Crear un espacio de tranquilidad en el dormitorio es esencial si queremos disfrutar de un sueño de calidad y del bienestar que es tan importante en este espacio de la casa destinado al descanso. Más allá de los problemas que nos estén robando el sueño, de las afecciones de salud que puedan estar implicadas, sí hay ciertos aspectos 'decorativos' que podemos tener en cuenta para intentar dormir más y mejor.
De hecho, hay estudios que demuestran que un dormitorio bien diseñado y planificado tiene un impacto postitivo en el sueño de calidad, y este en nuestra salud mental. Por eso es importante renovar nuestro dormitorio para que, en la medida de lo posible, nos transmita bienestar y tranquilidad.
1. Eliminar el desorden
Una de las primeras decisiones que puedes tomar a la hora de mejorar el espacio en el que duermes es comprometerte a mantener el orden. Esto que puede parecer una nimiedad, es una tarea que puede llegar a ser bastante complicada, según sean las circunstancias. Sin embargo, es realmente importante que nuestro cuarto esté medianamente recogido en el momento en el que nos acostemos, ya que así será más fácil conciliar el sueño.
Si tu dormitorio es pequeño, mantenerlo ordenado será aún más importante. Para conseguirlo comienza por eliminar todas aquellas cosas (objetos, prendas de vestir, complementos, etc.) que realmente no necesitas. Deshazte de lo superfluo y habrás facilitado enormemente la tarea. Después procura contar con suficiente espacio de almacenaje para todo lo que tienes que guardar. Existe en el mercado una gran variedad de soluciones diversas: explora para encontrar las que mejor se ajustan a tus necesidades. Cuando hayas llegado a este punto comprobarás que en tu dormitorio hay muchas menos cosas fuera de su sitio de lo habitual, y eso te dará una paz mental muy valiosa. Habrás dado el primer paso para tener un dormitorio que favorezca el sueño y el descanso.
2. Controlar la luz
Necesitamos un ambiente oscuro para dormir bien. Por eso, si tienes problemas para conciliar el sueño, lo ideal es crear un espacio en completa oscuridad. Para conseguirlo deberás controlar la luz que entra por la ventana procedente, por ejemplo, de las farolas de la calle. Una buena idea es colocar unas cortinas gruesas y tupidas, o unos estores opacos que bloqueen la entrada de luz del exterior. Como estas cortinas gruesas tendrán que estar descorridas durante el día, añade también un visillo ligero que proteja tu intimidad y deje pasar la luminosidad cuando tú quieras. Así podrás disfrutar de un dormitorio más o menos oscuro en función del momento.
3. La paz a través del color
Seguramente lo hayas oído antes: los colores neutros, sobrios y claros ayudan a conseguir el relax. Se trata de una verdad indiscutible que conviene tener en cuenta si tenemos problemas de insomnio. No va a ser la llave mágica que abra para ti la puerta del sueño reparador, pero pintar el dormitorio de un color suave y relajante será una ayuda. Olvida los colores vibrantes y demasiado excitantes, y apuesta por tonos neutros que contribuyan a crear una atmósfera tranquila.
Una opción puede ser elegir un neutro cálido para las paredes. Para el pavimento puedes optar por un tono medio, que no sea muy oscuro. Si tu suelo lo es y no puedes (o no quieres) cambiarlo, prueba a poner una alfombra clara. Los muebles principales van bien en tonos neutros, que además combinan con todo, y ya solo te quedaría escoger un color de acento más intenso para toques puntuales.
4. Confiar en tu propio estilo
Si tu dormitorio ha de ser ese lugar seguro en el que te encuentras totalmente en paz, el estilo decorativo que domine en él será una cuestión importante que determinará en parte la forma en que te sientes allí, así como tu estado de ánimo. Por eso necesitas decorar tu dormitorio con tu propio estilo, y no cómo digan las tendencias o los expertos. Por mucho que consigas tener un dormitorio de revista, si no está en línea con tus gustos o preferencias, no vas a lograr sentirte complementamente a gusto en ese espacio.
Tú decides cómo quieres que sea tu espacio. Piensa en lograr un dormitorio relajante, pero siempre acorde a tu estilo, con los muebles y objetos justos, pero que te gusten de verdad y te proporcionen esa sensación de calma que buscas.
5. Elegir materiales naturales
Madera, fibras vegetales y textiles naturales como el algodón, el lino o la lana. Elegir este tipo de materiales para decorar el dormitorio es, sin duda, la mejor opción. Esto se debe a que presentan texturas más confortables, lo que adquiere una relevancia especial en el caso de la ropa de cama. Las sábanas, mantas, colchas y edredones confeccionados con fibras naturales resultan más transpirables y agradables al tacto, y evitan problemas de alergias y dermatitis. Por eso conviene alejar los tejidos sintéticos.
En el caso de muebles y piezas decorativas, las maderas claras y las fibras vegetales son un acierto seguro de lo más natural. Como el cabecero de la imagen: es el modelo Joséphine, de Tikamoon, fabricado en rejilla de ratán.
6. Controlar la temperatura: un ambiente fresco ayuda a conciliar el sueño
A la hora de dormir, que la temperatura sea alta en el dormitorio y notes un calor excesivo no te ayudará en absoluto a conciliar el sueño y descansar adecuadamente. Más bien todo lo contrario. Los doctores Eduard Estivill y Mirta Averbuch lo explican en su libro Recetas para dormir bien (Ed. Plaza&Janés): "Durante la noche nuestra temperatura corporal desciende ligeramente, entre medio grado y un grado. La temperatura externa de la habitación no puede modificar este ritmo natural de nuestro cuerpo. Cuando nos acostamos, la temperatura corporal empieza a descender y nos resulta más fácil adormecernos. Por eso dormimos mejor cuando tenemos un poco de frío (para un buen sueño siempre es mejor tener algo de frío que sudar la gota gorda). Si la temperatura exterior está muy por debajo o supera mucho la corporal, nos cuesta conciliar el sueño", explican. Por eso no es recomendable que la calefacción del dormitorio supere los 22ºC por la noche, ni descienda por debajo de 19ºC.
7. La ropa de cama, mejor en capas
Practicar el layering (superponer varias capas de ropa en la cama: sábanas, manta, colcha, edredón, etc.) es una buena alternativa si pensamos en conseguir confort y comodidad al dormir. Más allá de ser una cuestión decorativa, contar con varias capas de ropa en la cama evita que pasemos frío o calor, puesto que podemos regular mejor si necesitamos más o menos abrigo. Es una forma efectiva de estar siempre cómodos.
Un consejo: elige siempre ropa de cama de calidad, ya que así favorecerás el mejor descanso. Y no olvides colocar un plaid a los pies de la cama para las noches más frías. Es una idea tan práctica como decorativa.
8. Aislar el dormitorio del ruido
El ruido puede alterar nuestro descanso en una medida considerable, por lo que es conveniente tratar de controlarlo y hacerlo desaparecer en la medida de lo posible. Si procede del exterior y no tenemos forma de hacerlo desaparecer, la solución pasa inevitablemente por aislar nuestro espacio para evitar que el ruido distorsione nuestro sueño. Para conseguir un buen aislamiento acústico es necesario que las ventanas cierren perfectamente. Si no es así, lo mejor es cambiarlas por unas nuevas. Puede que no sea una medida barata, pero piensa que tu descanso bien lo merece.
Otras medidas para aislar son los revestimientos de madera en las paredes: puedes incorporar algún material de aislamiento acústico entre la pared y los paneles de madera. También puedes colocar una alfombra mullida en el suelo.
9. Trabajar en la desconexión digital
Dejar fuera del dormitorio los dispositivos electrónicos y digitales como smartphones, tabletas o la TV, es imprescindible para lograr un sueño reparador. Pero no solo hemos de dejarlos fuera de nuestro espacio de descanso, sino que debemos practicar la desconexión digital un tiempo antes de irnos a dormir.
En el libro El Método Tokei (Ed. Plaza&Janés) los doctores Eduard y Carla Estivill aportan la explicación médica de este hecho: "Necesitamos al menos dos horas de desconexión digital antes de acostarnos para garantizar un descanso correcto. De este modo, la luz de los aparatos electrónicos no repercutirá de forma negativa en la producción de melatonina en el cerebro. Ver vídeos, consultar las redes sociales o jugar al ordenador son actividades muy poco recomendables dos horas antes de irse a dormir, y mucho menos acostarse con el móvil en la mano, algo común hoy en día". ¿Nos ayuda el modo nocturno de nuestro móvil? Siento decirte que, según los doctores, no es así: "Aunque el móvil tenga un modo nocturno, que disminuye la luminosidad, tampoco es lo óptimo. El color de la luz no varía lo suficiente y, por lo tanto, tampoco sus efectos sobre el organismo", explican.
Un consejo: deja fuera del dormitorio el móvil y demás aparatos, así como la TV o la bicicleta estática y cualquier aparato que impliuqe actividad y no descanso.
10. Elegir el colchón perfecto
La cama, el colchón y las almohadas son elementos esenciales para conseguir un buen descanso y poder dormir a gusto. Es clave saber elegirlos correctamente, especialmente el colchón para que tenga el nivel de firmeza adecuado a nuestra complexión, edad y estatura. No debe hundirse ni parecer una tabla rígida: lo mejor es elegir un colchón de firmeza media.
De entre todos los materiales que existen, los colchones de muelles ensacados son una buena opción: resultan más transpirables que los de espuma viscoelástica y ofrecen un appoyo perfecto para la columna. Además, son resistentes, duraderos y muy cómodos.