¿Te atreves a romper las reglas de la neutralidad con una decoración que celebra la intensidad y el poder del color? Pues has llegado al lugar adecuado. Y además de atrevimiento y personalidad, estarás llevando a tu salón una de las tendencias de la temporada: el uso del color. Los salones psicodélicos están ganando protagonismo en el diseño de interiores, fusionando patrones vibrantes, combinaciones de colores inusuales y una creatividad sin límites. Es como componer una obra de arte con diferentes elementos vibrantes. El resultado es un espacio que despierta los sentidos. Aquí vamos a mostrarte ejemplos, también de versiones con color aunque no estridente y cómo sumar notas concretas llamativas que lo cambian todo.
Un salón vitamínico
Colores que se combinan en distintos elementos y con patrones muy marcados y diversos. Este salón es puro atrevimiento y el resultado no puede estar más lleno de energía. Si eres de los que no temen a la extravagancia, este enfoque lleno de vida te representa. En este salón, el papel pintado es el modelo Amalfi, de Gancedo; que representa una armoniosa mezcla de refinamiento histórico y glamour contemporáneo.
Un estilo sofisticado con el color
Es otro de los propósitos cuando se usa el color para decorar: lograr espacios sofisticados. A estos clientes, residentes en Miami, no les daba miedo el uso del color. "¡Al contrario!" -declaran los responsables del proyecto-. “Querían un estilo vibrante y sofisticado. Por ello, nos divertimos incorporando gamas de azules con toques en magenta. El uso de los colores y las texturas convierten el apartamento en una joya de color sobre el agua cristalina de Miami”, destacan los interioristas de FL Interiors Design Studio. Han creado una atmósfera relajante en tonos serenos y, a partir de ella, no han dudado en incorporar elementos de color con el azul como protagonista en diferentes tonalidades y con toques de un vibrante magenta que aporta vitalismo y luz.
Los detalles en color también suman
Puede que no sepas cómo incorporar esas notas de color para lograr un salón que se salga de la norma. ¡Y es más sencillo de lo que imaginas! Es cierto que cuanto mayor sea la pieza, más marcado es el efecto. Por ejemplo, un sofá tapizado en color siempre se convierte en un punto de inflexión en el espacio. Pero suman también los pequeños detalles en piezas auxiliares como mesas, lámparas y, por supuesto, cojines y jarrones. En este proyecto de Rocío Esquilas con estilismo de Pilar Perea, la pared es una base neutra y el suelo en madera otro elemento atemporal. Aquí encaja el color con un efecto "salpicado" al aparecer en elementos pequeños pero de tonalidades atrevidas.
El cuadro, la gran baza para llevar el color al salón
María del Valle Interiorismo también propone en este salón un efecto colorido sin desprenderse de una base neutra y luminosa. La clave es el arte. Con una o varias obras es posible llevar el color al espacio de manera que las tonalidades del cuadro o escultura sean las que hagan de hilo conductor para otras pinceladas que pueden aparecer en complementos como fundas de cojín, una alfombra, mesas, revisteros…
El color cuando no es estridente
La tendencia invita a hacer uso del color para decorar los espacios, con atrevimiento. Pero no únicamente los colores fuertes son los que encajan en esta idea. Hay colores no tan llamativos pero que también levantan el interiorismo de un salón. Este es un ejemplo de un proyecto de María Acha Interiorismo donde el rosa medio y otras pinceladas en verde y azul soft guían la decoración. Estilismo de Cristina Rodríguez Goitia.
Dar luz en un espacio con notas oscuras
El uso del color en el salón también sirve para iluminar un espacio poco luminoso. Puede que por falta de luz natural o porque hay elementos oscuros -como sucede en este proyecto de Luzio Studio con un salón tapizado en gris oscuro- sea preciso llevar el color más vibrante para que se cambie la percepción del ambiente. Aquí la alfombra lisa en rosa aclara el suelo y contrasta con el acabado del sofá. Se suman los taburetes o mesas auxiliares y las obras pictóricas que terminan de elevar el nivel.
Explosión de color
No solo el papel pintado es una baza para decorar con color, marcando el estilo. También la pintura tiene un gran poder para marcar la tendencia del espacio. Las tapicerías se suman. Y aquí es donde hay que destacar el peso de las alfombras para llevar color. No tengas en mente únicamente los textiles de cojines o cortinas. Deja que el suelo se llene de tonalidades que llenarán la estancia. ¡Pura alegría visual! Una alfombra de colores vibrantes lisa o con diseños geométricos, estampados florales o patrones abstractos. Busca el contraste con los muebles y paredes. Resultará además muy personal. Papel pintado Fiori in Fiore de Mind The Gap (de venta en Gancedo). Está inspirado en el encanto de un verano italiano en flor.
Energético y acogedor
El equilibrio al usar el color es lograr una atmósfera vibrante, vitamínica pero acogedora. Cuando se usan colores cálidos es más fácil lograr este resultado. Pero también es interesante hacer uso de algún too cálido para restar la frialdad de colores fríos, cuando estos predominan en el ambiente. En este caso, las butacas tapizadas en amarillo mostaza son una fuente de calidez en un salón donde se siente el negro pero también el azul suave del sofá y del aparador. Encima de este, un cuadro en verde llamativo. Es una propuesta de la firma de mobiliario Cassina, con sofá Moncloud de Patricia Urquiola.
Todo a un tono
Hemos visto ejemplos de salones decorados con color que hacen uso de muchas tonalidades. Si buscas la fuerza del color pero quieres un efecto más ordenado, la opción es escoger un tono y llevarlo al espacio en varios elementos pero en diferentes intensidades. La interiorista Leonea Rivas de Le interior Design Study opta en este proyecto por el azul, que aparece en las paredes, cortinas, mobiliario, tapicerías y alfombra en varias intensidades. El equilibrio es el uso del neutro, metal y cristal, que no resta protagonismo al color. El efecto monocromático es bastante efectista.