Sabes qué estilo quieres en tu cocina, si poner una zona de office o no, si incorporar muebles altos o, tal y como marcan las tendencias de decoración, vitrinas o baldas… Y, sin embargo, muchas veces pasas por alto la distribución y la relación entre las tres zonas, sin tener en cuenta que son clave para el día a día y que su correcta planificación te garantizará, no solo mayor comodidad, sino también funcionalidad y seguridad. Descubre qué aspectos te ayudarán a conseguirlo y, a partir de eso, ahorra paseos innecesarios. Tal y como ha hecho la interiorista Laura Martínez en esta cocina abierta con isla central.
Qué es el triángulo de trabajo
Su nombre ya da una idea de que lo forman tres áreas: almacenamiento (despensa, muebles y frigorífico); preparación y lavado (encimera, fregadero y lavavajillas) y cocción (placa, horno y microondas). A continuación, establece un triángulo imaginario, cuyos vértices serán las tres zonas. Si estas están demasiado separadas o mal ubicadas, tus movimientos pueden ser numerosos y, muchas veces, innecesarios.
Por eso, asegúrate de que están a una distancia razonable y que sean accesibles para facilitar, tanto los desplazamientos entre las distintas áreas como el cocinar, tal y como ocurre en esta propuesta de Gunni & Trentino. Lo habitual en el día a día es que mantengamos ese orden: selección de productos, preparación de los mismos y cocción.
Medidas clave
El triángulo de trabajo ideal debe respetar ciertas medidas, como en este diseño de Mobalpa. Así, los lados deberían tener entre 120 cm y 270 cm y la suma de los tres nunca debe superar los 8 metros. Asimismo, hay que determinar las distancias entre el resto de elementos. De tal manera que, alrededor del fregadero, hay que dejar libres unos 40 cm a cada lado, para evitar salpicaduras en la zona de cocción, si está justo al lado. También es importante que puedas cocinar cómodamente, sin que las asas de la sartén toquen la pared o que puedas abrir el horno, sin entorpecer el paso. Por lo tanto, es recomendable mantener una distancia de 80-90 cm entre los elementos y las paredes u otros muebles bajos.
Aspectos prácticos
Además de respetar ciertas medidas, es preciso que cuides que no haya obstáculos, como un mueble o una isla, entre las partes y que, en el caso de una cocina abierta, el triángulo de trabajo no esté incluido en una zona de paso. Se trata de que puedas moverte de un lado al otro, sin tener que esquivar elementos, tal y como puedes hacer en esta cocina de Quorn Store.
Por otro lado, es importante que tengas en mente tanto la cocina en sí como tus necesidades y hábitos. Así, piensa en el número de ollas y sartenes que tienes, si utilizas habitualmente especias, si prefieres lavar según vas manchando… De esta manera, diseñarás el espacio que mejor se adapte a ti y haga más sencillo el día a día entre fogones.
Áreas bien equipadas
Si al triángulo de trabajo le sumamos un buen equipamiento, como el que cuenta este modelo de Conforama, lograrás que tu rutina en la cocina sea más sencilla, ágil y rápida. Para ello, incorpora cerca del fregadero un armario para productos de limpieza, alrededor de la placa dispón cajones para utensilios, ollas y sartenes o coloca al lado del frigorífico una despensa o armario, para guardar alimentos no perecederos. Toda ayuda es poca y cuanto más accesible y a mano esté todo, más fácil será preparar deliciosas recetas.
En cocinas pequeñas
Quien hizo la ley, hizo la trampa. Es decir, no todas pueden adaptarse a un estricto triángulo de trabajo. En cocinas pequeñas, como esta de Ballingslôv, a menudo es necesario reorganizar los elementos de forma lineal u otras configuraciones menos convencionales que, sin embargo, ofrecen mayor flexibilidad. Considera incorporar soluciones modulares, como encimeras que se esconden o módulos que se pueden mover y adaptar mejor al espacio y situación. Siempre, pero en estos casos más, no debe haber cosas por medio que impidan, aún más, moverte con comodidad.
En cocinas grandes
En una cocina grande, como la que propone Martin Moore, el desafío es otro: mantener la eficiencia y la agilidad en el trabajo diario, a pesar del espacio abundante. Porque, muchas veces, el exceso de metros también puede ser un problema. ¿Cómo? Al disponer de sitio de sobra, puedes estar tentada de establecer las distintas áreas de trabajo muy separadas unas de otras. Es importante, asegurarse de que el frigorífico, especialmente, se encuentre al alcance de la mano, para no tener que pasearte con los productos frescos de un lado a otro.
Cocinas en 'U' o en 'L'
Se trata de una de las distribuciones más ergonómicas y que mejor rentabiliza los metros. Así, en una cocina en U, disponer de un triángulo de cocina perfecto es sencillo. Así, en cada lado se establece una de las zonas y se deja un espacio central cómodo para moverse de una a otra sin problemas. De forma que haya sitio suficiente tanto para la preparación como para el almacenaje. En esta propuesta de Moretti se ha incorporado una isla, donde se ha integrado la placa, lo que ha permitido ampliar la superficie de encimera.
Cocinas en línea
Si tus muebles de cocina están distribuidos en línea, el triángulo de trabajo toma la misma forma. La mejor ubicación es aquella que sitúa el fregadero en el centro y la placa y la despensa y el frigorífico a cada lado, como ocurre en esta propuesta de Schmidt. Respecto a la ubicación del horno y el microondas, dependerá del espacio disponible y si vas a colocarlos en columna o bajo los fuegos.
Cocinas en paralelo
En cocinas de planta alargada, esta distribución en paralelo resulta muy práctica. Puedes ubicar en un frente almacenamiento y reunir en el otro fregadero y placa o, como en esta propuesta de Ballingslôv, establecer la zona de lavado y preparación independiente, lo que multiplicará el espacio de encimera. Lo importante, es que el espacio libre entre ambas áreas sea lo suficientemente amplio para poder abrir el horno o el lavavajillas sin problema.
Con isla
Integrar una isla central con un fregadero puede ayudar a crear una 'versión reducida' del triángulo de trabajo, como en esta propuesta de Leicht. Así, la isla creará una estación multifuncional en el corazón del espacio, permitiendo, además, separar las diferentes tareas y haciendo que todas sean accesibles y cómodas. Evidentemente las dimensiones también juegan a tu favor.