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Raimonda y Emanuele posan junto a Ottavia ante la fachada principal de la casa, rodeada por siete hectáreas de jardines —en las imágenes inferiores— y kilómetros de setos de boj. Parte del terreno fue rediseñado en la década de los cincuenta por el célebre arquitecto paisajista Russell Page, conocido como 'el Mozart de los jardines'.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

Con uno de los jardines históricos más bellos de Europa

Entramos en la histórica 'Vigna Barolo' de manos de Emanuele y Raimonda Gamna: una villa piamontesa del siglo XVIII

El reconocido abogado italiano y su mujer, descendiente de la más ilustre familia de príncipes sicilianos, nos reciben junto a Otta­via, hija del primer matrimonio de nuestra anfitriona


13 de enero de 2025 - 15:58 CET

Ubicada en el pintoresco entorno montañoso de Moncalieri, en el norte de Italia y a tan solo cinco kilómetros de Turín, "Villa Silvio Pellico", también conocida como "Vigna Barolo", se erige como un símbolo de la tradición aristocrática italiana. Gracias a sus residentes, es una combinación de una villa piamontesa con un toque francés y siciliano, lo que le otorga un encanto único.

Raimonda y Emanuele posan junto a Ottavia ante la fachada principal de la casa, rodeada por siete hectáreas de jardines —en las imágenes inferiores— y kilómetros de setos de boj. Parte del terreno fue rediseñado en la década de los cincuenta por el célebre arquitecto paisajista Russell Page, conocido como 'el Mozart de los jardines'.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Raimonda y Emanuele posan junto a Ottavia ante la fachada principal de la casa, rodeada por siete hectáreas de jardines —en las imágenes inferiores— y kilómetros de setos de boj. Parte del terreno fue rediseñado en la década de los cincuenta por el célebre arquitecto paisajista Russell Page, conocido como 'el Mozart de los jardines'.
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

La mansión, construida en 1785, fue propiedad del marqués de Barolo y, curiosamente, más tarde fue rebautizada con el nombre de su secretario, Silvio Pellico, quien, de forma inesperada, se convirtió en un icono de la reunificación y el patriotismo italianos.

© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

Algunas estancias fueron diseñadas por Renzo Mongiardino, famoso por crear las residencias más deslumbrantes de la segunda mitad del siglo XX, como la del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemis­za, Aristóteles Onassis, Gianni Agnelli y Lee Radziwill

Los Barolo ampliaron la residencia con adiciones tempranas de estilo neogótico, así como una capilla y un pequeño castillo. También plantaron un jardín romántico y kilómetros de setos de boj. Parte del terreno fue rediseñado en la década de los 50 por el célebre arquitecto paisajista Russell Page, conocido como "el Mozart de los jardines".

Madre e hija posan en un rincón de su 'flowers room', un espléndido espacio en el que todos los relieves son obra de Thorvaldsen, el rival danés del célebre escultor del neoclásico italiano Canova. Y entre libros, candelabros sicilianos de bronce y sillas XVIII con el tapizado original, presiden la estancia varias esculturas de origen romano y dos espléndidas arañas de cristal de roca. En la imagen inferior, un detalle del altorrelieve del genio de Copenhague sobre un secreter Louis Phillipe.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Madre e hija posan en un rincón de su 'flowers room', un espléndido espacio en el que todos los relieves son obra de Thorvaldsen, el rival danés del célebre escultor del neoclásico italiano Canova. Y entre libros, candelabros sicilianos de bronce y sillas XVIII con el tapizado original, presiden la estancia varias esculturas de origen romano y dos espléndidas arañas de cristal de roca. En la imagen inferior, un detalle del altorrelieve del genio de Copenhague sobre un secreter Louis Phillipe.
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

Y si el jardín es una maravilla, los interiores de la mansión no se quedan atrás. Algunos de ellos están diseñados por Renzo Mongiardino, famoso por crear las residencias más deslumbrantes de la segunda mitad del siglo XX, como la del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, Aristóteles Onassis, Gianni Agnelli y Lee Radziwill.

La impresionante mansión fue adquirida en 2007 por sus actuales propietarios: Emanuele y Raimonda Gamna. Emanuele es un renombrado abogado, autor de La importancia de ser un Agnelli, un relato sobre los enredos y escándalos que siguieron a la muerte de Gianni Agnelli, mientras que Raimonda es la última descendiente de la más ilustre familia de príncipes sicilianos, los Lanza Branciforte di Trabia.

"Emanuele es piamontés y todo en la casa tiene ese toque afrancesado, y me gusta. Yo soy responsable de los colores y también de algunos objetos que vienen de los palacios de mi padre en Palermo"

Raimonda y Emanuele Gamna, en la que llaman la 'sala blanca', con puertas 'savoiannes', 'gueridons' diseñados por Piranesi y grandes pinturas de Angelo Maria Crivelli.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Raimonda y Emanuele Gamna, en la que llaman la 'sala blanca', con puertas 'savoiannes', 'gueridons' diseñados por Piranesi y grandes pinturas de Angelo Maria Crivelli.

El padre de Raimonda, Raimondo Lanza Branciforte di Trabia, fue el hijo ilegítimo de Giuseppe, príncipe de Scordia, y de la princesa Madda Spada Potenziani y único heredero de la Casa de Trabia, cuya vida parece un relato de película. De hecho, fue Luchino Visconti quien le presentó a su mujer, la madre de Raimonda, la actriz Olga Villi. Sin embargo, pese a que este "gentiluomo" inspiró al mismísimo Domenico Modugno, Raimonda no llegó a conocer a su padre.

Su marido, Emanuele, han sabido aportar un toque distintivo a la villa integrando algunos elementos barrocos en la decoración, típicos de sus palacios natales. La pareja ha puesto en valor esa sensación de casa de campo europea all’antiqua, con muebles y pinturas que evocan la alegría de épocas pasadas, manteniendo su legado y encanto histórico vivo. Junto a los anfitriones, nos recibe Ottavia Casagrande, una de las dos hijas del primer matrimonio de Raimonda.

El comedor, con un servicio de mesa de Meissen, candelabros de roca piamonteses y un 'ormolú' vienés, y debajo, la biblioteca principal, tapizada en 'chintz' inglés.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
El comedor, con un servicio de mesa de Meissen, candelabros de roca piamonteses y un 'ormolú' vienés, y debajo, la biblioteca principal, tapizada en 'chintz' inglés.
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
La pequeña biblioteca, con una 'boiserie' francesa Luis XV.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
La pequeña biblioteca, con una 'boiserie' francesa Luis XV.

—Raimonda, ¿cómo encontrasteis esta casa?

—Ambos conocíamos esta casa desde la infancia. Éramos amigos de la familia y, a menudo, nos invitaban cuando estábamos en Piamonte. Hace 20 años, estábamos buscando una casa de fin de semana y fue entonces cuando nuestros amigos nos llamaron para decirnos que, lamentablemente, deseaban vender y que éramos los "candidatos ideales". La primera visita de Emanuele fue en 1968, un día de invierno soleado tras una copiosa nevada; era como en un cuento de hadas. Yo tengo un recuerdo similar, pero de los viejos rosales.

—¿Hicisteis algún cambio en la casa o en el jardín?

 —La casa ha sido completamente amueblada con nuestras cosas, pero el espíritu permanece inalterable. Creo que hemos mejorado el contenido. El jardín, en cambio, se ha conservado con las replantaciones necesarias. El jardín es mi principal ocupación, pongo toda mi creatividad en él y me ocupo del cuidado minucioso de este jardín tan complejo... siguiendo las indicaciones de Russell Page.

Como su abuela materna, la actriz Olga Villi, Ottavia ha trabajado en teatros de toda Europa. "Recuerdo ir a verla sobre los esce­narios cuando era niña. Entre bastidores, en el camerino... Era una señora muy elegante y misteriosa"

En las imágenes inferiores, otro dormitorio, con puerta Imperio y cómodas media luna del XVIII.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
En las imágenes inferiores, otro dormitorio, con puerta Imperio y cómodas media luna del XVIII.
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

—¿Qué recuerdos guardas de tu tiempo en Sicilia y cómo influyeron en tu vida posterior?

—Pasé en Sicilia menos tiempo del que me hubiera gustado. Nací en Roma y luego me mudé a Génova, Cortina d’Ampezzo... Pasé muchos veranos de mi infancia allí y después heredé en Trabia, cerca de Palermo, un monumento renacentista increíblemente bello junto al mar, el lugar que más he amado en mi vida, adorado por mi padre. Me dolió mucho cuando tuve que venderlo, en el año 2000.

—Te han descrito como una mujer fuerte y sofisticada, cualidades arquetípicas de la mujer siciliana tradicional. ¿Están en lo cierto?

—Mi familia siciliana era bastante "sui generis" y vivía en muchos otros lugares, aunque mi bisabuela, la mítica princesa Giulia, nacida Florio, es un ejemplo constante en mi vida; ella era obstinada, fuerte, extremadamente inteligente y jamás se rendía ante las adversidades.

—¿Cómo es la decoración de la casa?

—Emanuele es piamontés y todo en la casa tiene ese toque afrancesado, y me gusta. Aporta suavidad a la decoración. Yo soy responsable de los colores y también de algunos objetos que vienen de las casas de mi padre en Palermo, como el Palazzo Butera y Villa Trabia, que, por supuesto, son los detalles que más valoro.

En la imagen, Ottavia en su dormitorio, uno de los espacios reformados a mitad de siglo XX por Mongiardino, en donde se combina el típico tapizado del italiano con otros motivos de inspiración orientalista, candelabros chinescos XVIII y grandes tibores que sirven de lámpara. Y sin olvidar tampoco la impronta barroca de la casa: con el bodegón de flores en el cabecero de la cama y las puertas de marquetería siciliana.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
En la imagen, Ottavia en su dormitorio, uno de los espacios reformados a mitad de siglo XX por Mongiardino, en donde se combina el típico tapizado del italiano con otros motivos de inspiración orientalista, candelabros chinescos XVIII y grandes tibores que sirven de lámpara. Y sin olvidar tampoco la impronta barroca de la casa: con el bodegón de flores en el cabecero de la cama y las puertas de marquetería siciliana.
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

Emanuelle

—¿Cuándo os conocisteis Raimonda y tú?

—De adolescentes. En 1970, en la fiesta de Nochevieja que dieron las hijas de Maria Sole Agnelli (entonces condesa Teodorani) en una estación de montaña. 

—Pasó tiempo hasta que os convertisteis en pareja... ¿Cómo es ahora vuestra vida juntos?

—¡Una pesadilla! (Risas). Nos peleamos y nos adoramos. Después de 40 años, somos bastante complementarios. La administración, el dinero y el mantenimiento de la casa siempre han sido mis tareas. La fantasía, la de mi mujer. Y ambos amamos a la familia y las visitas.

Raimonda y Ottavia, sobre una alfombra de seda de la India, posan delante de un pastel de Rosalba Carriera en la sala de los retratos, un espacio que guarda la distribución de Mongiardino.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Raimonda y Ottavia, sobre una alfombra de seda de la India, posan delante de un pastel de Rosalba Carriera en la sala de los retratos, un espacio que guarda la distribución de Mongiardino.

"La casa ha sido completamente amueblada con nuestras cosas, pero el espíritu permanece inalterable. Creo que hemos mejorado el contenido", dice Raimonda

—Vivís rodeados de uno de los jardines más bellos del mundo.

—Considero esta casa un refugio contra cualquier amenaza y, de hecho, este lugar ha cumplido bien con la tarea que le encomendamos: es un mundo autosuficiente donde todo es armonioso y proporcionado. Sin duda, es una fiel imagen de nosotros.

—¿Es lo que queríais?

—Claro que sí. Este lugar es completamente nuestro, tanto por dentro de la casa como fuera. Hemos conservado todas sus hermosas características, pero, al mismo tiempo, esta casa es diferente a la que era cuando llegamos. Más acogedora y, quizás, más impactante.

© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
En la imagne, la sala de los retratos, un espacio que guarda la distribución de Mongiardino y que, en uno de sus flancos alberga un tesoro: un escritorio de Luis XVI montado en 'ormolú'. Al lado, la matriarca bajo el retrato que pintó para ella Velasco Vitali.© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
En la imagne, la sala de los retratos, un espacio que guarda la distribución de Mongiardino y que, en uno de sus flancos alberga un tesoro: un escritorio de Luis XVI montado en 'ormolú'. Al lado, la matriarca bajo el retrato que pintó para ella Velasco Vitali.

—¿Cuál es tu lugar favorito en el jardín y en la casa?

—En el jardín, el banco blanco sobre el césped, con vistas a los cedros del Líbano de 500 años; ahí está toda la armonía. En la casa, amo la biblioteca recién creada en el último piso, bajo el techo, una especie de almacén lleno de recuerdos y libros, libros, libros…

—¿Qué le pides a la vida?

—Es simple. Que este pedazo de paraíso sea nuestro por otros 30 años. ¿Es mucho pedir?

© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

"El jardín es mi principal ocupación, pongo toda mi creatividad en él y me ocupo de su cuidado minucioso... siguiendo las indicaciones de Russell Page", cuenta Raimonda sobre el denominado "Mozart del paisajismo"

Los nietos de Raimonda junto a uno de los estanques del jardín© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Los nietos de Raimonda junto a uno de los estanques del jardín.

Habla Ottavia

—Te graduaste en Drama y Artes Teatrales en Goldsmiths College, y has trabajado en teatros de Francia, Inglaterra, Italia y Rusia. ¿Has heredado la vena artística de tu abuela Olga? 

—Recuerdo ir al teatro para ver a mi abuela sobre los escenarios cuando era niña. Entre bastidores, en el camerino... Era una señora muy elegante y misteriosa, así que supongo que sí, me causó una gran impresión. A mí, en cambio, me gusta un teatro más innovador, que se salga de los límites de lo convencional. Suena paradójico, pero el teatro es una de las formas de arte más vanguardistas en la actualidad, mucho más que el arte contemporáneo, por ejemplo.

—Has escrito dos libros: "Mi tocche­rà ballare", coescrito con tu ma-dre, y "Quando si spense la notte" (ganador del Premio Matteotti en 2019), ambos dedicados a la figura legendaria de tu abuelo. ¿Cómo convenciste a tu madre para que colaborase en tu libro y qué ha significado para ti hacerlo?

—¡No tuve que convencerla! ¡Ella me obligó! Siempre solía reflexionar sobre el hecho de que nunca había conocido a su padre. Entendí entonces que era un tema muy importante para ella. Así que me senté un día y escribí su historia. Para ella.

—¿A qué te dedicas ahora?

—En este momento, escribo para "Il Corriere della Sera", "Il Sole 24 Ore" y "Domani". Recientemente, he producido el programa de televisión ZigZag, dedicado a lugares únicos en todo el mundo y a las personas que los amaron, disponible en streaming, y también, todos los veranos, dirijo el festival de teatro Sciaranuova, en la bodega Planeta, situada en la ladera del monte Etna. 

Siguiendo las reglas del neogótico, la casa sería ampliada a lo largo del siglo XIX© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Siguiendo las reglas del neogótico, la casa sería ampliada a lo largo del siglo XIX.
Se añadió una capilla iluminada por una lámpara proveniente del legendario Palazzo Butera, en Palermo, antiguo palacio de Donna Raimonda© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Se añadió una capilla iluminada por una lámpara proveniente del legendario Palazzo Butera, en Palermo, antiguo palacio de Donna Raimonda.
Un pequeño castillo© Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)
Un pequeño castillo.
TEXTO

Ana Fernández de Córdoba Cendra

PRODUCCIÓN

Ana Fernández de Córdoba Cendra

FOTOGRAFÍA

Fernanda Navarro y Paloma Rojas-Marcos (Couche Studio)

VESTUARIO RAIMONDA

Stephan Janson

VESTUARIO OTTAVIA

Carla Saibene, Espera y Wait and See Milano

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.