Aunque estemos en otoño y el invierno esté cerca, la producción de verduras no tiene por qué detenerse en el huerto. Puede ser que los cultivos de estos meses sean menos que en primavera y verano, pero nos quedan algunas hortalizas que pueden recolectarse casi todo el año. Protege tus cultivos del frío y las heladas, dales los mimos y atenciones que necesitan y podrás disfrutar de ellos durante muchas semanas. A continuación te contamos cuáles son las hortalizas que no pueden faltar ahora en tu huerto y cómo debes cuidarlas para que crezcan saludables.
Claves para preparar el huerto
Aunque tengas puesta la mirada y las expectativas en las hortalizas que vas a recolectar durante el invierno, la preparación del huerto se debe realizar tiempo antes, a finales del verano. Para ello es importante disponer la tierra adecuadamente y planificar los cultivos, teniendo en cuenta la rotación de los mismos (de forma que no se repita un cultivo en el mismo terreno, lo que puede resultar perjudicial).
A la hora de sembrar, ten en cuenta la variedad de los cultivos. Algunas hortalizas, como las espinacas, las acelgas o las zanahorias, se han de plantar directamente en el terreno del huerto, mientras que otras es mejor sembrarlas en semilleros para después trasladar las plantas al suelo. Es el caso del brócoli o la coliflor. Una vez trasplantadas, riega abundantemente durante los primeros días para facilitar que las plantitas arraiguen en el terreno.
Espinacas (Spinach oleracea)
Esta verdura de hoja verde, de lo más saludable y repleta de nutrientes, se planta durante los meses de septiembre y octubre directamente en el terreno del huerto, dejando una separación de unos 20 o 30 cm entre ellas. La clave está en escalonar la plantación de las espinacas durante estos dos meses para que puedas recolectarlas de forma progresiva desde diciembre hasta casi el mes de abril. Tendrás espinacas cultivadas en casa durante todo el invierno. Una vez bien establecidas, riégalas de forma frecuente y con aportes pequeños de agua, para tratar de mantener el sustrato húmedo.
Lechuga (Lactuca sativa)
Si quieres disfrutar de suculentas ensaladas durante el invierno, con lechugas plantadas por ti, decídete a incluir esta hortaliza entre los cultivos de invierno de tu huerto. Solo tienes que elegir las variedades de cultivo invernal y plantarlas en septiembre. Podrás recolectarlas y consumirlas entre noviembre y diciembre. Incluso, si proteges los cultivos de las heladas, puedes prolongar su plantación hasta octubre, para recolectar las últimas en enero o febrero.
Zanahorias (Dancus carota sativus)
Esta es una hortaliza muy versátil, además de deliciosa, que puede sembrarse durante todo el año de forma escalonada. De esta manera disfrutarás de ella sea cual sea la estación en la que estemos. Además, se trata de un cultivo sencillo que no presenta complicaciones. Puedes plantar las zanahorias directamente sobre el terreno. Solo necesitará que la protejas del frío y de las heladas si donde vives es una zona de inviernos rigurosos y bajas temperaturas.
A la hora de plantar zanahorias comienza por preparar adecuadamente la tierra de tu huerto doméstico, eliminando las malas hierbas y enriqueciendo el suelo con materia orgánica. A continuación siembra las zanahorias en hileras dejando una separación de unos 30 cm. Colócalas en el sustrato de forma que queden a una profundidad de entre 1 y 2 cm.
Rábanos (Raphanus sativus)
Aquí tienes una hortaliza de cultivo fácil y crecimiento rápido. Tan solo tendrá que pasar un mes desde su siembra para que puedas cosechar tus primeros rábanos. Se trata de una planta a la que le gustan los suelos ligeros y fértiles por lo que conviene enriquecer el terreno con un aporte de materia orgánica. Elige las variedades de rábanos más adecuadas para invierno y plántalos en otoño. Si vives en una zona de grandes heladas, no estará de más que protejas a tus rábanos del frío con plásticos o con acolchados.
En el momento de sembrar las semillas, colócalas en filas sobre el terreno, con unos 25 cm de separación entre ellas. Para determinar la profundidad a la que debes enterrarlas, si se trata de variedades redondas coloca la semillas a 1 cm de profundidad como máximo. Si las semillas son de una variedad alargada, conviene que las entierres a unos 2 o 3 cm de profundidad.
Guisantes (Pisum sativum)
Cultivar tú mismo en tu propio huerto una delicia como unos guisantes tiernos y frescos es un auténtico lujo. Se trata de una planta que necesita sol y un suelo ligero y con un buen drenaje, ya que no tolera los encharcamientos del terreno. Por eso tendrás que vigilar el riego, que debe ser escaso durante el invierno. También conviene que protejas las plantas de guisantes del frío con acolchados de paja o de corteza de pino. Los guisantes se pueden sembrar directamente en la tierra del huerto desde el otoño hasta el comienzo de la primavera. Para recolectarlos en noviembre, debes sembrarlos en primavera.
Brócoli (Brassica oleracea var. italica)
A pesar de su mala fama, el brócoli es una hortaliza rica y muy saludable. Además de aportar a tus menús mucho sabor, está repleta de nutrientes y vitaminas. El brócoli es un cultivo apto para el invierno ya que soporta sin problemas las temperaturas frías. Se puede sembrar directamente en el terreno, aunque también es buena idea preparar semilleros y trasladar las plántulas al suelo del huerto cuando tengan 4 o 5 hojas. Ten encuenta que las semillas tardan aproximadamente dos meses en germinar, y una vez las plantas hayan sido trasplantadas al huerto, tendrán que pasar otros dos meses antes de poder recolectar los brócolis. Para elegir la mejor ubicación para esta hortaliza, busca un lugar a pleno sol, con un suelo bien drenado.
Ajo (Allium sativum)
Imprescindible en la cocina para condimentar muchísimas recetas y platos cotidianos, el ajo es una hortaliza que se planta en otoño. Se trata de una planta de crecimiento lento, que se toma su tiempo en crecer y desarrollarse, yb que tarda meses en dar sus frutos. A la hora de colocarlos en el terreno, planta los ajos en posición vertical y con la raíz hacia abajo. Aunque se trata de un cultivo capaz de resistir el frío, conviene que lo protejas de las heladas si estas son muy fuertes. Realiza un acolchado con mantillo para proteger la raíces de los ajos y no lo quites hasta la llegada de la primavera.
Cebollas (Allium cepa)
Si buscas un cultivo sencillo que se adapte bien a distintos climas y tipos de terreno, la cebolla es una alternativa de lo más interesante. Plántalas en septiembre y en octubre, y las podrás cosechar a finales del invierno. Para colocarlas adecuadamente en el terreno, lo mejor es que las pongas en hileras, dejando unos 15 cm entre cada una de ellas. No conviene que las entierres demasiado profundo. Riega de forma abundante tras la plantación y después vigila el riego para que no se produzcan encharcamientos.
Puerros (Allium ampeloprasum var. porrum)
Esta hortaliza, parecida a la cebolla, es deliciosa en multitud de preparaciones culinarias. Para plantarla con éxito, lo mejor es preparar semilleros con las semillas y trasplantar las plántulas cuando tengan una altura de unos 15 o 20 cm y hayan desarrollado un poco su sistema de raíces. De esta forma será más fácil que arraiguen en el terreno. Puedes sembrarlas a partir de septiembre y durante el otoño, ya que es una planta que resiste el frío. Crece bien en climas húmedos, pero si vives en una zona seca y cálida, tendrás que vigilar el riego para evitar que pasen sed. A los puerros les viene bien un aporte de materia orgánica en el sustrato.