Hay mucha gente que piensa que, cuando hacemos un regalo, el contenido es lo esencial. Y aunque puede que tengan razón, lo cierto es que también importa el continente, el envoltorio, la forma en que se presenta el obsequio. Si lo envolvemos adecuadamente estaremos consiguiendo mejorar aún más la experiencia de aquel al que estamos regalando. La sorpresa que le hayamos preparado le gustará aún más, le hará más ilusión y a nosotros también. Por eso merece la pena cuidar los detalles.
Hoy te explicamos cuáles son los errores más frecuentes a la hora de envolver o decorar los regalos de Navidad, para que puedas evitarlos. Este año tus regalos navideños serán tan bonitos por fuera como por dentro. ¡No van a querer abrirlos!
Una tarea sencilla... ¿o no tanto?
Envolver un regalo puede parecer un trabajo simple: se recorta el papel decorativo, se coloca alrededor del regalo y se pega con celo; unos dobleces por aquí, otros por allá y... ¡listo! La pena es que el resultado, una vez miramos el paquete que hemos envuelto, deja mucho que desear. Si alguna vez te has enfrentado a esta tarea, sabrás que no es tan fácil como parece. Preparar un paquete de regalo con gracia y estilo puede ser complejo, pero merece la pena hacerlo para que quien lo reciba lo disfrute incluso antes de abrirlo.
El secreto está en buscar tu lado más creativo, dedicar tiempo la tarea, explorar las técnicas para envolver paquetes y ser consciente de los errores más habituales que se suelen cometer para no caer en ellos.
1. Escoger mal el papel de regalo
El papel decorativo que envuelve el regalo es un elemento de gran importancia a la hora de preparar el paquete. Si no lo elegimos adecuadamente, será imposible que el resultado obtenido sea el que nosotros queremos. Muchos de los fallos que tienen los paquetes de regalo vienen de elegir mal el papel.
Es fundamental elegir un papel de regalo de calidad, lo suficientemente grueso como para que no se rompa al manipularlo, pero tampoco demasiado, ya que si no los dobleces no quedarán bien. Costará mucho hacerlos y quedarán muy abultados. También es importante saber escoger el diseño. Una idea que no falla es comprar dos o tres modelos de papel de regalo con colores que estén dentro de la misma gama cromática y decoraciones que combinen entre sí. Así lograrás un conjunto de regalos bajo el árbol más equilibrado y armonioso.
Un consejo: no te pases con la decoración. Poner papeles muy llamativos, usar muchos lazos y adornos no siempre es lo mejor. Ante la duda, es mejor elegir un envoltorio minimalista, en el que prime la sencillez.
2. Usar demasiado papel...
Si nos fijamos en los fallos que presentan los regalos mal envueltos, muchos de ellos adolecen de llevar demasiado papel de regalo. Pasarse al cortar el papel es una equivocación muy habitual. Tememos quedarnos cortos y entonces nos pasamos. Y cunado comprobamos nuestro error, no recortamos el sobrante, sino que confiamos en que no se notará si lo doblamos hacia dentro. El resultado es un paquete difícil de envolver, con pliegues que no podemos hacer bien, y que ofrece un aspecto descuidado.
Para evitarlo lo mejor es cortar la cantidad justa de papel, invirtiendo algo de tiempo en tomar las medidas del paquete y trasladándolas después al papel de regalo. Este ha de cubrir el regalo y, además, debe quedar un trozo sobrante por cada uno de los lados, de forma que podamos doblarlo con facilidad.
3. ...O demasiado poco
Aquí está otro error habitual en el que la mayoría hemos caído alguna vez. Como solemos ir con prisa, y más en esta época del año tan desquiciada, calculamos más la cantidad de papel que necesitamos para envolver el regalo y cortamos de menos. Es decir, nos quedamos cortos. ¿Qué solemos hacer entonces? Justo lo que no se debe hacer nunca: tratar de seguir adelante con el trabajo e intentar envolver el regalo de todas formas. Solemos añadir un parche, una tira de papel de regalo que añadimos sobre la marcha, o tapar el desaguisado con un adorno o con una tira del mismo papel. Sea como sea, lo importante, si lo arreglamos, que es resultado nos satisfaga. Si no lo hace, mejor empezar desde el principio, cortando el papel del tamaño adecuado. Como recomendación general, el papel de regalo ha de cubrir toda la caja y los bordes deben quedar superpuestos de 3 a 4 cm.
4. No hacer cortes limpios
Unos cortes rectos y limpios en el papel de regalo son esenciales si quieres que el resultado sea perfecto. A veces el papel queda mal cortado, con bordes irregulares que pueden deslucir el resultado final. Puede ser por la mala calidad del papel, o porque hayamos utilizado unas tijeras viejas o que no estén afiladas. Sea como sea, la clave está en utilizar los materiales y herramientas adecuadas en todas y cada una de las partes del proceso. Hasta en las que parecen menos importantes, como puede ser cortar el papel para el envoltorio.
5. No tensar el papel
La dimensión del reto, en lo que a envolver un regalo se refiere, varía considerablemente si se trata de un objeto de proporciones regulares o de un presente con una forma irregular. En el caso de que tengamos que envolver una caja, cuadrada o rectangular, o un libro, una de las claves para lograr un buen resultado es hacer que el papel de regalo quede tenso y estirado. De lo contrario quedarán frunces o arrugas que afearán el paquete. La clave está en conseguir que el papel quede bien tenso, sin que llegue a romperse en las esquinas. Esto suele suceder, sobre todo, cuando el papel es demasiado fino.
6. Dejar los bordes a la vista
Este es un detalle que, si no está bien hecho, desluce mucho el resultado final. Aunque elijas con acierto el papel de regalo y lo cortes a la medida idónea, si no cuidas cómo haces las uniones, todo lo anterior habrá sido en vano. Tu regalo se verá descuidado y poco estiloso. Por eso, cuando unas las dos partes del papel con cinta adhesiva, haz un pequeño doblez de un centímetro aproximadamente hacia dentro para ocultar el borde. Se trata de un pequeño detalle que marcará la diferencia de una forma rotunda. Tenlo en cuenta.
7. Usar cinta adhesiva de mala calidad
La cinta adhesiva será el elemento que asegure que el papel de regalo está bien colocado y ajustado alrededor del objeto. Es un factor importante que has de elegir con cuidado, ya que de lo contrario podría despegarse, romperse, etc. Además, es importante que no se vea demasiado, para que no desluzca la apariencia general del regalo.
Un consejo: ¿quieres un truco de los que utilizan los profesionales a la hora de envolver regalos? Utiliza cinta de doble cara para sujetar el papel. De esta forma no se verá ninguna cinta adhesiva en el exterior del paquete. Eso sí, elige una cinta de doble cara de baja adherencia, suficiente para fijar el papel.
8. Añadir demasiados elementos
Muchas veces queremos que nuestros paquetes queden tan bien, que pecamos por exceso. Si has pensado en poner algún complemento junto con el regalo para que quede mejor, piensa bien en la idea y no la lleves a cabo deprisa y corriendo. Puedes poner dentro del paquete un ramillete de flores frescas, o una ramita de hierbas aromáticas como en la imagen. La clave está en no pasarse y en que el detalle tenga sentido.
Por otro lado, si quieres envolver tu regalo en papel de seda antes de meterlo en la caja, algo que se suele hacer cuando se trata de una prenda de ropa o de algún objeto delicado, controla que no pones demasiado, ya que puede ofrecer una imagen descuidada. Para no conseguir el efecto contrario al que buscas, toma medidas del tamaño del objeto y de la caja.
9. Elegir los mismos adornos de siempre
Lazos, cintas de raso, moños para decorar... Optar por las decoraciones de siempre para los regalos de Navidad es un error muy común que hace que los paquetes carezcan de gracia y de personalidad. Los detalles finales son muy importantes, ya que marcarán la diferencia entre regalos envueltos de prisa y corriendo, y otros a los que se les ha dedicado tiempo y cariño.
Elige adornos diferentes, como una flor o una ramita de romero del jardín. Puedes poner una piña pequeña, un pompón hecho con lana, o el bombón preferido de la persona a la que va destinado el presente. Los elementos personales, comprados o hechos por ti, son los que resultan más especiales.