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Traer hasta nuestros días una casa de 1900, sin perder por el camino su aire distinguido y señorial, pero logrando funcionalidad y actualidad, era el reto al que se enfrentaba el estudio de arquitectura Enrica Mosciaro. La prueba de que logró el objetivo con éxito se puede ver en esta reforma moderna, valiente y sin prejuicios, donde pasado y presente (y también futuro) conviven de manera armoniosa. Para ello, se redujeron al mínimo las divisiones espaciales, lo que permitió enfatizar la luminosidad y amplitud de la estructura. Además, se conservaron todos los elementos originales interesantes, en algunos casos reinterpretándolos y transformándolos.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaEspacios abiertos delimitados con arcos
Situada en Barcelona, a lo largo de su vida, más de un siglo, no se había sometido a una reforma integral, solo a pequeños cambios, sin un proyecto global. Enrica Mosciaro se enfrentó a este reto con valentía, siendo consciente de la necesidad de respetar el pasado, sobre todo cuando ese pasado no solo era una delicia decorativa, sino también parte del espíritu de la vivienda.
De planta alargada, la parte pública, con acceso directo desde la calle, es un largo 'open space', que alberga entrada, cocina, comedor y salón. Estos últimos se encuentran delimitados visualmente por dos arcos, uno de los elementos estructurales que el estudio ha incorporado de forma natural a la nueva distribución. Un recurso (muy de moda actualmente) que potencia la profundidad del espacio, por un lado, mientras que recupera ese espíritu señorial que poseen las casas centenarias, por otro.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaSalón con salida al jardín
Todo en esta vivienda respira personalidad e ingenio, tanto desde el punto de vista de la distribución como del interiorismo. Así, existen rasgos que se repiten en toda la casa y crean un concepto global. Pocos materiales se combinan sin concesiones al diseño: el suelo de madera de roble, las ventanas en aluminio gris oscuro, los muebles en pino y las paredes blancas actúan como un pegamento que proporciona unidad y calidad de vida, al mismo tiempo. Algo normal, teniendo en cuenta que la filosofía del estudio se basa en crear buenos espacios que proporcionen bienestar y, si es posible, felicidad. Y en este salón, con sus mullidos sofás, sus mesas nido, tan versátiles como resultonas, sus muebles bajos, que proporcionan capacidad de almacenaje sin saturar, o los propios radiadores, tan decorativos como funcionales, son la prueba.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaConectada al exterior
Este espacio abierto y único, que alberga cocina, comedor y salón, por este orden desde la entrada, incorpora también al jardín, gracias a sus grandes ventanales con la perfilería gris oscura, marca de la casa. Para lograr aún más esa sensación, se han colocado estores en lugar de cortinas, lo que proporciona mayor limpieza visual y se ha creado un juego de simetrías con los arcos interiores y las columnas exteriores.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaTerraza con vistas al jardín romántico
El espacio exterior es parte también del interior de esta vivienda. Con dos zonas (estar y comedor), la terraza con salida desde el salón da a un jardín lleno de plantas, coqueto y frondoso, que supone una verdadera delicia para los sentidos. Un refugio fresco y verde, donde resguardarse del calor y hacer vida, ya que el clima de Barcelona permite disfrutar del exterior gran parte del año. Una pérgola de fibras vegetales protege del sol y el viento.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaUn comedor para todo
Versátil y lleno de posibilidades para el día a día. Justo entre la cocina y el salón, el comedor es clave para las comidas familiares o reuniones con amigos, como zona de lectura, para la cual se ha situado una cómoda silla mariposa y una lámpara de sobremesa (la Cesta de Migue Milá), mesa de juegos o lugar de trabajo. Para que el espacio fuera más funcional, se ha adosado a la pared un banco corrido, que hace crecer el número de asientos y ofrece, además, una valiosa superficie con funciones de balda.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaCocina abierta al comedor
A modo de isla entre el comedor y la entrada e iluminada por un patio interior, transformado en lucernario, la cocina posee identidad propia, a pesar de ser parte de un espacio único. En gris, a juego con la perfilería de las ventanas, incorpora una barra para desayunos y comidas de diario y una zona de trabajo cómoda y amplia. A pesar de su espectacularidad, no podemos evitar que la mirada se dirija hacia el techo, el arco que la separa del recibidor y la librería baja de pared a pared, que recorre el espacio.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaEscalera interior
La escalera central divide tanto la planta baja como la de las habitaciones en dos zonas. Señorial, como corresponde a una vivienda de principios del siglo XX, casi del XIX, las paredes blancas, los escalones en mármol y el pasamanos en madera acentúan ese aire distinguido, sin olvidar su razón de ser: comunicar y ser cómoda.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaDormitorio con baño
Amplio, blanco, luminoso y funcional, así es el dormitorio de matrimonio. ¿La fórmula para conseguir que la sencillez destile calidez? El suelo de madera de roble, que recorre toda la casa, una pared de armarios con mucha capacidad, pero muy ligeros, el baño integrado en una cabina con pared de cristal, dentro, pero independiente, y los detalles de madera, como el banco que hace las veces de mesita de noche, que restan frialdad y hacen acogedores los rincones. Por cierto, tiene salida a la terraza.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaHabitación con altillo
Esta habitación infantil, los propietarios tienen dos hijos, es el sueño de los niños y de los padres. Por una parte, tiene altillo, y eso ya es un punto a su favor, ya que permite colocar la zona de estudio independiente, pero en el mismo cuarto. Sin olvidar, el encanto que tiene este espacio en sí mismo. Además, es cómoda, tiene capacidad de 'transformer' y cuenta con ingeniosas soluciones, que permiten mantener el orden fácilmente. ¿Se puede pedir más? Que tu hermano duerma al otro lado, como ocurre aquí.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaUn espacio con posibilidades
El deseo de combinar pasado y presente sin sobresaltos decorativos, se percibe en todas las estancias de la casa. Así, las habitaciones de los hijos se conectan a través de una abertura donde una puerta recuperada con cristales originales de la época se ha transformado en corredera, demostrando que las vidrieras también son modernas. Además, este cuarto es un claro ejemplo de cómo sacar partido a una planta alargada, adosando tanto la zona de escritorio como la de almacenaje a la pared.
© Carolina Vargas y Ciro Frank SchiappaBaño con vistas al dormitorio
Lleno de luz, el baño del dormitorio principal no solo cuenta con una ventana, sino que ha sustituido uno de los tabiques por uno de cristal. Vestido con un estor blanco que se sube o se baja, en función de la privacidad que se desea en cada momento. Así el paso de la luz no encuentra obstáculos y hace que se vea la habitación y el exterior desde la bañera. Completa el conjunto un mueble bajolavabo de madera y un espejo XL.
