Reconocido como un maestro del diseño clásico y la elegancia americana atemporal, Timothy Corrigan ha dejado una marca indeleble en el escenario internacional. Ahora, a pocos pasos de la Torre Eiffel, en el exclusivo distrito 16 de París, nos invita a conocer su última creación: su soberbio piso en el corazón de la ciudad, que ha renovado dando muestra de su maestría para combinar el encanto parisino con la comodidad contemporánea, logrando un equilibrio perfecto entre tradición y modernidad.
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Nos abre sus puertas acompañado por su querida amiga la actriz israelí Mili Avital, reconocida por su distinguida carrera en cine y teatro, tanto en Estados Unidos como en Israel, y quien, precisamente, el próximo día 6 de diciembre estrena su nueva película en Netflix, María, junto a Anthony Hopkins.
Con oficinas en Los Ángeles y París, Corrigan ha logrado combinar la elegancia clásica europea con la comodidad moderna, creando espacios que trascienden tendencias y épocas. Su estilo, sinónimo de lujo, refinamiento y sofisticación, lo ha posicionado como uno de los nombres más influyentes en la industria del diseño. Ha trabajado con una clientela exclusiva que incluye desde Familias Reales de tres países hasta iconos como Madonna. Desde majestuosos castillos europeos hasta lujosas residencias en Beverly Hills y Nueva York, su sello es inconfundible.
Entre sus logros, destaca que es el único diseñador estadounidense honrado por la Sociedad de Patrimonio Francés, por su trabajo de restauración de numerosos monumentos históricos en Francia, lo que atestigua su compromiso con la preservación del patrimonio, demostrando dedicación tanto al arte como a la historia. Esta distinción es solo una de las muchas que ha recibido, consolidando su posición como una figura clave en el diseño global.
—¿Cómo decide un diseñador estadounidense instalarse en París?
—Me mudé a París por primera vez en 1987, cuando trabajaba para una de las agencias de publicidad más grandes del mundo. Estuve siete años y me enamoré tanto de la ciudad como de toda Francia. Después de establecer mi nuevo negocio como diseñador, decidí abrir una segunda oficina en París para manejar los proyectos en Europa y Oriente Medio.
—¿Cómo encontraste esta casa?
—A mediados de 2020, tenía un apartamento cerca de la plaza de la Concordia, cuando me enteré de que el edificio vecino iba a comenzar una renovación de cuatro años y no estaba dispuesto a soportar el ruido, así que empecé a buscar otro. Como estaba en Los Ángeles y no podía viajar a Europa debido a las restricciones por la Covid, me vi obligado a buscar una nueva casa por internet y me decidí por este piso, que me gustó muchísimo desde el principio.
—Es un reflejo de tu estilo, ¿qué aspectos de este espacio consideras más representativos de tu filosofía de diseño?
—Como diseñador, me conocen por crear espacios llenos de elegancia europea, pero también impregnados de una sensación de comodidad californiana. Creo que incluso la habitación más hermosa no es realmente genial si no es cómoda. No hay razón para tener que elegir entre elegancia y confort.
—¿Cuál fue la parte más difícil del proceso de renovación?
—Esta casa fue construida durante el período de la belle époque y está llena de detalles arquitectónicos increíblemente hermosos, pero todo había sido pintado de un aburrido color blanco, por lo que fue muy divertido realzar todas las paredes y techos panelados y darles mucho colorido.
Royals y estrellas
—Has trabajado con una clientela de alto perfil, incluyendo realeza y celebridades, ¿cómo manejas sus expectativas?
—He tenido la oportunidad de trabajar con varias celebridades y miembros de la realeza y, al hacerlo, me doy cuenta de que todos somos, simplemente, personas con el mismo deseo de tener un hogar que nos nutra y nos permita sentirnos seguros y felices.
—Has restaurado varios monumentos nacionales en Francia, ¿qué desafíos has encontrado en el proceso?
—Soy muy afortunado de haber podido trabajar en varios monumentos nacionales, incluyendo la residencia del embajador de Estados Unidos en París. Hay muchas restricciones al trabajar en estos magníficos edificios antiguos, pero comprendo la necesidad de estas pautas para mantener la rica historia del patrimonio de Francia.
—¿Cómo te sientes al ser el único creativo estadounidense honrado por la Sociedad de Patrimonio Francés?
—Francia tiene uno de los tesoros más ricos del mundo en cuanto a edificios históricos importantes y es esencial que se mantengan y adapten para su uso en el siglo XXI. La Sociedad de Patrimonio Francés es una de las grandes instituciones que asegura el futuro del patrimonio de Francia, por lo que estoy profundamente honrado de haber recibido un premio por el trabajo de restauración.
—¿Hay algún proyecto en particular que consideres el más desafiante o gratificante en tu carrera?
—Más que de un proyecto individual, estoy orgulloso de que hemos trabajado con tantas personas maravillosas que han amado tanto el proyecto terminado como el proceso de crearlo; más del setenta por ciento de nuestro negocio son múltiples proyectos para los mismos clientes. Eso me dice que algo estaremos haciendo bien.
—¿Tienes algún proyecto próximo que puedas compartir con nosotros?
—Tengo un nuevo libro que se acaba de publicar, At Home in France, que narra mis años en Francia y mis casas. También tengo nuevas colecciones de telas, adornos y alfombras que están siendo introducidas por Schumacher y Perennials. Finalmente, estamos trabajando en algunos proyectos divertidos, incluyendo dos jets privados y el yate privado más grande del mundo.
Habla Mili Atival
—¿Cómo conociste a Timothy?
—Entré en una de las casas que diseñó en Los Ángeles, preciosa y de estilo español. Los espacios eran a la vez acogedores y glamurosos, de estilo rústico, como una hacienda. Timothy se presentó como el diseñador de interiores de la casa, con su gran sonrisa y energía contagiosa, y pensé: '¿Quién es este chico?'.
—¿Qué aporta él a tu vida como amigo?
—Tiene un amor por la vida sin miedo. Es curioso, es muy valiente en todo, apasionado por la belleza y adora a la gente. Sabe tomar decisiones en consonancia, tanto en el diseño como en la vida, y disfrutarlas al máximo. Trae luz, risas y optimismo a todo lo que hace y las personas a su alrededor. Lo adopté como mi hermano mayor. Eso es para mí.
—Has tenido una exitosa carrera en cine y televisión, ¿de qué te sientes más orgullosa?
—Poder tener papeles tanto en Israel como en Hollywood y que me consideren hablante nativa en ambos sitios. Es el resultado de un arduo trabajo. Estos dos mundos se unieron cuando Prisioneros de guerra, una serie israelí en la que interpreté a un personaje muy cercano a mi corazón, en hebreo, fue la primera serie extranjera vendida en Estados Unidos en su idioma original, y tuvo tanto éxito que luego se adaptó como Homeland. Y un momento divertido fue asistir a los Premios Emmy con Timothy cuando «Las mil y una noches», en la que actué, fue nominada. Nos divertimos mucho y él fue el acompañante más guapo. ¡Ni qué decir tiene que me ayudó a elegir mi vestido (un vintage rojo de Óscar de la Renta)!
—¿Hay algún papel que haya marcado un punto de inflexión en tu carrera?
—Stargate fue mi primera película en Hollywood, a los 22 años. Pero siempre siento que el punto de inflexión para mí como actriz fue «Dead Man», donde actué junto a Johnny Depp, porque fue mi primera película en inglés, interpretando a un personaje estadounidense, y me demostré a mí misma que podía hacerlo.
—¿Dónde vives ahora?
—Recientemente me mudé de Nueva York a Londres con mi familia (nuestros hijos tienen 17 y 13 años). Mi marido (el guionista ganador de un Oscar Charles Randolph) y yo queríamos que nuestros hijos absorbieran la cultura europea y exploraran varias ciudades. Antes de Londres, vivimos en París por un tiempo. Nuestro próximo viaje es a Madrid; quién sabe, tal vez nos mudemos allí. Aunque mantenemos nuestra casa de Nueva York, nuestro objetivo es criar a nuestros hijos como ciudadanos globales que amen el mundo.