Tara Duross, nieta del magnate automovilístico Henry Ford, nos recibe en la fabulosa casa de sus padrinos, el afamado interiorista Emmanuel de Bayser y el importante productor de cine y empresario Josef Voelk.
Se trata de un chalet en Schönried, con vistas al valle de Gstaad, la estación invernal suiza más exclusiva, donde algunos personajes de la realeza europea y estrellas de fama mundial pasan su vacaciones.
Hace una década, Julie Andrews enfatizó que era "el último rincón del paraíso en un mundo de locos", pero antes hubo otras dos superestrellas de Hollywood que convirtieron esta localidad en parada obligatoria de la jet set internacional: Grace Kelly y Elizabeth Taylor. Fue, precisamente, por la actriz de ojos violetas, gran amiga de Josef, por quien nuestros anfitriones pensaron en adquirir una casa en la estación.
Emmanuel, nuestro otro anfitrión, es un entusiasta interiorista, empresario y coleccionista de obras de arte. Junto a Josef, es propietario de The Square Berlin, la boutique de culto de moda y diseño de la capital germana. A su lado se encuentra su bellísima ahijada, a la que le gusta pasar temporadas en Gstaad con sus padrinos.
Mitad americana, mitad irlandesa, Tara estudió Arte en Estados Unidos y, actualmente, reside en Londres. A sus 28 años, es una aspirante a cineasta que viene pisando fuerte y organiza importantes eventos benéficos, entre otros, "Young Lives vs Cancer".
Emmanuel de Bayser
—Emmanuel, háblenos, por favor, de la arquitectura de esta casa.
—Es un chalet moderno alpino, hecho con madera antigua, aunque también usé yeso en las paredes para aportarle frescura. La idea principal fue la de crear una sala de estar de doble altura, de aproximadamente 110 metros cuadrados, y que se encuentra al mismo nivel que el balcón, desde el que se puede disfrutar de unas increíbles vistas al valle.
—¿En qué se ha inspirado para su decoración y cuáles son sus objetos y pinturas favoritas?
—Quería crear un espacio íntimo, tranquilo y cómodo, con énfasis en piezas especiales de arte, muebles y objetos. No es un espacio urbano, por lo que tenía que ser diferente a los que hice antes en París y Berlín. Tenemos una combinación de piezas modernas escandinavas, algo de diseño moderno histórico francés y piezas contemporáneas de Rick Owens. Los objetos y las esculturas son una selección editada de cerámicas de Georges Jouve y Pablo Picasso y las pinturas son tanto abstractas como figurativas.
—Háblenos de Josef Voelk, su compañero y socio.
—Josef ha tenido la increíble oportunidad de conocer a personajes icónicos únicos del siglo XX. Comenzó una carrera temprana trabajando con Luchino Visconti; fue muy cercano a Helmut Berger, con el que coincidió en el colegio, y compartió experiencias de vida con Elizabeth Taylor, Maria Callas, Yves Saint-Laurent y Andy Warhol, entre otros.
—¿Cuáles son sus nuevos proyectos de trabajo?
—Estoy trabajando en un libro en el que plasmo una visión general de mi trabajo hasta ahora y tengo otros proyectos profesionales y personales en curso.
—¿Qué suelen hacer en Gstaad?
—Ya sea en verano o en invierno, trato de hacer tantas caminatas como sea posible con Josef, mis amigos y mi perro, "Aki", para descubrir nuevos lugares. Además, como hay una gran variedad de personalidades, nacionalidades y grupos de edad, siempre conoces gente nueva.
—¿Suelen recibir amigos en casa?
—Sí, en grupos pequeños, para asegurarnos de que cada uno pueda disfrutar. Nos encanta reunirnos a la hora del té, después de una de las caminatas. Se adapta muy bien a la vida en la montaña.
—Es usted coleccionista de arte y muebles, ¿desde cuándo?
—Desde hace más de 30 años. He estado coleccionando con la idea de crear un hogar rodeado de objetos que amo. Tuve la suerte de crecer en una familia rodeada de arte por parte paterna y materna. Mis abuelos trabajaban en el negocio y teníamos artistas conocidos, marchantes y coleccionistas, así que pude entrenar mi ojo desde muy temprano.
—¿Ha vivido alguna anécdota en esta casa?
—Sí. Cuando visitamos por primera vez el chalet, estaba nevando mucho y no había visibilidad, así que no pudimos ver el exterior. Nos gustó tanto la casa que decidimos comprarla en dos días, sin ni siquiera haber apreciado las vistas, que, se supone, son la principal atracción. Cuando comenzamos a hacer las obras y llegamos a la primera reunión con los trabajadores, que no nos conocían, escuchamos lo que decían. Todos eran de la localidad y conocían muy bien la zona. Y nos sentimos muy aliviados cuando les escuchamos decir entre ellos: "¡Oh! ¡Esta es la vista más hermosa de Gstaad!"
Habla Tara Duross
—Tara, eres cineasta y guionista, ¿qué nos puedes contar de tu película I Know Better Now?
—Fue mi película de tesis, que hice mientras estudiaba cine en Bard College. La filmamos en Wicklow, Irlanda, donde crecí con mi padre. Quería explorar cómo nos conectamos con nuestros padres una vez se disuelven las gafas de color rosa de la infancia y comenzamos a conocerlos de una manera nueva y, en muchos aspectos, más interesante en la edad adulta.
—¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
—Estoy trabajando en una comedia oscura sobre dos chicos irlandeses que asisten al velatorio de su abuelo. La comedia siempre ha sido una gran pasión para mí y el sonido de los espectadores riendo es mi favorito.
—Tu abuela, que fue una mujer muy interesante, estuvo casada con Henry Ford. ¿Cómo era vuestra relación?
—Éramos muy cercanas y la admiraba muchísimo. Ella podía hacerlo todo. Fue modelo, fotógrafa, violinista e incluso propietaria de un club nocturno. En su vida perdió a dos maridos, pero nunca perdió su fuerte espíritu. Siempre llevaba una cámara consigo y estaba constantemente haciendo vídeos, que editaba y enviaba a la gente. También compartíamos un gran amor por las compras y la moda.
—¿Qué recuerdas de tu infancia?
—Fue maravillosa. Mis padres son dos de las personas más divertidas, interesantes, eruditas y cariñosas que podrías conocer. Se divorciaron cuando yo tenía cuatro años y mi madre y yo hemos vivido tanto en Londres como en Nueva York. Ella siempre fomentó cada pequeño pasatiempo que quería desarrollar, incluido el saxofón, que solo duró un mes. Y siempre me animó a encontrar lo que me hacía feliz.
—¿Ahora le pides a Josef consejos sobre cine?
—Josef es un increíble padrino que siempre se preocupa por mí y por cómo avanza mi carrera. Tiene una gran experiencia cinematográfica y me ayuda a orientarme en la dirección correcta. No creo que pudiera haber tenido más suerte. He crecido sabiendo que era muy afortunada y eso ha hecho que no me quede de brazos cruzados a la hora de ayudar a otras personas.
—¿Dónde sueles visitar a tus padrinos?
—A menudo, en Berlín o París. O ellos vienen a Londres. Recientemente, para asistir a la exhibición fotográfica de mi novio.
—Cuando no estás trabajando, ¿qué te gusta hacer?
—Mis pasatiempos son la fotografía en película (tengo un "instagram" para las fotos, @durossarchive); abrazar a nuestros gatos, "Bow" y "Shadow", y visitar tiendas de alimentos elegantes, como Panzers, para gastarme el dinero en comida deliciosa. Secretamente, disfruto de buscar nuevas recetas para probar en casa y experimentar en la cocina. También me encanta leer y ver películas, siempre buscando algo nuevo e interesante que alimente mi creatividad.