Durante el otoño y el invierno el jardín vive una época de latencia, de descanso vegetativo. Sin embargo, eso no quiere decir que debamos condenarlo al olvido. Existen especies que florecen durante estos meses más fríos y que consiguen aportar color y belleza al jardín y convertirlo en un espacio con mucho encanto. Una de estas plantas es, sin duda, el hamamelis (Hamamelis spp.). Descubre cuáles son los cuidados que necesita y deja que adorne tu jardín con sus flores peculiares y perfumadas.
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Un arbusto bello y fácil de cultivar
El hamamelis es todo un descubrimiento para aquellos jardineros que desean un espacio vegetal que tenga tanta vida en otoño e invierno como en primavera o verano. Se trata de una planta esplendorosa y muy fácil de cultivar, porque es resistente y presenta pocas exigencias en cuanto a sus cuidados. Es una planta de ramas leñosas y hoja caduca que comprende diferentes variedades, algunas de ellas procedentes de China (Hamamelis mollis) o Japón (Hamamelis japonica), y otras que tienen su origen en América del Norte (Hamamelis virginiana). Uno de sus mayores alicientes es que se trata de una planta de floración invernal. A pesar de perder las hojas en otoño, el hamamelis comienza a florecer y muestra una apariencia diferente con sus flores amarillas y las ramas desnudas. Lo mejor es plantar el hamamelis en el jardín a principios de la primavera para que la planta esté bien arraigada cuando lleguen el frío y las heladas.
Los usos medicinales del hamamelis
Una de las características destacadas de esta planta es que se ha utilizado tradicionalmente para tratar algunas dolencias, dados sus usos medicinales. Las hojas del hamamelis, concretamente las de la variedad Hamamelis virginiana, resultan muy beneficiosas para la salud. Son cicatrizantes, antiinflamatorias y mejoran la circulación de la sangre y el retorno venoso. Si se usan de modo externo, sobre la piel, tienen propiedades calmantes por lo que son adecuadas en caso de dermatitis.
Flores de invierno
Las flores del hamamelis son muy especiales y vistosas. Aparecen en otoño y se mantienen hasta bien avanzado el invierno, alegrando el jardín en esta época en la que las flores son menos abundantes. Además, se trata de ejemplares muy originales, de rara belleza. Destilan un olor intenso y son de color amarillo o anaranjado. Estas flores presentan pétalos alargados y otros más cortos, y sépalos marrones. Surgen en las ramas sin hojas del arbusto, ofreciendo una apariencia tan extraña como bella. Las flores del hamamelis son, quizá, el aliciente más importante a la hora de elegirlo como planta de exterior.
Un lugar en semisombra y al abrigo del viento
A la hora de buscar la mejor ubicación para plantar tus hamamelis recuerda que, aunque son plantas resistentes, prefieren estar en semisombra que a pleno sol, sobre todo si el clima del lugar donde vives es caluroso. En cuanto al suelo, a los hamamelis les gustan los terrenos fértiles, ricos en nutrientes y materia orgánica, y ligeramente ácidos. Además, prefieren suelos frescos y bien drenados, que tengan capacidad de retener la humedad, pero sin encharcamientos. Por otro lado, has de tener en cuenta que no les viene bien estar expuestos a vientos fuertes, por lo que si vives en una zona ventosa, lo mejor es que los plantes en un lugar resguardado.
Un consejo: cuando hayas elegido el mejor lugar del jardín para tus hamamelis, plántalos a principios de la primavera o del otoño, haciendo un hoyo profundo en el suelo. Si vas a plantar dos o más ejemplares, deja suficiente espacio entre ellos (al menos 2 metros), para que puedan desarrollarse plenamente, ya que suelen crecer mucho y ocupar bastante espacio.
La mejor temperatura
El hamamelis es un arbusto fuerte y resistente, que no es demasiado exigente en cuanto a los cuidados que necesita y las circunstancias en las que debe ser cultivado. En lo que a la temperatura se refiere aguanta bien el calor, aunque cuando es extremo necesita un ambiente húmedo y el riego suficiente. El frío tampoco es un problema para esta arbusto de hoja caduca. Soporta las heladas regulares y, lo que es más importante, los cambios drásticos de temperatura, que no le afectan demasiado.
Un consejo: ¿vives en una zona de inviernos rigurosos y heladas fuertes? Entonces tus hamamelis necesitarán un buen acolchado que proteja las raíces del frío intenso. Cubre el terreno alrededor de la planta con paja, corteza de pino, mantillo o cualquier otro material adecuado, orgánico o inorgánico.
Cómo debes regar el hamamelis
Aunque podemos decir que el hamamelis es una planta que presenta una resistencia moderada a la sequía, también es cierto que necesita un riego regular y lo suficientemente frecuente para poder desarrollarse con salud. Si no vives en una zona demasiado cálida, bastará con un aporte de agua cada dos semanas durante el invierno. Sin embargo, en época de crecimiento y durante los meses más calurosos del año debes vigilar el riego para que la planta no pase sed, ajustándolo a las necesidades de la planta. Esto es especialmente necesario si vives en una zona de mucho calor. Ten cuenta que al hamamelis le gusta la humedad ambiental.
Un plus de energía
¿Es recomendable abonar los hamamelis para darles más vitalidad? Partimos de la base de que se necesita un terreno rico y fértil para cultivar esta planta, por lo que le vendrá de maravilla un aporte de materia orgánica una vez al año. Enriquece el terreno con compost, estiércol o humus de lombriz para renovar los nutrientes del sustrato. Hazlo una vez al año en otoño o en invierno.
Si quieres regalarle a tu planta un aporte de energía mayor antes de comenzar la floración, puedes añadir al agua de riego un fertilizante específico diluido. Elige un abono que tenga fósforo y que te ayude a conseguir que las flores se desarrollen mejor.
¿Necesita poda?
Aunque no es necesario podar los arbustos de hamamelis de forma frecuente, si lo recortas de vez en cuando conseguirás mejorar algunos aspectos de la planta, como su forma, su floración o su porte. La poda te ayuda a mantener la forma del arbusto y a estimular la producción de flores. Para podarlo de la forma correcta tendrás que eliminar las ramas muertas o dañadas que ofrecen un aspecto descolorido o marchito. Es lo que se conoce como poda de limpieza. Hazlo después de la floración, a finales del invierno.
Por otro lado, conviene que recortes las ramas más largas para mantener la forma del arbusto. Otra razón para podar el hamamelis es la de aclarar el arbusto. Conviene aligerar su follaje de vez en cuando para permitir la entrada de luz y aire a las ramas interiores.
Un consejo: practica cortes limpios justo encima de una yema o el punto del que nace una rama. También es importante desinfectar las herramientas de poda antes de usarlas para evitar que se propaguen infecciones.
¿Es posible cultivar el hamamelis en maceta?
Si no dispones de un jardín en casa, pero sí de una amplia terraza, siempre puedes poner plantas en maceta para disfrutar de su belleza y del color de sus flores. El hamamelis crece adecuadamente si lo plantas en contenedor, siempre que elijas una maceta de buen tamaño para que las raíces cuenten con suficiente espacio para desarrollarse. Debes tener en cuenta que cultivar el hamamelis en maceta es algo más difícil que hacerlo directamente en el terreno, pero no es imposible, ni mucho menos. Sigue estas pautas que te dejamos a continuación y verás consigues que crezcan preciosos.
- Elegir el sustrato adecuado es muy importante para la salud de tus hamamelis. Debe ser rico en nutrientes y ofrecer una buena capacidad de drenaje.
- Utiliza una maceta grande y con suficiente profundidad. Debe tener agujeros de drenaje en el fondo.
- Trasplanta tus hamamelis cada dos años, para renovar el sustrato y evitar que las raíces se compriman demasiado. Al cambiar la maceta, desenreda las raíces.
- Vigila el riego. Las plantas en maceta necesitan más agua que en el terreno, pero también debes cuidar de no excederte para no encharcarlas.
- Si hace demasiado frío en invierno siempre puedes trasladar las plantas a una ubicación más cálida o al interior de tu casa. Una ventaja que te ofrece cultivar hamamelis en contenedor.
Cómo y cuándo trasplantar
Si te decides por cultivar los hamamelis en maceta tendrás que trasplantarlos cada cierto tiempo. Es uno de los requisitos fundamentales que has de cumplir para que estas plantas crezcan con salud en contenedor. Hazlo cada dos años aproximadamente, cambiando la maceta por otra de mayor tamaño. El mejor momento para trasplantar el hamamelis es a principios del otoño, ya que las temperaturas son frescas, pero no excesivamente bajas, y no hay riesgo de heladas. De esta manera la planta tendrá tiempo de adaptarse a su nuevo contenedor antes de que el mercurio en el termómetro caiga en picado.
- Comienza por regar la maceta para humedecer la tierra y favorecer que el cepellón se mantenga compacto.
- Afloja la tierra y extrae la planta con cuidado de no dañar las raíces. Si el cepellón está muy pegado a la maceta, coloca esta de lado y hazla rodar para aflojarlo y conseguir que salga más fácilmente.
- Pasa la planta a otra maceta más grande. Recuerda cambiar el sustrato eligiendo uno adecuado rico en nutrientes, con buen drenaje y que sea ligeramente ácido.
- Riega en profundidad. Es el último paso para terminar el trasplante con éxito.