio.
Dormitorio secundario con el mismo estilo
En estas dos imágenes del dormitorio secundario se puede apreciar cómo el estudio de Alejandra Pombo ha optado por un diseño muy similar al de la estancia principal. De nuevo se repite la moldura de esferas que recorre todo el perímetro de la estancia en el encuentro entre paredes y techo. El armario es el mismo con un diseño de frentes lacados en un tono verde oliva lavado con ondas que refuerzan el movimiento orgánico que se siente en la zona de descanso del piso.
Baño secundario con mucha textura
De nuevo, este es un ejemplo de cómo en el baño también se pueden trabajar las texturas en una misma gama cromática. El tono marfil predomina en este ambiente con ducha. En ella, se empotra la grifería y se crea una hornacina para los botes. El frente del lavabo cuenta con un mueble suspendido en madera con el frente de palillería, un guiño al acabado de las paredes de la zona de día. El lavabo se diseña en piedra en una única pieza con grifería mural y zócalo alto, para proteger el papel pintado de la pared, que pone una nota diferente.