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Después de haber vivido en distintas ciudades de todo el mundo, los propietarios de esta vivienda, un matrimonio joven con un hijo recién nacido, decidieron establecer su residencia en una zona tranquila a las afueras de Girona, rodeados de naturaleza.
El punto de partida era una estructura de hormigón a medio construir, y acudieron al estudio de interiorismo Molins Design para que transformara esta base en una vivienda moderna de 250 m², adaptada a su estilo de vida y sus necesidades familiares. En colaboración con una constructora local, el equipo replanteó la distribución y los acabados para crear un espacio que equilibra funcionalidad y diseño. Con una fachada de líneas limpias, carpintería en gris antracita y ventanas estratégicamente ubicadas para captar la luz natural, la casa se integra perfectamente en su entorno.
© Jordi Miralles Fotografía¡Bienvenidos!
Siguiendo la línea mediterránea de la fachada, la puerta de entrada a la vivienda se eligió de roble natural en lamas horizontales, que crea un plano ordenado y cálido. Además, se incorporó una pieza de cristal transparente para aportar ligereza visual y conectar el exterior con el interior. "Para romper con la homogeneidad del pavimento porcelánico, se ubicó un alcorque donde alojar un árbol que aportara sombra y diera la bienvenida", comentan desde el estudio.
© Jordi Miralles FotografíaUna distribución pensada para aprovechar al máximo la luz natural
La casa cuenta con dos alturas, además de un sótano que acoge en aparcamiento y varias zonas de servicio. En la planta baja, se encuentran las zonas comunes, donde el recibidor da paso de forma abierta y fluida al salón-comedor y a la cocina, creando un ambiente diáfano; un despacho y un aseo de cortesía. La planta alta se destinó a los tres dormitorios y dos cuartos de baños.
A nivel estético, el interior de la vivienda refleja el mismo estilo mediterráneo moderno del exterior, con sus líneas limpias y rectas, pero se le suman detalles rústicos que le dan un toque cálido. La madera de roble natural y los tonos neutros hacen que el espacio se sienta elegante y acogedor al mismo tiempo. Uno de los puntos más importantes del diseño fue asegurarse de que la casa tuviera una buena conexión con el exterior, sobre todo porque cuenta con un jardín enorme y unas vistas increíbles al campo.
© Jordi Miralles Fotografía¡Todo un acierto!
La planta baja se diseñó como un espacio diáfano, sin un recibidor definido, pero el equipo de Molins Design encontró la forma de separar visualmente la entrada de la zona social: un mueble tipo consola que, además de servir como elemento divisorio, actúa casi como un biombo moderno. Esta pieza, hecha a medida, no solo cumple su función práctica, sino que se convierte en una de las señas de identidad de la casa. Además, su forma curva se integra de manera orgánica con el sofá, de manera que se ha logrado crear una conexión fluida entre el recibidor y el salón.
La biblioteca de la zona de estar fue uno de los elementos más importantes y complicados de encajar en el proyecto. De grandes dimensiones y con la necesidad de integrar una chimenea de leña, se optó por una distribución tipo damero, con zonas abiertas y cerradas, algunas hornacinas decorativas y la tecnología audiovisual perfectamente integrada en el mueble frontal. Además, su diseño combina madera de roble con piedra caliza en acabado apomazado que aporta un aire moderno y sofisticado.
© Jordi Miralles FotografíaAbierta y con vistas al exterior
Los tres ambientes en los que se ha organizado la zona social quedan perfectamente delimitados gracias al mobiliario. Así, justo detrás del sofá, que está hecho a medida, se encuentra el comedor, que da paso a la cocina abierta con una isla central. El diseño de toda la casa se centra en aprovechar al máximo la luz natural que entra y en conectar el interior con el increíble paisaje exterior.
© Jordi Miralles FotografíaUn lugar perfecto para compartir buenos momentos
Para la zona de comedor, el equipo de Molins Design diseñó una mesa ovalada con sobre de madera de roble natural sobre patas Carlo que, además de elegante, es muy práctica, ya que es extensible y puede adaptarse según las necesidades de la familia, permitiendo hasta diez comensales cuando es necesario. Se acompañó de cuatro sillas tapizadas a juego con el mobiliario de la cocina.
Esta última se planteó como un espacio abierto, con armarios a medida en melamina gris antracita y madera de roble natural, y una isla central que delimita la cocina propiamente dicha del resto del espacio y hace las veces de barra de desayunos.
© Jordi Miralles FotografíaFormas suaves y esculturales
Una de las piezas clave del diseño interior fue la escalera que conecta las dos plantas de la vivienda. Todo un reto, ya que se necesitaba subir una altura considerable en un espacio reducido, lo que requería una forma helicoidal. Durante la fase de renderizado, se probaron varias propuestas hasta dar con el diseño definitivo, que presenta una silueta fluida y elegante, capaz de suavizar la rigidez de la barandilla. La geometría de la escalera era bastante compleja, por lo que se optó por la técnica tradicional de modelado en escayola, contando con la habilidad de un artesano local que, casi como un escultor, dio vida a esta pieza única con una ejecución impecable.
© Jordi Miralles Fotografía'Suite' con el baño abierto
El dormitorio principal es bastante amplio y disfruta de unas vistas espectaculares al campo. Por eso, el baño se ha integrado perfectamente en el conjunto, con una pieza central que acoge el lavamanos y un espejo de doble cara que va montado en una estructura de acero.
Como se aprecia en la imagen, un gran armario recorre todo un frente y la cama, orientada hacia el gran ventanal, se apoya en un imponente cabecero realizado a medida, también en madera de roble, que va de lado a lado de la pared. Para completar el conjunto, se añadieron dos mesitas de noche Defense, también diseñadas por Molins Design.
© Jordi Miralles FotografíaUn pequeño oasis de relax
La distribución de toda la suite se pensó para aprovechar al máximo las impresionantes vistas al campo que rodean la vivienda, por eso tanto el dormitorio como el baño están orientados para disfrutar del paisaje exterior. Sin duda, uno de los rincones más especiales es la bañera, colocada justo debajo de la ventana: el espacio perfecto para relajarse mientras se contempla la tranquilidad del entorno. Frente al lavabo, vemos el cerramiento acristalado en color ahumado que independiza la zona de la ducha.
© Jordi Miralles FotografíaLa habitación infantil, sencilla pero muy funcional
Se resolvió con mobiliario a medida que incluye un gran armario en melamina, con tiradores minimalistas pero prácticos, y una pequeña hornacina decorativa en roble; una cama nido, ideal para recibir a posibles invitados, y una zona de escritorio que se ubicó bajo la ventana. En cuanto a la gama cromática, se partió de una base neutra en grises y madera natural, a la que después se añadieron toques de color a través de los complementos textiles y demás detalles decorativos.
© Jordi Miralles FotografíaBaño de inspiración mediterránea
"Cómo hacemos en gran parte de nuestros proyectos de interiorismo, los baños son uno de los espacios que permiten dar más margen a la imaginación y en los que apostamos por crear espacios únicos y muy personales", cuentan desde Molins Design.
En este caso, se buscó plasmar la esencia mediterránea y un toque distintivo a través del uso de azulejos en pequeño formato, de Cifre Cerámicas, en color azul marino. El mueble, hecho a medida, ofrece una gran capacidad de almacenamiento, mientras que la superficie en Corian y el lavamanos sobre encimera, del mismo material, aportan elegancia y funcionalidad. Las griferías en acabado bronce de la firma Ritmonio completan este baño tan especial.
© Jordi Miralles FotografíaEl espacio interior y exterior se conectan en perfecta armonía
El diseño de paisajismo tenía como objetivo eliminar las barreras entre el interior y el exterior. Para lograrlo, se creó una plataforma con el mismo porcelánico que se utilizó dentro de la vivienda, manteniendo una conexión fluida entre ambos espacios. Esta plataforma, que conecta directamente con la cocina, alberga una zona de comedor con muebles de Kettal, mientras que el otro lateral se destinó a un área de estar o chill out. Todas las tonalidades y texturas elegidas para el mobiliario exterior repiten las del interior, creando una armonía visual.
Para enriquecer este espacio, se incorporaron jardineras y "mix borders" con especies locales que refuerzan la integración del jardín con el entorno natural. Además, una valla de lamas metálicas, que se funde perfectamente con el paisaje, delimita la parcela y aporta privacidad.
En cuanto a las instalaciones, se ha apostado por un sistema de suelo radiante para climatizar la vivienda en invierno, junto con aire acondicionado por conductos. Todo el sistema está respaldado por una máquina de aerotermia y se complementa con placas solares, lo que asegura una máxima eficiencia energética en todo el proyecto.
