,type=downsize)
El secreto para tener una casa organizada pasa por intentar no desordenar, en primer lugar, y por buscar soluciones de almacenamiento, en lugar de deshacerte de todo lo que no necesitas, no usas o no te hace feliz. Al evitar la acumulación, la decoración parece más limpia, ordenada, el mantenimiento es mucho más sencillo. Y todo está mejor organizado, como en esta propuesta de Rebel Walls de la imagen superior.
¿Y cómo evitar ese exceso de equipaje? La regla se puede resumir en dos palabras: dentro, fuera. El método ‘in & out’ permite hacerlo, sin pensar demasiado en ello, ordenando sin sobresaltos ni dramas y evitando llenar los rincones y armarios de cosas. De esta manera, mantendrás el orden, sin esfuerzo y en tiempo récord. ¡Asegurado!
© Antonio Matres¿En qué consiste el método 'in & out'?
El ‘in & out’ hace suyo uno de los principios del minimalismo, estilo de este salón de Antonio Matres Design, y se aleja del maximalismo, incluso ahora que los ambientes recargados y abarrotados son tendencia de decoración. ¿El objetivo? No acumular y mantener el orden en el tiempo, no solo al momento. En esto se parece mucho al método de Marie Kondo y al ‘streamline’, dos técnicas que apuestan por quedarnos con lo que nos hace feliz o tiene una utilidad y deshacernos del resto.
Estamos ante un sistema que pretende equilibrar los objetos, accesorios, muebles o prendas que adquirimos con los que vendemos, tiramos o regalamos. De forma que nada puede entrar si antes no ha salido algo. ¿Fácil? ¡No tanto! Especialmente por nuestra necesidad de ‘atesorar’.
© BloomingvilleActitud ecorresponsable
Si necesitas un empujocito, aquí lo tienes. El adoptar el método ‘uno dentro, uno fuera” de forma habitual, preferiblemente a diario, supone ciertos beneficios tanto a corto como a largo plazo. Cada compra va vinculada a otra decisión: ¿de qué me deshago? Así, tus adquisiciones serán más meditadas y el proceso de compra menos impulsivo. Así, se acabará el adquirir algo, aunque no lo necesites, en el Black Friday, las rebajas de enero (y las de febrero) o el Blue Monday.
Este hecho implica también una actitud eco-responsable que te ayudará no solo a ahorrar (tu economía te lo agradecerá), sino también a hacer que te sientas mejor contigo misma. Aunque sabemos que es difícil resistirse a unos objetos tan bonitos como estos de Bloomingville.
© VeluxSin mantenimiento
De la misma manera, evitará que tengas que realizar la ‘temida’ limpieza general. Al tener que sustituir algo antiguo, que no viejo la mayoría de las veces, por algo recién adquirido, tendrás cuidado de ir revisando regularmente el vestidor (como el de esta propuesta de Velux), la estantería de libros o el armario de la cocina para evitar sufrimientos innecesarios. Así, no tendrás que dedicar un día completo o más a poner a punto todos los rincones.
© Pia CapdevilaMás tiempo para ti
Al adquirir estos buenos hábitos, obtendrás otra ventaja añadida: ahorro de tiempo. Al no tener que hacer cambio de armario cada temporada, limpieza general o plan de choque al terminar las fiestas de Navidad, podrás dedicar esas horas a ti y a las cosas que te gustan. Qué satisfacción tener todo bajo control y no estar pensando en mantener todo en su sitio. Sobre todo, si dispones de un dormitorio como este de la interiorista Pia Capdevila, donde poder leer junto a la ventana, trabajar o descansar en una atmósfera perfecta.
© DinesenLa hora de la verdad
¿Cuándo empezar? Aunque cualquier día es bueno, lo ideal es comenzar en el mejor escenario posible. Por eso, un buen momento puede ser tras la limpieza general, que será la última si sigues este método, ya que has hecho revisión de tus cosas y te has quedado con lo mínimo y necesario. Dado que tus estanterías, como la de esta propuesta de Dinesen, armarios, despensas e, incluso, mesa del salón estarán más liberadas, será más sencillo. El día después será el principio del nuevo orden, que podríamos describir como pequeñas sesiones de limpieza que, tras rodar un tiempo, incorporarás a tu rutina.
© deVOLEn todos los aspectos de tu vida
Y en todas las estancias de tu casa. La lógica es la misma en el vestidor, que en los armarios de la cocina o los cajones del escritorio: si están abarrotados, será difícil mantenerlos organizados. Por eso, traslada la idea (‘uno dentro, uno fuera’) a todas las estancias, desde el dormitorio al baño, el salón, sin olvidar la cocina (esta de deVOL) y el recibidor. Nada debe quedar fuera de su poder. Así, si te compras un bolso nuevo, deshazte del que llevas años sin usar. Haz lo mismo con los libros, los adornos de la mesa de centro, las velas y mikados, los pequeños electrodomésticos…
© NestY hasta las últimas consecuencias
Para que realmente funcione, debes ponerlo en marcha en todas las circunstancias y estas afectan también a los regalos. ¿Es tu cumpleaños? Antes de guardar y colocar todo lo que te han regalado, en una vitrina tan bonita como esta de Ferm Living (en Nest), echa un vistazo a lo que tienes y decide qué debe ir fuera para hacer sitio a lo nuevo. Aunque puede resultar doloroso y estricto, lo cierto es que casi sin darte cuenta, comprobarás sus efectos en tu casa y en ti misma. Los más puristas llevan esta regla al extremo: si has recibido un paquete con varias cosas, debes deshacerte de todo lo que entre en él. ¡Rizar el rizo!
© H&M HomeA tu manera
No vamos a engañarte, una vez que cojas ritmo, todo irá rápido y sin traumas, pero el principio es lo más complicado. Estamos ante una técnica estricta, aunque puedes suavizarla un poco y adaptarla a tu forma de ser. Así, aunque lo ideal es que sustituyas el mismo tipo de objeto o prenda, es decir, una camiseta por otra o una vela por otra, lo cierto es que también puedes deshacerte de una pieza de otra categoría, siempre que estén en el mismo lugar: el armario, el cajón del escritorio o la encimera del baño (propuesta de H&M Home). Así, ordenarás, pero sin pasarte media hora pensando, qué abandonar.
© KvikEfectivo (casi) al instante
Podemos decir que funciona. Al adquirir el hábito de retirar un objeto cuando llega otro, ganas espacio sin tener que reorganizar todo. Así, no es necesario pensar en un nuevo lugar para tus zapatos en en el vestidor (este de Kvik) o para tus libros, ya que liberas un hueco en cada cambio. Además, los que se quedan son los que tienen un significado para ti, son útiles o te producen felicidad, como afirma Marie Kondo. Y si lo dice una de las mayores gurús del orden, por algo será.
© MoggPara quiénes está indicado
Al tratarse de un método algo estricto, que requiere cierto espíritu de sacrificio (siempre cuesta desprenderse de algo), lo cierto es que puede no ser idóneo para todas. Especialmente si te gusta rodearte de cosas, luchas a diario con algo parecido al síndrome de Diógenes y no eres capaz de regalar, donar o tirar nada, porque piensas que todo tiene una segunda vida.
Sin embargo, resulta perfecto para quienes adoran el orden, como el que se respira en esta propuesta de Mogg, pero su día a día hace imposible que puedan mantenerlo. Con esta técnica sin mantenimiento, todo será más sencillo una vez que haya empezado a rodar.
