Las texturas juegan un papel esencial al decorar una casa, ya que ayudan a aportar profundidad y personalidad a cualquier espacio. A la hora de crear un hogar acogedor, emplear distintos materiales y texturas puede marcar la diferencia, elevando la sensación de calidez y confort. Combinar elementos como maderas naturales, tejidos suaves o superficies rugosas no solo añade interés visual, sino que también enriquece la experiencia sensorial de cada rincón. Descubre cómo aprovechar al máximo las texturas de muebles, paredes y textiles para transformar tu hogar en un refugio cálido y consiguiendo el equilibrio perfecto entre estilo y funcionalidad.
Despídete de una decoración plana
Emplear papel pintado de efecto textil, ciertas telas como el bouclé o materiales como la palillería de madera, no solo responde a las tendencias. Son también una manera de huir de una decoración plana, donde nada resalta sobre el resto de las cosas. Si lo que buscas es sensación de confort, las texturas son clave para aumentar la calidez y despertar un interés tanto visual como táctil.
Y lo mejor es que puede este juego de texturas puede aplicarse con todos los estilos: desde el industrial con sus paredes de ladrillo, hasta el clásico con sus terciopelos o tapizados en capitoné, pasando por lo rústico y su madera al natural y las alfombras de pelo largo.
Los textiles son tus mejores aliados
La fuerza decorativa de las telas que utilizas para decorar tu casa va más allá de su color o estampado. Su textura puede ser clave para crear un hogar más cálido y lleno de confort. Y es la opción más económica. Una alfombra mullida que aporte suavidad bajo los pies, así como cojines o mantas de tejidos como lana, algodón o terciopelo, no solo invitan al descanso, sino que crean capas de textura que llenará de vida el ambiente. Por su parte, las cortinas de lino u otros tejidos naturales se encargarán de añadir ligereza y una estética más orgánica.
Incluso el color de estos textiles ayuda con las texturas. Así, puedes superponer capas con tonos cálidos y neutros para un ambiente más acogedor, así como introducir contrastes sutiles con estampados o colores más oscuros para enriquecer visualmente los espacios sin perder el equilibrio.
Haz uso del papel pintado
El papel pintado es un recurso versátil para crear texturas tanto visuales como táctiles, aportando profundidad y carácter. Para lograr este efecto, elige diseños con patrones que simulen materiales como lino, madera, mármol o acabados en relieve que imiten tejidos. Los que tienen un acabado metálico, mate o con un brillo sutil también añaden dimensión.
Colócalo en una pared principal para crear un punto focal o en rincones estratégicos como la pared del cabecero, un pasillo o hasta el techo para envolver la habitación en calidez. La clave está en combinarlo con otros elementos decorativos para conseguir un ambiente equilibrado.
Incluye fibras naturales
Para multiplicar las texturas en la decoración, nada como hacer uso de materiales naturales. Ya hemos hablado de textiles como el lino o el algodón, a los que se suma la lana, con su efecto cálido tanto a nivel visual como táctil. Las fibras naturales conseguirán también un resultado cálido y lleno de matices. Sus tramas y texturas aportarán dinamismo y subirán la temperatura de la estancia.
Unas lámparas de fibra natural aportarán un look cálido y acogedor a un entorno moderno, suavizando sus líneas. También puedes apostar por un puff de rafia o un cesto de mimbre para las mantas del sofá. Para aprovecharte del efecto que crean sus texturas no es necesario abusar, con pequeños detalles será suficiente.
¡Mucha madera!
La madera es otro de los materiales naturales más decorativos. Pero para que su textura inunde el entorno, apuesta por piezas que muestren su autenticidad al cien por cien. En su estado más raw. Así, madera sin tratar, cuya veta puedes palpar con la mano y sentir su calidez tanto táctil como visual, es una manera de conseguirlo. Unas mesas creadas con troncos de madera, como en esta opción, serán un plus para enriquecer la decoración.
Una manera de emplearlo para que decore con sus texturas es en el suelo. Los parquets y laminados de alta calidad (que imitan la madera a la perfección) son la mejor alternativa.
Vida en las paredes
Molduras, paneles de poliuretano con relieve o palillería de madera ayudarán a crear un entorno en el que mandan las texturas. Además de ser elementos muy elegantes y que definirán la decoración, te ayudarán a huir de estancias planas, sin nada que decir. Su gran ventaja es que decoran por sí solas, pero para que se luzcan has de ser más moderado con otros elementos y no abusar de otras texturas que saturarían el ambiente y crearían demasiado ruido visual.
Revestimientos como las paredes de ladrillo, las molduras o los acabados en piedra también son un plus que darán personalidad y calidez. Eso sí, tendrás que elegir muebles y complementos de tramas sencillas y más planas o el espacio quedará sobrecargado.
Cómo combinar texturas y estampados
Para combinar texturas y estampados con equilibrio y coherencia visual, empieza eligiendo una paleta de colores común que unifique el diseño. Así, las combinaciones serán más armónicas, incluso si empleas varios materiales y patrones.
Emplea texturas naturales como lino, terciopelo o madera, y mézclalas con estampados como rayas, flores o geométricos para añadir interés.
Pero evita los excesos: elige un estampado predominante y complementa con otros más sutiles
No tengas miedo a la mezcla
Mezclar diferentes materiales como tejidos, madera, cerámica o metal es clave para lograr un espacio texturizado y lleno de carácter. Telas suaves como lino o terciopelo, cuando se combinan con la calidez natural de la madera, aportan confort y equilibrio.
Puedes introducir materiales más fríos, como vidrio o acero, para conseguir mayor contraste y que el ambiente sume sofisticación. Por su parte, objetos de cerámica o fibras naturales sumarán autenticidad. Y no te olvides de jugar con acabados (mate, rugoso, brillante…) y colores dentro de una misma paleta. Garantizarás la armonía y un entorno más cálido.
Pero no satures
Un exceso de texturas puede dar como resultado un espacio agobiante y saturado. Especialmente, si no se combinan bien. Por ejemplo, una mesa de madera maciza con una alfombra gruesa y una lámpara de fibra natural puede ser demasiado. Lo ideal es que la mezcla sea equilibrada. Así, trata de que los materiales tengan un color o acabado similar y evita saturar el espacio con objetos demasiado llamativos. Trata de suavizar siempre la decoración con formas curvas y una paleta de color más reducida. Así garantizas el equilibrio visual del espacio sin saturarlo.