Si hay una pieza de especial importancia en la decoración del dormitorio, esa es el cabecero. Este elemento, además de estético, también es práctico. Así, el también llamado cabezal, aísla de la pared, la protege de la suciedad y ofrece un respaldo cómodo para leer o ver televisión en la cama. De madera, tapizado, de diseño, con almacenaje o de fibras naturales, las opciones son muchísimas, pero su acabado y estética depende, en gran medida, de cómo es el resto del dormitorio. Te mostramos 10 dormitorios con 10 cabeceros diferentes para que te inspires si estás pensando en cambiar el tuyo.
1. La madera siempre aporta calidez
Si estás buscando sumar calidez al dormitorio, la madera es uno de los materiales claves para conseguirlo. Con su simple presencia ya conseguirás subir la temperatura visual, además de aportar un estilo moderno y actual. Además, son la mejor opción para conseguir un mayor aislamiento.
Eso sí, si eliges un cabecero de madera, tendrás que asegurarte de que el resto de madera de otros elementos es similar o parecida para que el dormitorio no se convierta en un collage.
Una opción muy decorativa es renunciar al cabecero como tal y revestir toda la pared con lamas de madera, que haga las funciones de esta pieza, aislando y decorando. Esta propuesta queda especialmente bien en dormitorios pequeños y con el techo abuhardillado, aportando también un look rústico moderno. Esta es una propuesta de Pia Capdevila.
2. Un tapizado con personalidad
Otro de los cabeceros más clásicos son los tapizados. Esta opción es también cálida y muy elegante. Si te gusta leer antes de irte a la cama o ver la televisión, este tipo de cabeceros son tu mejor opción porque son mucho más cómodos que los de madera, con una superficie bastante más dura.
Además, la tela elegida para su tapizado sumará personalidad y carácter a la habitación, determinando aún más su estilo. Un estampado de cuadros, como en este dormitorio decorado por la interiorista Raquel González, aportará un aspecto elegante que combinado con elementos más actuales consigue un resultado moderno y muy actual.
3. Elígelo desenfundable
Los cabeceros desenfundables tienen todas las ventajas de los cabeceros tapizados y alguna más. Y es que además de muy elegantes y estéticos, las fundas se pueden retirar para lavar, lo que te ayudará a mantener el cabecero (y tu habitación) en perfectas condiciones. Es la opción más adecuada para dormitorios de personas con alergias, si tienes mascotas o niños, ya que suelen ensuciarse con mayor facilidad.
Si, además, quieres cambiar el estilo del dormitorio según la temporada, con unas nuevas fundas podrás renovar la decoración sin gastar mucho. También, al proteger la estructura principal del cabecero, conseguirás prolongar su vida útil.
4. Con almacenaje
Los cabeceros con almacenaje son una buenísima incorporación a la decoración de un dormitorio pequeño. Estos ofrecen un espacio perfecto para guardar objetos en una zona del dormitorio que normalmente no se usa. Estos cabeceros combinan estética y funcionalidad, ya que la mayoría de diseños son muy decorativos.
Suelen contar con compartimentos accesibles en los que guardar objetos de uso diario, como libros, dispositivos electrónicos y hasta las almohadas o los cojines cuando no se están usando.
Otra de sus ventajas es que suelen tener las mesitas integradas, muchas veces con luz, de manera que ahorran espacio y ofrecen una estética más limpia en el dormitorio.
5. Nos gustan los cabeceros de obra
Los cabeceros de obra se han convertido en toda una tendencia en el dormitorio. Son elegantes, ofrecen una estética depurada y se diseñan a medida, ajustando tamaño, forma, diseño y acabados a las necesidades de los habitantes. Al igual que los cabeceros con almacenaje, este tipo de cabezales suelen llevar las mesitas integradas en forma de nichos o módulos suspendidos.
Si se planifican bien, también incorporan los interruptores y varios enchufes para que sean cien por cien cómodos. Lo vemos en este dormitorio, diseñado por la interiorista Pia Capdevila.
6. La naturalidad de las fibras
Para los que buscan una estética más relajada, fresca, relajada y natural, como el estilo mediterráneo, bohemio o nórdico, los cabeceros de fibra son una opción estupenda. Incluso quedan bien en dormitorios con matices clásicos o vintage.
También quedan muy bien en dormitorios que buscan una conexión con la naturaleza y en climas cálidos por su sensación de frescura. Pero, al igual que la madera, el mimbre, el yute, el coco o el sisal, aportan muchísima calidez. Si, además, quieres para tu hogar una decoración más sostenible, los cabeceros de fibras son acierto, ya que suelen estar fabricados con materiales eco-friendly.
En esta propuesta de la interiorista Laura Yerpes, el cabecero de fibras destaca sobre la pared empapelada y combina con la alfombra y la lámpara, también de fibras.
7. De pared a pared
Otra opción para dormitorios pequeños. Con un cabecero de pared a pared conseguirás que la habitación parezca mucho más grande. La clave para lograr este efecto es que el resto de la decoración sea sobria y sin artificios. En cuanto a los colores, decántate por una gama de tonos neutros. Y, para las paredes, elige preferiblemente tonos claros, como el blanco, el hueso o un gris muy, muy suave.
Asimismo, evita añadir demasiados elementos que saturen la decoración. Si las mesitas son discretas, mejor y apuesta por lámparas colgantes de diseño estilizado que no generen ruido visual. En esta propuesta del interiorista Alberto Torres, la pared del cabecero tiene sola moldura decorativa del mismo color que la pared.
8. Con las mesitas integradas
No solo los cabeceros de obra o con almacenaje pueden llevar las mesitas de noche integradas. Un elegante diseño tapizado, como el de este dormitorio, también pueden tener las mesitas de noche incorporadas. En esta ocasión, el interiorista Rober Quiñones-Her (RQH Studio), ha elegido un modelo de cabecero que cuenta también con unas mesitas de madera suspendidas, liberando el espacio en el dormitorio y con un acabado sofisticado, pero también práctico y cómodo.
9. Enmarcado con pintura
Si buscas una alternativa cómoda y práctica, que sea fácil de limpiar y muy estética, apuesta por pintar la pared, enmarcando la zona de la cama, de manera que se pueda prescindir del clásico cabecero.
Esta opción es perfecta para una habitación infantil o juvenil, ya que es probable que tengas que renovar la decoración en poco tiempo (ya sabes cómo de rápido cambian las preferencias de los más jóvenes) y esta es una manera de hacerlo económica. Si eliges una pintura lavable, podrás recuperar su imagen original con tan solo pasar un paño. Esta es una propuesta del equipo de RQH Studio.
10. Cediendo su posición a otros elementos
Cuando el dormitorio es tan, tan pequeño que no cabe ni un armario, hay que planificar soluciones alternativas que nos permitan contar con el espacio necesario para guardar la ropa. Un mueble tipo puente es una genial opción. Pero claro, esta alternativa te obligará a renunciar a colocar un cabecero o elegir uno de diseño sobrio y discreto, ya que el propio mueble tiene tanta presencia que un elemento más solo provocaría mayor caos visual.
En esta propuesta de Mobalpa, la pared del cabecero se ha pintado de color rosa y se ha enmarcado el mueble blanco con perfiles y un estante de madera, llenando la zona de calidez.