Después de la luz, el color es el elemento que más influye en la percepción del espacio en una casa y además provoca fuertes sensaciones en las personas. Según cómo utilicemos el color una misma estancia puede resultar fría o acogedora, apacible o estimulante, además de percibirse como más pequeña o de mayor tamaño.
Junto al interiorista Javier Quintanilla, de Interiorismo Parellades (www.interiorismoparellades-sitges.com), veremos cómo aplicar el color de forma cálida y al mismo logrando una atmósfera relajada.
Buenas opciones para el salón
Para el experto la combinación infalible para generar una atmósfera acogedora y cálida en el salón es una base en tonos arena u otro neutro cálido y suave, combinada con maderas naturales y grises medios como tonos secundarios. Como color de acento, su favorito es el verde, sereno y natural.
“Mi color neutro preferido es el arena, porque tiene la calidez de los beige y la contemporaneidad del gris. Además, ilumina y amplía los espacios. Pinta las paredes en un tono arena muy suave, incluso opta por un pavimento de microcemento color arena, y conseguirás un efecto realmente relajado y envolvente”, aconseja Javier.
Este salón en una gama de colores serena lo ha diseñado RQH Studio.
El dormitorio, un templo de paz
Los dormitorios son estancias destinadas al descanso, de modo que las gamas seleccionadas deben invitar a conseguir un plácido sueño. El color por excelencia para crear ambientes relajados es el azul, pero solo en sus tonalidades más suaves. Además, al tratarse de una gama fría tiene la capacidad de ganar sensación de amplitud. Es el color que inunda la habitación de la propuesta, con un papel pintado de efecto degradado de la marca de Élitis. Para dar un toque acogedor, siempre resulta aconsejable apostar por muebles tapizados o de madera y fibras.
El interiorista, explica que “actualmente están muy de moda los verdes, unos tonos que personalmente me parecen la opción más interesante para un dormitorio. El verde en tonalidades suaves y azuladas son muy relajantes y además te conectan con la naturaleza. Combínalos con toques de madera y una iluminación con pantallas de lino y conseguirás un ambiente realmente reparador”.
Secretos para combinar colores fríos y cálidos
“Aquí podríamos extendernos en la utilización de la teoría del color, pero hay un método infalible mucho más sencillo”, que pasa a detallarnos el diseñador de interiores:
- Si la base de la decoración es fría (grises, blancos, aceros), utiliza colores secundarios y puntos de decoración de acento en tonos cálidos, como marrón, teja, ámbar o siena y atrévete con toques en dorado o bronce.
- Si la base de decoración cálida (beige, madera), compénsalo con tonos más fríos, como los grises, verdes amarillentos o azules oscuros y añade algún acabado en cristal y plata mate.
Un buen equilibrio presenta este dormitorio infantil decorado por Pia Capdevila, con ropa de cama de la firma Textura, paredes en una tonalidad arena y mobiliario blanco fabricado completamente a medida.
¿Usar colores vibrantes?
Para el empleo del color en decoración no hay reglas universales, dependerá siempre de las emociones que genere en cada persona. Por ejemplo, los colores vibrantes son fuertes y para algunos puede resultar abrumadores. “Siempre que necesitemos que un espacio ofrezca concentración y calma, se deben evitar. No obstante, en comedores y cocinas hay que tener presente que el naranja y sus primarios (rojo y amarillo) estimulan el apetito”, apunta Javier.
Al experto le gusta utilizar colores vibrantes como puntos de acento decorativo en zonas que no se vean constantemente: un cuadro en el recibidor o en una zona de paso, un papel pintado atrevido en la habitación de invitados o incluso una composición de varios cuadros muy vibrante tras la mesa de despacho. Son formas de aportar mucha energía a tu casa, pero sin cansarte.
En la propuesta, PPT Interiorismo aplica el naranja en la cocina, pero en pequeñas dosis y contrastado con su opuesto, el verde (en este caso en una tonalidad muy elegante, el verde botella).
Una regla infalible
Si nuestro objetivo es lograr un ambiente relajante, los colores deben combinarse siguiendo la regla del 60/30/10, es decir, aplicar esta proporción: un 60% de blancos o blancos rotos, un 30% de colores neutros en tonos medios (maderas, grises, hierros) y, por último, un 10% de contraste, en un color de acento, las alternativas alegres y vibrantes que más te gusten.
“Si este contraste de color lo haces con tonos engamados, el resultado será perfecto. Por ejemplo, una gama muy cálida y femenina son los tonos sienas y tejas que puedes mezclar con un energético rosa. Si buscas dar luz al espacio combinar amarillos y ocres con algo de naranja es lo ideal. Y para conseguir un efecto relajante los colores verdes y azules son la mejor elección. Incluso puedes combinarlos entre ellos. Verde turquesa o verde mint con azul cobalto transmiten mucha energía sin perder el efecto tranquilizante de los tonos fríos y naturales”, sugiere Javier.
Firma el proyecto de salón Macarena Sáenz, diseñadora de interiores especializada en neuroarquitectura.
Que la luz no estropee el proyecto de decoración
No olvides que la iluminación también colorea los espacios. Opta por una buena iluminación general combinada por puntos de luz indirecta con bombillas cálidas (3.000º K) para no arruinar la decoración de tu hogar.
Javier es contundente en el tema de la iluminación y considera que la luz lo es todo, es el aspecto principal en la percepción espacial y sensorial de un espacio. “Si buscamos potenciarla, utilizaremos tonos neutros y fríos sobre una base blanca o muy clara. Un buen truco es aportar también toques de amarillo o dorado, que iluminan inmediatamente cualquier espacio”, afirma.
Si por el contrario tenemos un espacio con exceso de luz directa, algo cada vez más frecuente en casas contemporáneas de grandes balconeras, conviene utilizar una base de color neutro de un tono más subido y colores cálidos como marrones o sienas, añadiendo asimismo toques de madera.
Este dormitorio infantil con mesa de estudio debajo y la cama en altura es un ambiente de Circu que emplea tiras Led para potenciar la luminosidad. Respecto a la tonalidad predominante, es el color del Año Pantone 2025, el cálido Mocha Mousse.
Hablemos de texturas
Las paletas de color no operan en el vacío, sino que se complementan con la selección de texturas y materiales.
De modo que, según el experto, “si queremos acentuar la calidez utilizaremos materiales naturales como maderas, terciopelos, linos y fibras como el mimbre. Si por el contrario buscamos aportar frescura los metales, cristales, mármoles y cerámicas vidriadas serán nuestros aliados”.
En la propuesta, un aseo de cortesía ideado por Luzio Studio que combina un revestimiento artesanal en color azul turquesa de Rajoleria Llensa, con el mueble de lavabo en rechapado de roble y las encimeras de porcelánico color crema.
Introducir color, por poco dinero
Para añadir colores sin necesidad de reformas existen infinidad de ideas, como empapelar o entelar la pared de acento de una estancia, ya que sin obra y con un presupuesto bajo consigues mucha personalidad y estilo.
“También puedes cambiar un dormitorio o un salón en una tarde, escogiendo nuevos textiles en colores cálidos y relajantes: cojines, mantas y plaids son la opción más sencilla y efectista”, comenta Javier. Su estudio, Interiorismo Parellades, ha sido el encargado del diseño del dormitorio de la imagen superior.
Una inversión mayor
A pesar de que tampoco impliquen costosas obras, hay elementos que van a ser (por regla general) más costosos que los mencionados en el punto anterior, pero cuya inversión puede valer mucho la pena pues son capaces de transformar una estancia y toda su energía.
Estamos hablando, por un lado, de las alfombras. Javier recomienda “seleccionarlas en materiales resistentes para mantenerlas siempre con el aspecto del primer día”. Y, en segundo lugar, el arte también puede aportar color a modo de cuadros o esculturas. En este comedor, la obra colorista y en formato ‘XL’ la firma Jean Mür y se erige en la protagonista de la estancia, que ha creado el interiorista Iñigo Iriarte.
Si tienes un presupuesto ajustado tienes alternativas a los tapices en lana, seda y otros materiales costosos, como las alfombras de algodón. Y en las paredes puedes colgar láminas y pósteres (que resultan más económicos que las obras originales) o un conjunto de fotografías, capaces también de dar energía instantánea a tu casa.