Aquí vive una pareja de diseñadores con sus dos gatos. 60 metros cuadrados que se amplían respecto a la distribución original no solo por el replanteamiento de los espacios sino por la elección de materiales y acabados. El piso está ubicado en el barrio madrileño de Usera y el equipo de Yeyé Estudio ha sido el encargado de darle una nueva vida con un estilo inspirado en la filosofía japonesa.
El piso antes de la reforma
"La clienta era una fiel seguidora del estudio desde hacía años y tenía claro que quería trabajar con nosotras. En cuanto tuvo la oportunidad, contactaron con nosotras", explica Paula Mena, al frente de Yeyé Estudio (www.yeyestudio.com), encargado del proyecto de transformación. El punto de partida era una casa dividida por un muro de carga, con todas las estancias completamente diseminadas cubículos inconexos. Y a todo se accedía a través de un pasillo estrecho. "El estado actual no hacía justicia al potencial de la vivienda, con tres fachadas, dos de ellas exteriores y otra hacia un patio de manzana, donde desde el balcón, podemos tocar la copa de una higuera vecina", asegura la arquitecta.
Nueva distribución
La distribución es un tema clave para obtener el resultado final. "Teníamos un muro de carga que separaba las estancias y había un gran pasillo en medio que desaprovechaba por completo el espacio. Lo que hicimos fue usar ese muro de carga para separar la zona más pública de la privada. Según pasamos la entrada tenemos el salón abierto a la cocina, y detrás del muro de carga tenemos el dormitorio principal, un despacho amplio y un baño", explican desde Yeyé Estudio. Además, hay que explicar que, para lograr esta distribución, se desplazó el baño para crear una estancia completamente diáfana.
En esta imagen se ve cómo desde la cocina se conecta con el salón y el recibidor, enmarcado por el roble. "La entrada es clave en la vivienda japonesa, denominada genkan. Es un espacio para separarse del exterior, descalzarse y entrar en la intimidad de la vivienda. Levantamos el suelo para enfatizar esa separación y recubrimos todas las paredes de madera, creando un zapatero oculto en ese espacio, buscando estética y funcionalidad", detalla el equipo del estudio encargado de la reforma.
Clave en el proyecto: la elección de materiales y un estilo inspirado en Japón
La idea de que menos es más ha sido un must desde el inicio en este proyecto. Y a esto hay que sumar la influencia de la arquitectura japonesa. "Hemos buscado la pulcritud y limpieza en los materiales, hemos usado roble natural, microcemento continuo para toda la vivienda, y una alicatado blanco pequeño para el baño", resuma Paula Mena. "Los clientes son unos enamorados de Japón. Fue uno de sus grandes viajes. Y es una inspiración constante tanto en su trabajo como en su día a día. Respetan y admiran el diseño japonés y querían que su vivienda fuera un reflejo de ello", añade la arquitecta.
Al equipo de Yeyé Estudio le encantó esta referencia y el reto que suponía introducir la arquitectura japonesa en la ecuación. "Hicimos una investigación preciosa para sacar conclusiones de lo que creíamos importante y lo plasmamos en un diseño que distingue las zonas de la vivienda a través de los materiales", puntualiza. En todo el diseño interior predominan los tonos neutros como reflejo del minimalismo asociado a la filosofía y estética japonesa.
Detalles especiales
Esta toma nos deja ver bien el suelo continuo y la sensación de unidad que ofrece. También el radiador de diseño vertical en la pared (en esta casa no se oculta ni disimula su presencia -como tampoco se hace con el aparato de aire acondicionado en el dormitorio-) y los detalles de la capintería con una estantería en madera integrada en la pared o el marco del vano de paso entre ambientes. En las casas japonesas hay muchos elementos artesanales realizados en madera. La carpintería es esencial y por eso se quería hacer el guiño a esta idea en el proyecto.
La antigua cocina
Nada que ver con el nuevo espacio abierto y conectado con la zona de día. De muebles de pino con molduras y azulejos anticuados se pasa a un espacio que es el centro de la vida en la zona social.
Una nueva cocina abierta, luminosa e integrada en el salón
En toda la zona social se usó suelo de microcemento. Esta es la nueva cocina abierta y con isla -este elemento actúa como comedor-. Se ciñe a módulos bajos que además despejan las paredes y dejan que la luz alcance el salón y el recibidor. "La cocina es preciosa y pensamos cada detalle para poder optimizar el espacio. Al final es una vivienda de superficie reducida y teníamos que diseñar cada ambiente desde la practicidad del día a día", señala el equipo. La madera está presente y se combina con superficies neutras. La luz amplía el espacio y permite una relación directa con la naturalidad.
La sencillez como máxima
Sin recargar los ambientes. Nada ensucia la sensación de sencillez y limpieza diseñada. La pulcritud deja que se luzcan los muebles justos, los que cumplen una función práctica. Todos ellos elegidos con esmero. En el dormitorio, la cama y las mesitas son los muebles principales. Como mesita se ha elegido una composición del modular String. Este ambiente se suma al baño y a una amplia zona de trabajo en el lado más privativo de la vivienda.
Estancia antes de la reforma
Esta era la estancia cuyo espacio ocupa ahora el nuevo baño, porque -como se ha mencionado- se desplazó para lograr una distribución abierta más racional. Este es un claro ejemplo de cómo una vivienda antigua puede satisfacer las necesidades actuales con un diseño bien pensado.
Un baño con luz natural
En el baño se ha usado un revestimiento cerámico de pequeñas piezas cuadradas en las paredes y en el suelo. Toda la estancia resulta equilibrada, a través de este material que imita el despiece de los baños tradicionales japoneses. El mueble del lavabo es un diseño en madera, que se instala sin apoyar en el suelo. En el frente, un lavabo redondo con moldura en negro.
La zona de la ducha
Esta otra toma del cuarto de baño nos muestra la sencillez del diseño con un espacio que se reviste por completo con el mismo material, destacando las juntas oscuras que ofrece un patrón muy geométrico y racional. Todo en neutro con sanitarios en blanco y grifería y otros detalles (como bisagras o radiador) en negro. Al fondo queda la ducha con hornacina y mampara compuesta por puerta abatible y fijo. El inodoro es un modelo de cisterna empotrada.
Espacio de trabajo
En Yeyé Estudio suelen hacer un uso más marcado del color en sus trabajos, pero aquí querían mantenerse fiel a la pulcritud de la filosofía japonesa. Este es un detalle del trabajo a medida de los muebles que equipan la zona de trabajo con mesa corrida delante de la ventana y estantería en madera en la pared. A su lado, un frente de armarios de puertas lisas con tirador integrado en tono neutro.