Esta casa rehabilitada de arriba a abajo por el estudio de interiorismo de Raquel González es la prueba que demuestra que una vivienda antigua puede convertirse en un espacio totalmente actual, muy funcional y práctico y, además, decorado con personalidad. El objetivo del proyecto era abrir el interior a la luz y modernizarlo, lo que se consiguió de pleno. Descubre cuáles fueron las claves decorativas que utilizó Raquel Gonzalez para conseguirlo.
Un cambio integral
Ahora está completamente actualizado, pero antes de materializarse el proyecto se trataba de un piso antiguo e incómodo. Lejos de condenarlo al olvido, sus dueños decidieron transformarlo en su vivienda habitual: una casa para una pareja que vive sola, sin hijos, y que quería espacios cómodos que reflejasen su propio carácter. Para conseguirlo, la interiorista Raquel González apostó por diseños a la medida, que se adaptasen a cada rincón, y por la mezcla perfecta de estilos. De esta manera, cada estancia adquiere funcionalidad y estética a partes iguales.
En general, tras la reforma la casa muestra un estilo contemporáneo basado en líneas simples y formas suaves, sin estridencias. Destaca una paleta de colores protagonizada por los tonos neutros, y el uso de materiales naturales. En el salón, una gran alfombra delimita el espacio. Es blanca y muestra un diseño geométrico de rombos azules sobre fondo beige. Junto a la cristalera de la terraza se colocó una chaise-longue antigua retapizada con una tela azul de la firma Alhambra.
Reubicar los espacios
De toda la remodelación de la casa, que fue completa, lo más destacado y difícil fue cambiar la distribución de todas las estancias. La casa antigua, mucho más compartimentalizada, dio paso a una vivienda abierta, diáfana y moderna. Presenta una zona de día en la que se conectan las estancias: el salón con el despacho, y la cocina con el comedor, sin estar cerradas del todo ni tampoco abiertas completamente. La zona de noche cuenta con un dormitorio en suite, vestidores y dos cuartos de baño, uno para él y otro para ella.
Este proyecto ha supuesto un verdadero reto para el estudio de interiorismo. La cocina se trasladó de un extremo al otro de la casa, lo que fue posible gracias a las características del piso. “Transformamos radicalmente la distribución de la vivienda, reubicando las zonas de día y de noche, y reconfigurando la antigua zona de servicio -con entrada a la vivienda, cocina y habitación con baño- como la actual zona de gimnasio y cuarto de lavandería”, explica Raquel González.
Buscar la armonía
Uno de los pilares en los que se basa el proyecto de interiorismo que Raquel González ideó para esta casa es la mezcla inteligente de estilos en un espacio que respira armonía. Este eclecticismo se refleja en los muebles y complementos que decoran el salón y el dormitorio, y añade un interés visual de lo más decorativo. Para lograr el equilibrio en toda la casa, la interiorista recurrió a algunos elementos. Por ejemplo, utilizó papel pintado como revestimientos en casi todos los espacios, lo que establece cierta conexión entre ellos. También eligió ciertas piezas de estilo Mid Century: además de ser pura belleza, funcionan como un hilo conductor muy especial.
Un consejo: ¿sabes qué elemento aporta elegancia y clasicismo y conecta unos espacios con otros? Las molduras decorativas en techos y paredes. “Optamos por usar dos tipos de molduras para decorar toda la vivienda: una cornisa curva que aporta suavidad a la transición entre techo y pared, y otra moldura con forma escalonada", nos cuenta Raquel González.
El recibidor, con piezas escogidas
No es una entrada al uso, sino un espacio pequeño cerrado solo parcialmente con un murete a media altura y un cerramiento de madera y cristal. De esta forma se consigue separarlo del salón y permitir el paso de la luz natural procedente del salón y la terraza. A pesar de sus dimensiones reducidas, el recibidor está amueblado con verdadero gusto detalle. Nos encanta la consola son sobre de mármol Arabescato, de Maami Home. Sobre ella, una lámpara de mesa con base de derámica de la firma Maison Sarah Lavoine. También destaca la escultura de hierro lacado, obra de Maite Carranza.
Un espacio de trabajo en el salón
En ocasiones es difícil buscar un rincón de trabajo o de estudio dentro de otro espacio: no queremos que tenga demasiada presencia, pero no podemos hacerlo pasar inadvertido. Raquel González encontró una solución interesante separando la zona de trabajo mediante un biombo que es, además, una obra de arte y que aporta al salón una note clásica muy especial. El salón es luminoso, abierto a la terraza, y está decorado con molduras en el techo, como con el resto de la casa.
En el salón, la mesa de centro es de Poliform. El espacio de trabajo se esconde detrás del biombo chino antiguo decorado en negro. Consta de un escritorio de la firma Porada y de una silla Bodystuhl de GTV Thonet Vienna. Sobre la mesa, un jarrón con un arreglo floral de Sakura Atelier.
Espacios que se transforman
La cocina y el espacio de comedor se conectan con el salón mediante unas puertas correderas de gran tamaño de roble y cristal. La madera de las carpinterías y del suelo aporta una gran calidez al conjunto. Si se abren por completo el espacio queda diáfano, y siempre se pueden cerrar para disfrutar de una zona de estar más íntima. El sofá del salón es de la firma Crearte, con cojines de Bárbara Osorio y Alhambra).
El comedor, con elementos retro
En un espacio pequeño junto a la cocina se localiza el comedor. Aunque está separado de ella por un tabique, este se eleva solo hasta media altura y después continúa en un cerramiento de madera y cristal, como sucede en el recibidor. De esta forma la luz natural puede fluir libremente por el espacio. En el comedor se respira elegancia y glamour, gracias a algunas piezas originales y ciertos detalles de aire retro.
Sobre una alfombra de Gancedo, la mesa redonda es el modelo Deod de la firma Sovet, con una base de metal lacado con formas irregulares y sobre de cerámica. Las sillas, de estilo Mid Century, son muy decorativas y están tapizadas con una tela de Alhambra de color caldero. Destaca el cuadro de la pared, obra de Marta Besada, y algunas piezas antiguas como la vitrina de madera de olmo o la lámpara de techo de cristal de Murano.
La cocina, en colores neutros
En su nueva ubicación la cocina es un espacio sereno, luminoso y también muy funcional gracias a su planta en L. Fue reformada por completo, trasladándola desde el otro extremo de la casa, lo que obligó a hacer una gran obra para reconstruir todas las instalaciones necesarias: bajantes y tuberías, instalación eléctrica, salida de humos, aislamiento acústico, etc. Se creó una zona de office con una mesa alta de Woodies dispuesta a modo de barra junto a la pared, y taburetes altos de Ton. Las lámparas de techo son el modelo PH 3/2 de Louis Poulsen, en B.Lux.
En un lateral de la cocina se dispusieron módulos altos y bajos, y también el despensero, el frigorífico panelado y el horno y el microondas en columna. Los muebles, de un suave color beige, son de Cocinas Santos. En el otro extremo de la L, el más pequeño, se instaló la zona de aguas, con el fregadero y la grifería de Franke, y la placa de cocción. Para la encimera y el antepecho de la pared se eligió un revestimiento de efecto mármol blanco de Neolith, con vetas grises y beiges.
Una zona para el relax
Separada de la zona de día, los espacios de descanso de la casa están dominados por el dormitorio principal de planta rectangular, amplio y sereno. Cuenta con un pequeño rincón de lectura con una butaca y un reposapiés, y después está la cama junto a la ventana. El cabecero de la cama está tapizado con una tela de Lizzo, siguiendo un diseño de Raquel González decorado con tachuelas.
A ambos lados de la cama, en la pared, se instalaron apliques de pared modelo Yuh de latón con pantalla de aluminio pintado, diseñados por Gam Fratesi para la firma Louis Poulsen. Las cortinas y la ropa de cama, cojines y mantas son de varias firmas textiles: Gastón y Daniela, Alhambra y Gancedo. Las mesillas de noche son un diseño de Tristán Domecq.
Un baño para ella...
Junto al dormitorio se instalaron dos cuartos de baño, uno para cada miembro de la pareja. El de ella es sereno, luminoso y neutro, con un papel pintado en color gris de Jane Churchill, y revestimiento de efecto mármol blanco de Neolith, con vetas doradas y grises, igual que la encimera y el antepecho. El mueble de lavabo de madera, de líneas clásicas, es un diseño de Raquel González y lleva tiradores dorados de Formani, se acompaña de grifería en color negro y de un espejo con forma hexagonal y marco de madera. Los apliques de aire retro son de Aromas del Campo. Este cuarto de baño se completa con una bañera exenta.
...Y otro para él
Para decorar las paredes de este cuarto de baño se eligió un papel pintado con diseño en zigzag estilo Chevrón en tonos grises, y un mueble de color negro para conseguir un efecto elegante y masculino. El papel pintado es de la firma La Maison Walls, y el mueble del lavabo es un diseño de Raquel González, al igual que el espejo clásico con marco dorado. La encimera con antepecho es de color neutro, de X-Tone de Porcelanosa, y destaca con la grifería de color negro de Tres. Los apliques son de la firma Astro Lighting.