Cabeceros de obra y soluciones personalizadas para transformar tu dormitorio
Integrados en la pared, en forma de zócalo o a modo de elemento separador, los cabeceros personalizados son la mejor oportunidad de dar a tu dormitorio un carácter único
El cabecero es mucho más que una pieza decorativa: es la clave para hacer del dormitorio un espacio que combine estilo y funcionalidad. ¿Por qué conformarse con un modelo que tampoco es que te enamore, cuando puedes tener algo único y hecho a medida? Los cabeceros de obra y demás soluciones personalizadas no solo se adaptan perfectamente a las dimensiones o particularidades arquitectónicas de la estancia, sino que además admiten mil y una posibilidades de diseño, siguiendo el estilo de la decoración y ajustándose a tus gustos. Ya sea integrado en la pared, como un discreto zócalo o incluso a modo de elemento divisorio, si buscas un dormitorio lleno de carácter y soluciones prácticas, un cabecero a medida es justo lo que necesitas.
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¿Problemas de espacio?
Ante la escasez de metros, cada rincón cuenta, y un cabecero de obra puede ser tu gran aliado. Un diseño de poco fondo como el de este proyecto de Júlia Brunet, además de servir como respaldo –bien acompañado de una almohada–, es también una repisa muy práctica para almacenar o exhibir pequeños objetos. Pintado todo de blanco, no solo se amplía visualmente la habitación, sino que se logra un look minimalista y luminoso que aporta frescura y elegancia al ambiente.
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De obra y camuflado
En este proyecto de Pia Capdevila, el frente de la cama se ha decorado con un arrimadero de pared a pared, lacado en un elegante tono azul, que, además integra dos mesitas de noche voladas y una repisa que aprovecha al máximo el espacio disponible. La armonía del diseño se extiende al papel pintado, que, en un tono más claro del mismo azul, refuerza la conexión visual y complementa los textiles de la cama. En el arrimadero se han instalado apliques de lectura que ofrecen una iluminación puntual, ideal para crear un entorno cómodo y bien iluminado.
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Personalización llevada al siguiente nivel
El interiorista Rober Quiñones-Her, alma mater de RQH Studio, transformó una sencilla y anodina pared en un elemento protagonista al incorporar pilares asimétricos realizados en pladur, que aportan volumen y profundidad, posteriormente revestidos con un elegante papel pintado de la firma Arte, que otorga textura y carácter al espacio. A esta base se suma un cabecero a medida, tapizado con una sofisticada tela geométrica de la firma Güell-Lamadrid, que recorre toda la pared, creando una composición armónica y visualmente impactante.
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Panelado
El cabecero de este dormitorio –un proyecto de GC Studio– combina módulos acolchados y el resultado no puede ser más limpio y elegante. Si te gusta la idea, puedes jugar con formas geométricas; alternar telas con detalles en madera, metal o cuero para añadir textura y sofisticación, incluso incorporar iluminación indirecta en el marco superior o detrás del cabecero para crear un ambiente cálido.
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Para separar ambientes
Un murete a medida, como en esta habitación diseñada por Marta Castellano-Mas, es ideal para separar la zona de descanso de un vestidor. La clave está en calcular bien la altura: lo recomendable es que el murete tenga unos 120 cm, para que quede a media altura y no recargue el espacio. Además, puedes personalizarlo con detalles como apliques de luz, pequeñas repisas para tus libros o incluso un acabado en madera para un toque más cálido. ¿Lo mejor? Ganas intimidad sin renunciar a un ambiente abierto y moderno.
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Doble función
También en este dormitorio, un proyecto de Marisa Nuñez-Castelo, de MNC Arquitectura & Reformas, el cabecero se convierte en una pieza clave para organizar y dividir el espacio de manera eficiente. Diseñado como un murete a media altura, actúa como una barrera sutil entre la zona de descanso y la de los armarios, manteniendo la sensación de amplitud. Además, en el lado del vestidor, se apoya un mueble con cajones que optimiza el almacenamiento y complementa el diseño con un toque funcional y ordenado. De este modo, el cabecero ofrece una solución práctica y estilosa para un dormitorio bien organizado.
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Un tabique
En este caso, el cabecero es el propio tabique que divide el vestidor del dormitorio, pero con un diseño abierto: no llega hasta el techo y no cierra completamente la pared. Esta solución dota a la zona de descanso de mayor sensación de privacidad que con un murete a media altura, aunque visualmente no es tan ligera como este último. La parte superior se ha rematado con una repisa de madera que aporta un toque cálido y natural, además de ofrecer una superficie extra para colocar cestas u otros accesorios en el vestidor. También se puede aprovechar el tabique para añadir un toque decorativo, colgando un cuadro que complemente el estilo del espacio como hizo el equipo de Mas by Arquesta en este proyecto.
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Mucho más que un cabecero
En este proyecto de Vanessa Molina, de AVA Arquitectos, el cabecero va mucho más allá de lo estético. Los paneles de madera, alineados con las piezas de piedra caliza, esconden un ingenioso sistema de almacenamiento que se abre mediante un mecanismo de empuje. Este diseño del estudio de arquitectos, realizado por González y Rosagro, permite aprovechar al máximo el espacio con armarios ocultos y un práctico arcón en la parte inferior. Además, la iluminación realza la textura y el veteado de la piedra, y contrubuye a crear un ambiente cálido y acogedor que invita al descanso.
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De madera
El estilo Japandi (una combinación de la sobriedad escandinava y la elegancia japonesa) es la tendencia del momento. Pero no solo es un capricho pasajero, también es una apuesta atemporal. En este dormitorio, Strada Interiors ha diseñado un cabecero y mesitas de noche suspendidas en madera de roble con pequeños nudos que aportan un toque natural y orgánico. Este material se convierte en el protagonista y transmite una sensación de calma y orden. Además, la pared con detalles de palillería es una obra de arte en sí misma. Las líneas verticales, dispuestas de manera asimétrica, aportan un toque único que rompe con la monotonía sin abrumar el espacio. Una cajonera en el mismo material y acabado, diseño también del estudio, complementa el conjunto.
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Con estante de madera integrado
Sencillez y funcionalidad se unen en este cabecero que sorprende por su ingenio. En el muro del dormitorio, un proyecto de La reina obrera, se ha integrado un estante, completamente revestido en madera. Esta hornacina, además de añadir un punto cálido, elegante y moderno, resulta sumamente práctica para colocar libros y objetos personales. Además, este cabecero invita a jugar con la decoración: desde figuras coloridas hasta marcos con recuerdos especiales, es un lienzo abierto para personalizar el dormitorio a tu gusto.