Cuando pensamos en decorar la cocina, nos vienen a la cabeza bonitos acabados de muebles y paredes, así como unos suelos cálidos, pero también elementos para colocar en las vitrinas y estantes abiertos. Juegos de tazas, cestas para organizar y sumar calidez o unos cuadros para dar vida a las paredes son alguno de esos recursos. Pero también las plantas cobran especial importancia en la decoración de la cocina. Su aspecto verde ayuda a dar una frescura única a esta estancia que, con el tiempo, ha sabido reivindicar su posición como el corazón de la casa.
Y lo mejor es que estas plantas, además de decorar, pueden ser parte también de tus mejores recetas. Hemos reunido varias especies que te ayudarán a decorar la cocina y con algunas también llenar de sabor tus platos.
Albahaca (Ocimum basilicum)
La albahaca es una de las plantas más clásicas en la cocina. No solo nos deleita con su aspecto refrescante, sino que su aroma también es perfecto para la cocina. Además, esta planta aromática es parte esencial en muchos de los platos de la cocina mediterránea, especialmente en ensaladas, salsas y pestos.
Eso sí, no es una planta fácil de cuidar en el interior, ya que es bastante exigente en cuanto a los riegos. De hecho, lo más adecuado es que tenga el sustrato húmedo, pero sin encharcar. Asimismo, necesita una ubicación con abundante luz solar y un ambiente cálido. Úsala fresca para aprovechar al máximo su sabor y aroma.
Poto (Potus)
No todas las plantas con las que puedes decorar la cocina sirven para condimentar tus platos. Hay otras que son decorativas y que te ayudarán a darle un aspecto fresco y natural a este espacio. Una de ellas es el poto. Su gran ventaja es que es una planta resistente de fáciles cuidados, de manera que se convertirá en la mejor opción para quienes buscan una alternativa llamativa, pero sin complicaciones. Colócalo en un estante abierto o trepando por un soporte vertical y verás su efecto.
Entre los cuidados del poto, podemos destacar que es una planta que tolera diferentes niveles de luz y no tiene necesidades de agua demasiado exigentes. Además, puesto que la cocina suele ser una estancia con un nivel de humedad más alto que el resto de la casa debido a la cocción de alimentos, esto favorecerá el crecimiento del poto.
Caléndula (Calendula officinalis)
Aunque no lo creas, esta planta de vibrantes flores de color naranja también es perfecta para decorar la cocina. Su pequeño porte la hace ideal para tener en un rincón, siempre que ese rincón sea junto a una ventana, ya que esta planta necesita luz directa para florecer. Pero lo mejor es que los pétalos de las flores de la caléndula son comestibles y se emplean para dar color y sabor a ensaladas, guisos y arroces. Úsalos frescos para aprovechar su sabor especiado.
En cuanto a los cuidados de la caléndula, ya hemos comentado que prefiere luz solar directa, así como un suelo con un buen drenado y riegos moderados.
Romero (Rosmarinus officinalis)
Otro clásico para condimentar tus platos y con el que conseguirás un aroma fresco y agradable en tu cocina es el romero. Esta planta mediterránea es ideal también para neutralizar los olores intensos que a menudo se generan cuando cocinamos. Su aspecto frondoso y elegante, con hojas estrechas y verdes, también aporta un toque natural y rústico ideal para la cocina. Ponlo en una maceta de barro o cerámica para realzar aún más su encanto.
Entre los cuidados del tomillo, destaca que necesita luz solar abundante y buena circulación de aire. Lo ideal es colocarlo en una ventana bien iluminada y evitar áreas con alta humedad. No requiere riegos frecuentes, ya que tolera bien la sequía.
Tener romero fresco al alcance de la mano es ideal para los amantes de la cocina, ya que es un ingrediente versátil que puede utilizarse en guisos, asados, panes y aceites infusionados, ya sea fresco o seco.
Cebollino (Allium schoenoprasum)
El cebollino es otra planta más que puedes sumar a la decoración de tu cocina. En ella encontramos un espécimen bello, práctico para tus platos y de fáciles cuidados. Se caracteriza por sus tallos finos, que aportarán un toque de frescura y color a cualquier cocina. Su crecimiento compacto hace que esta planta sea perfecta para cultivar en el alféizar de la ventana o en una estantería, donde puede recibir la luz natural que necesita para prosperar. Sus hojas frescas, de sabor suave y ligeramente picante, son ideales para espolvorear sopas, ensaladas, huevos, pastas y platos de pescado.
Sus cuidados son sencillos: necesita mucha luz, aunque puede adaptarse a lugares con luz indirecta. Solo requiere riegos moderados para mantener el sustrato ligeramente húmedo. Su gran ventaja es que, al cosechar sus hojas, la planta sigue creciendo, lo que asegura un suministro constante de este delicioso condimento.
Perejil (Petroselinum crispum)
El perejil se suma a esas plantas perfectas para dar vida a la cocina gracias a su olor refrescante, su versatilidad culinaria y su facilidad de cultivo. Es perfecto para decorar encimeras o ventanas, ya que ocupa poco espacio y requiere cuidados mínimos. Sus hojas frescas te ayudarán a realzar el sabor de ensaladas, sopas, guisos y salsas, siendo un condimento esencial en muchas recetas.
Respecto a sus cuidados, el perejil prefiere luz natural indirecta, aunque puede adaptarse a espacios con luz moderada. Asimismo, requiere un sustrato húmedo, pero evitando los encharcamientos. Además, es importante que realices podas regulares, ya que esto estimula la producción de nuevas hojas.
Cinta (Chlorophytum comosum)
Otra planta que queda genial en la cocina gracias a sus hojas alargadas y que crecen en cascada, aportando un look colgante muy atractivo, es la cinta. Es perfecta para decorar la cocina si la cuelgas en una maceta colgante o sobre una estantería alta, creando un efecto visual atractivo.
La cinta también es muy fácil de cuidar, lo que la hace perfecta para decorar la cocina sin tener que preocuparte demasiado por sus cuidados. La cinta necesita luz indirecta brillante, aunque tolera semisombra, y un riego moderado, dejando secar el sustrato entre riegos para evitar encharcamientos. Prefiere ambientes húmedos, por lo que la cocina es una ubicación ideal.
Menta (Mentha spicata)
La menta es una planta ideal para dar a tu cocina un aspecto y aroma refrescante, que ayudará a neutralizar otros olores y crear unos ambientes relajantes. Sus hojas verdes y delicadas la convierten en una opción atractiva para cualquier rincón de la cocina, ya sea en macetas sobre el alféizar de la ventana o en pequeños recipientes. Además, la menta es una planta muy fácil de cuidar, ya que no requiere mucha atención: necesita una ubicación donde reciba luz indirecta, riegos regulares y podas esporádicas.
Tener menta en la cocina no solo es decorativo, sino también funcional, ya que sus hojas frescas pueden usarse en infusiones, postres, ensaladas o cócteles, agregando un toque de sabor natural y saludable.
Lavanda (Lavandula)
Si quieres un aroma suave y envolvente en la cocina, añade unas macetas con lavanda. Su fragancia floral y relajante tiene la capacidad de mejorar el ambiente, aportando una sensación de frescura y calma. La lavanda agregará un toque de color y elegancia con sus flores moradas y sus hojas verdes. Además, la lavanda es muy fácil de cuidar, ya que no requiere mucho riego y prefiere la luz solar directa, lo que la hace ideal para tenerla en interiores soleados o cerca de una ventana.
Incluso tiene también usos culinarios. Sus flores pueden ser utilizadas para dar un toque aromático a diversos platos, como postres, infusiones, ensaladas o incluso en la preparación de salsas, proporcionando un sabor delicado y distintivo. También es conocida por sus propiedades relajantes y digestivas, lo que la convierte en un buen aliado en la cocina para preparar tés o infusiones que ayudan a reducir el estrés y mejorar la digestión.