Los cuidados de la orquídea de Malasia para una floración espectacular

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Planta de las tres mentiras

Conocida popularmente como la orquídea de Malasia, realmente no pertenece a la familia de las orquídeas, ni es de Malasia ni sus coloridas estructuras son verdaderas flores, aunque tengan esa apariencia. Se trata de un arbusto tropical que procede de Filipinas y otras islas del sudeste asiático. Sin ser una orquídea sí que comparte su naturaleza epífita, en su hábitat crece sin necesidad de sustrato colgando de los árboles. Por último, sus llamativas estructuras de color rosa no son flores, sino brácteas decorativas que rodean las verdaderas y pequeñas flores. Esta planta singular se ha convertido en un atractivo exótico, aportando un toque tropical a la decoración de los interiores de casa.

No apta para jardineros principiantes

Hay que sincerarse, la Medinilla magnifica es exigente y no entra entre ese grupo de plantas difíciles de matar. Aunque teniendo en cuenta algunos consejos sobre su cuidado, la tarea se facilita. Y vale la pena intentarlo, pues su frondoso follaje y sus largos racimos colgantes de ‘flores’, ofrecen una imagen verdaderamente bella. 

¿Qué precauciones conviene tener para mantenerla con buena salud? Es una planta sensible al frío, por ello hay que cultivarla en maceta en interiores, aparte también le perjudican los cambios bruscos de temperatura. La exposición debe ser en semisombra, debido que colocado en sol directo puede quemarse. Por último, la llamada popularmente orquídea de Malasia necesita un ambiente húmedo para desarrollar su máximo esplendor.

¿Tan friolera es la ‘Medinilla magnifica’?

La respuesta es sí. La Medinilla magnifica prospera a temperaturas moderadas, entre 20 y 22°C durante la mayor parte del año. No se siente cómoda con temperaturas por debajo de 15°C, ya que el frío puede afectar su salud e incluso ser fatal. Para dar señales de que siente frío sus hojas mostrarán puntas oscuras. En las regiones con inviernos más cálidos es habitual cultivarla en invernaderos.

En el extremo opuesto, tampoco tolera bien el calor excesivo.

Pautas de riego

Ya hemos comentado que necesita luz abundante pero indirecta y respecto al riego, le gusta mantener la tierra ligeramente húmeda, no obstante, no tolera el encharcamiento. El agua que emplees debe ser de lluvia, destilada o mineral, dado que no prosperará o lo hará limitadamente con la presencia de cal en el riego. Una frecuencia que por lo general se adecúa al clima de nuestro país es de un riego por semana en invierno y tres en verano.

Por otra parte, para mantener el nivel de humedad alto que requiere, de forma habitual deberás pulverizar agua sobre las hojas. También puedes colocar un plato con piedras y agua bajo la planta, si bien es cierto que este método puede favorecer la aparición de la mosca del sustrato, ¡tan difícil de erradicar después! 

Sustrato rico y aplicación de fertilizante de forma regular

Es fundamental que la Medinilla magnifica tenga un buen drenaje pues le sienta mal mantener el agua estancada, debemos procurar que se elimine correctamente el riego sobrante. Esto nos da pistas de que el sustrato debe ser ligero. Además a esta especie le gustan los suelos ricos en nutrientes y ligeramente ácido.

De marzo a agosto, el abonado es fundamental para apoyar tanto el desarrollo de sus hojas como la producción de flores. Emplea un fertilizante líquido para plantas de interior o plantas de flor, rico en fósforo, que ayuda a estimular la floración. Aplícalo cada dos semanas, diluido en agua.

Su maceta idónea

Dadas las exigencias en el cuidado de esta planta, debes tener en cuenta que la elección de su contenedor también es importante: la maceta debe ser lo bastante pesada para mantener la planta bien equilibrada a pesar de los pesados tallos florales que caen de su centro. En este sentido, lo ideal para la Medinilla magnifica es decantarse por macetas de barro o terracota, ya que asimismo son materiales que permiten una mejor transpiración y ayudan a regular la humedad en el sustrato.

Multiplicación y trasplante

La Medinilla magnifica, u orquídea de Malasia, es una planta de crecimiento lento. Ello conlleva dos consecuencias:

• Nada mejor que reproducir la planta por esquejes, en primavera o verano. El método por semillas es más lento y requiere paciencia. 
• Tan solo necesitarás trasplantarla cada dos o tres años. Esta tarea debes realizarla a principios de la primavera (antes de que comience su fase de crecimiento activo y floración), ya que así puede adaptarse mejor al nuevo sustrato y espacio. ¡Atención! Esta planta debe manipularse con mucho cuidado, debido a que sus raíces son extremadamente frágiles.

Fomentar su floración 

Durante el periodo de descanso vegetativo, de septiembre a marzo, es importante cambiar ligeramente las condiciones de la planta, manteniéndola a 16-17° C con menos luz. Esta estrategia ayuda a estimular el desarrollo de botones florales que florecerán en primavera. Cuando los botones estén bien formados, la planta puede trasladarse nuevamente a su ubicación habitual para que termine luciendo sus preciosas hojas de color rosa que envuelven las pequeñas flores.

Otra tarea que conviene no pasar por alto es que una vez que las flores se hayan marchitado, las cortes con unas tijeras de podar limpias. Con ello también potenciarás la futura floración.

Plagas y enfermedades

Si hemos logrado garantizar su bienestar, realmente tenemos que preocuparnos tan solo por el ataque de dos enemigos: las arañas rojas y las cochinillas. Mantener la planta en condiciones óptimas de humedad y temperatura ayuda a reducir el riesgo de estas plagas

Recuerda asimismo que para que goce de buena salud la orquídea de Malasia (Medinilla magnifica) no debe retener el agua del riego, pues ello puede provocar la pudrición de las raíces.