Un apartamento de 42 m2 en el corazón de Londres repleto de color, estilo y personalidad
La interiorista Sara Leonor transforma un apartamento de 42 m² en un vibrante espacio donde rojo, azul, verde y amarillo lo dotan de una originalidad única
En un edificio centenario del exclusivo barrio londinense de King’s Cross, se encuentra este apartamento de tan solo 42 metros cuadrados que la interiorista Sara Leonor ha llenado de vida y color. Es una explosión de diseño y creatividad, donde cada estancia tiene su propia identidad gracias a una paleta de colores vibrante y cuidadosamente elegida. Así, tonalidades verdes inundan la cocina; amarillas, el cuarto de baño; azules, el dormitorio y rojos, el salón.
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“Los propietarios querían actualizar el apartamento porque ya no les resultaba funcional. Necesitaban más almacenaje, pero las dimensiones de la vivienda requerían de soluciones creativas que ocuparan el menor espacio posible. Tenían claro que querían emplear el verde en la cocina y, a partir de ahí, fuimos definiendo el resto de opciones cromáticas. Nuestra misión era aportar todas las comodidades de un piso grande en un espacio de dimensiones reducidas, a la vez que aportar estilo, diferenciación y personalidad”, comenta Sara Leonor.
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Una interiorista que diseña espacios con personalidad
Sara Leonor siempre ha tenido un vínculo especial con lo artesanal. Creció rodeada de objetos hechos a mano gracias a un familiar que trabajaba con acero, acrílico y cristal, y que además los serigrafiaba. Desde pequeña, el diseño corría por sus venas, así que no sorprende que estudiara Diseño de Interiores en IADE Escuela de Diseño y luego se lanzara a por un máster en Diseño Puro. Tras ganar experiencia en el estudio de interiores de IADE, llegó su gran momento: Londres la recibió con los brazos abiertos durante su Design Week, y ella decidió quedarse.
Durante doce años trabajó en B3 Designers, donde dejó su huella en más de 150 proyectos, en su mayoría locales de restauración. Pero Sara quería más. En 2018 dio el salto y fundó su propio estudio, centrado en diseño de producto e interiores, y en 2020 se estableció en Upper Street, Islington, una de las zonas más dinámicas de Londres. Hoy, Sara Leonor se dedica a crear piezas únicas y espacios con alma, siempre en estrecha colaboración con sus clientes. Con su libertad creativa como bandera, diseña desde el corazón, ya sea un objeto especial o un apartamento como éste, lleno de vida.
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El salón
En menos de 15 m2, Sara ha logradocrear un espacio multifuncional, ideal para relajarse, recibir a los amigos o, incluso, alojar a las visitas gracias al sofá-cama. Cuanta con una mesa de centro extensible que se amplía para acomodar hasta seis personas. Las paredes, con un zócalo pintado en rojo y el resto en blanco, son un fondo perfecto para destacar las piezas decorativas de la pareja. Y no solo las paredes: el techo también se ha pintado de rojo, creando un ambiente envolvente que suma calidez y carácter al ambiente.
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Un banco con doble (o triple) función
Cada rincón del salón está pensado para ser útil. La bancada en forma de L no solo ofrece un lugar extra para que las visitas se sientan cómodas, sino que también esconde una valiosa zona de almacenaje. Perfecta para guardar la colección de discos que tanto les gusta a los propietarios, también cumple la función de tapar el radiador, integrándose perfectamente con el diseño.
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Un rincón para trabajar
El salón también incluye una zona de trabajo que se integra perfectamente en el conjunto. Junto a la puerta, se ha colocado un escritorio contra la pared, acompañado de estanterías pintadas de rojo que aportan un toque de color y contribuyen a mantener el orden. El panelado es la solución ideal para esconder el cableado de los dispositivos electrónicos y evitar el ruido visual. Como bien dice la diseñadora: "Todos los elementos tienen una razón de ser. No soy partidaria de incluir objetos solo porque sean bonitos, sino que deben cumplir una función en el proyecto global de interiorismo".
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Moderna y funcional
La cocina se ha organizado en dos estancias contiguas comunicadas por un vano sin puerta, lo que favorece la fluidez y amplía la sensación de espacio. Uno de los espacios alberga la zona de trabajo y el fregadero, mientras que el otro se dedica al almacenaje y eambos casos, se ha optado por una distribución en frentes paralelos.
El color verde está presente en todo el conjunto, desde las paredes, que combinan azulejos con pintura, hasta el mobiliario, la carpintería y el panelado de los electrodomésticos, creando una armonía visual. El suelo, cubierto con baldosas de patrón geométrico en blanco y negro, es un diseño de Nathalie Du Pasquier para Mutina, que añade un toque distintivo y contemporáneo al ambiente.
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¡Cuántas soluciones!
Los muebles se han combinado con una encimera en tonos metálicos y cobrizos, que rinde homenaje a la estética industrial londinense y que aporta un contraste elegante y cálido al espacio. Además de su atractivo visual, la cocina ha sido diseñada con un enfoque práctico: se ha incorporado un armario específico para las escobas, lo que maximiza el almacenamiento y mantiene todo en orden. Una cocina perfectamente equipadapara una vida cómoda y organizada.
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El azul como protagonista
En el dormitorio, el color azul, en distintas tonalidades, se despliega por todo el espacio y contribuye a crear una atmósfera serena y acogedora que favorece el descanso. Para aprovechar al máximo el espacio, se colocó una cama con canapé que permite un almacenamiento adicional, la pared se decoró con un zócalo a media altura a modo de cabeceroy se instaló una librería en la pared superior, en el encuentro con el techo, que se ha decorado con molduras lineales y papel pintado.
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Detalles que suman
Las puertas de los armarioscontinúan la decoración del techo, con molduras azules y el mismo papel pintado con motivos vegetales, creando una armonía visual en todo el espacio. Frente a la cama, se diseñó una zona de tocador integrado y un zapatero en altura, brindando una solución práctica y elegante para el almacenamiento.
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Un baño que juega con la profundidad y el reflejo
Aquí, el inodoro y el lavabo de hormigón hecho a medida se ubicaron al fondo para aprovechar al máximo el espacio disponible. En la parte superior se instaló una malla metálica en la que colocar plantas y toallas y para dar sensación de profundidad, Sara Leonor eligió un espejo con armario en forma de U. Las baldosas, hechas a mano en Marruecos, tienen un acabado brillante que actúa como un reflejo, y también ayudan a ampliar visualmente el espacio. "En las paredes laterales, elegimos baldosas de hormigón, mientras que en el resto del baño y el techo, utilizamos pintura amarilla", explica la diseñadora.
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¡Con bañera y todo!
En lugar de instalar un plato de ducha, una opción más habitual en baños pequeños, se optó por una bañera exenta de formas redondeadas, ubicada contra una de las paredes más largas para facilitar el paso. Y eso sí, se acompañó de una cortina transparente que contribuye a crear una sensación de amplitud y luminosidad en el espacio.