La begonia es una planta muy popular, que hace gala de una belleza única, alegre y colorida. Dentro de la gran familia a la que pertenece, la Begonia eliator es una especie híbrida de larga floración. Sus flores comienzan a surgir en primavera y desaparecen a mediados de otoño, aunque si le das los cuidados que requiere, pueden alegrar tu jardín todo el año. Te contamos cómo debes cultivarla para disfrutar al máximo de su encanto.
Una belleza procedente de Brasil
Conocida también como 'begonia de flor', la variedad eliator tiene como país de origen Brasil. Se trata de una planta anual o perenne, que hace gala de una mata compacta de pequeño tamaño. Sus hojas son redondeadas y carnosas, de un color verde oscuro muy intenso, y sus tallos están cubiertos por pelusilla. El verdadero encanto de esta planta reside en sus flores, que pueden ser sencillas y también dobles, y que presentan diversos colores brillantes y llamativos. Puedes encontrar begonias eliator de color rojo, amarillo, blanco, rosa, naranja, etc.
¿Cuándo conviene plantarla?
La variedad eliator pertenece al grupo de las begonias de raíz tuberosa. Es una planta bulbosa de primavera, por lo que conviene plantarla a finales del invierno, si vas a cultivarla en el interior, algo que le viene bien, ya que no soporta el frío ni los rigores de la estación. En caso de que quieras plantarla en el terreno del jardín, lo mejor es esperar a inicios de la primavera, cuando ya el riesgo de que se produzcan heladas haya desaparecido.
Para plantarla, siembra tu bulbo de begonia en un hoyo pequeño de unos 4 cm de profundidad, con el pequeño pedúnculo que tiene hacia arriba. Deja unos 20 cm de separación entre la begonia y el resto de ejemplares.
Protégela del frío
El cuidado más importante que debes darle a la Begonia eliator es, sin duda, el de buscarle un rincón cálido en el que crecer y desarrollarse. Esta planta no soporta las bajas temperaturas, por lo que si vives en una zona de inviernos rigurosos debes trasladarla al interior antes de que se produzcan las primeras heladas. Es cierto que lo ideal para esta planta es estar en el jardín, donde recibirá mayor cantidad de luz y florecerá más y mejor, pero lo esencial es que esté al abrigo de las bajas temperaturas. No soportará estar en un lugar a menos de 12 °C.
Un consejo: si en tu región hace mucho frío en invierno planta tus begonias en maceta y podrás trasladarlas al interior cuando sea necesario. Es importante que la temperatura sea estable, sin grandes oscilaciones. Entre 17 y 23 °C es lo adecuado para esta planta.
Una planta que necesita mucha luz
En condiciones propicias, es decir, en climas cálidos de temperaturas suaves, la begonia es una planta de exterior. A ella le gusta estar al aire libre, disfrutando de la luz natural que es lo que hace que florezca de forma abundante. Eso sí, tampoco conviene que esté a pleno sol, sobre todo si donde resides hace mucho calor. Es buena idea ponerla en semisombra, de forma que no le den los rayos del sol de forma directa porque podrían quemarse las hojas.
Si la cultivas dentro de casa, es importante que la pongas en un rincón luminoso, cerca de una ventana, para que pueda recibir la luz del exterior, mejor de forma indirecta.
Cuidado con los encharcamientos
Darle un riego adecuado a la Begonia eliator es uno de los cuidados importantes que debes procurarle a esta planta, tanto en verano como en invierno. Durante los meses de más calor tendrás que regar tus begonias dos o tres veces por semana. En invierno, el riego debe ser menos frecuente: con una vez por semana, dos a lo sumo, bastará. Lo importante es que evites los encharcamientos, ya que perjudican considerablemente a esta planta. Para no caer en el error de un exceso de riego, comprueba el sustrato y riega únicamente cuando esté totalmente seco.
A las begonias les gusta estar en entornos con alta humedad ambiental, pero no es aconsejable pulverizar las hojas y flores con agua. Una buena idea es colocar debajo de la maceta (si las cultivas en contenedor) un plato con piedras y un poco de agua, de forma que aporte humedad al evaporarse el agua, pero sin que este llegue a las raíces.
Un consejo: debes regar las begonias con agua que no sea dura, es decir, que no tenga demasiada cal. Si donde vives el agua tiene cal, utiliza agua de lluvia para el riego, o añade al agua del grifo unas gotas de vinagre o de zumo de limón para volverla más ácida.
Una dosis de nutrientes
A la Begonia eliator, como al resto de las plantas que pertenecen a la familia de las Begoniaceae, les gustan los sustratos ácidos. En este tipo de suelos crece adecuadamente y sin problemas. En cuanto al abono, le vendrá de maravilla una dosis de fertilizante específico para plantas acidófilas después de la floración. Si lo mezclas con perlita, mejorarás el drenaje del sustrato y evitarás que la planta se encharque.
Cómo podar tus begonias
Si de vez en cuando le das a tus begonias una pequeña poda que elimine flores secas y tallos dañados, mejorarás considerablemente su salud y su floración. Puedes darle también una poda de formación después de la época de producción de flores. Cuando las hojas se sequen, ya sea por el calor del verano, porque son viejas, o por cualquier otra razón, se deben cortar con unas tijeras desinfectadas. También hay que recortar las hojas dañadas por otros motivos.
Multiplicar las begonias por división de bulbos
Si te encantan las begonias tanto como a nosotros, entonces seguramente querrás multiplicarlas para tener más ejemplares y plantarlas por todo el jardín. O tener muchas en maceta, como en la imagen. Para conseguirlo puedes hacer que se reproduzcan mediante la división de los bulbos que tengan yemas. ¿Cómo se hace? Con un cuchillo muy bien afilado y desinfectado en alcohol, corta el bulbo en dos partes, de forma que queden yemas en ambas porciones. Hazlo a finales del invierno o a principios de la primavera y plántalos seguidamente.
Cómo reproducirlas mediante esquejes
Otra forma de multiplicar las begonias que suele dar buenos resultados es hacerlo mediante esquejes. Para llevar a cabo esta técnica hay que elegir un buen momento: hazlo en invierno, mientras la planta está en su periodo vegetativo. El procedimiento es sencillo:
- Elige un tallo sano y corta por debajo de una hoja.
- Pon el esqueje en un vaso con agua, dejando la base del tallo a remojo para que le crezcan raíces.
- Cuando esto ocurra y le hayan brotado raíces al esqueje (esto sucederá en unas tres o cuatro semanas), plántalo en una maceta con sustrato para plantas acidófilas.
- En este momento tendrás que esperar a que el esqueje eche raíces, manteniendo el sustrato muy húmedo durante los primeros días. Después, ten cuidado de que no se encharque.
Enfermedades y plagas que afectan a las begonias
Uno de los problemas que más afecta a las begonias es el exceso de riego que provoca numerosas enfermedades. El encharcamiento hace que las raíces de la planta se pudran y, además, favorece la aparición de hongos, muy perjudiciales para la salud de tus begonias, ya que causan problemas como el oídio o la botritis. Tanto el oídio como la botritis provocan la aparición de manchas en las hojas, tallos y flores. Las del oídio son blanquecinas o grisáceas, mientras que las manchas de la botritis son verdosas y grises. Para acabar con estas enfermedades es esencial cortar la parte dañada y aplicar un tratamiento fungicida.
En cuanto a las plagas que afectan a las begonias destacan la cochinilla algodonosa, los trips, los pulgones, los caracoles y las babosas. Si detectas alguno de estos insectos, aplica un insecticida específico que acabe con el problema lo antes posible.