Tener un jardín atractivo y funcional que a la vez sea apto para mascotas puede ser un desafío, especialmente cuando estas disfrutan de jugar, excavar o explorar cada rincón. Francisco Díaz Ramos, paisajista y art manager en Landscapers (landscapers.es), nos guía para que cada rincón del jardín pueda disfrutarse tanto por los dueños como por perros y gatos.
Materiales adecuados
Si eres el dueño de un ‘peludito’ seguro que te estarás preguntando acerca de cuáles son los materiales más resistentes y seguros para crear caminos y zonas de juego en un jardín que frecuentan perros y/o gatos. En opinión de Francisco los gatos dan menos problemas y, en el caso de los perros, depende mucho de su raza. “Los canes rastreadores o más relacionadas con la caza hacen agujeros donde pueden, por lo tanto, todo lo que sea un camino pavimentado con piedra, porcelánicos u hormigón son los más recomendables”, afirma el paisajista.
En cuanto a zonas de juego, una buena elección es el césped natural (evita el artificial si tienen tendencia a morderlo para escarbar). Si se utilizan gravas conviene estabilizarlas con resina, aunque a veces los perros también pueden con ella.
Su paraíso particular
No hay que comprometer la estética del jardín, pero sí ser realista: a nuestras mascotas les va a dar por orinar o excavar en los exteriores de casa. Así que por este motivo Francisco apostaría por un área específica para ellos integrada en el diseño del jardín. El experto propone estas formas de diseñarlas:
- Para los perros crea una extensión de arena o pavimento terrizo suelto, con una forma orgánica integrada en las distintas plantaciones, con un vallado acorde con el diseño del jardín. Dentro de ella puede haber túneles, rampas y algunos saltos.
- En cuanto a gatos, como no son animales de estar confinados, crear algún rincón con gramíneas como la stipa (Stipa tenuissima), sobre la que les encanta recostarse.
Compatibilizar travesuras con un buen diseño exterior
Antes de proponer un proyecto de paisajismo concreto, los dueños deben observar cómo es ese miembro más de la familia. “El principal problema suele darse con los perros; me he encontrado con algunos que literalmente se han comido césped artificial y otros que hacen muchos agujeros para guardar ‘sus tesoros’. A partir de este conocimiento, hay que planificar bien el diseño para que luego no haya problemas posteriores”, revela Francisco.
Mobiliario de exterior a prueba de mascotas
Todo lo que sea textil es susceptible de ser mordido, arañado o estropeado por un animal. Por lo tanto, el paisajista sugiere que es mejor opción amueblar con piezas de metal, madera, fibras y elementos de obra, porque van a ser siempre más duraderos. No obstante, estas precauciones dependen del carácter de nuestras mascotas.
Plantas que no conviene cultivar
Existen muchas especies de plantas denominadas ‘tóxicas’, pero advierte Francisco: “antes hay que aclarar que son los perros los que presentan a veces episodios de intoxicación, no obstante, es una situación poco común. Esto es debido a que la ingesta tiene que ser bastante grande para que afecte al animal”.
Puntualizamos esto porque hay más plantas de las que pensamos que son consideradas dañinas para las mascotas, pero en opinión del paisajista, esto no debe crear alarma. En especial por lo comentado anteriormente de cada animal es un mundo.
Algunas especies se plantan de forma habitual en los jardines, como por ejemplo los lirios (Lilium spp.), las adelfas (Nerium oleander), las hiedras (Hedera helix), las hortensias, las azaleas, las dedaleras (Digitalis purpurea), los espárragos de jardín (Asparagus densiflorus) o los aloes (Aloe vera).
Protege tu vegetación
Los animales domésticos son muy dados a arañar los troncos para jugar o bien para afilarse las uñas y no es la primera vez que un gato o un perro anilla un árbol. “Anillar un árbol significa realizar un corte profundo en todo el diámetro del tronco. En este caso se interrumpe el paso de savia (que es como la sangre de las plantas) y el ejemplar pierde la capacidad de enviar nutrientes al resto del árbol y acaba muriendo. Protectores bien pensados e integrados en el diseño ya sean de metal, madera o materiales de obra pueden funcionar para que nuestras mascotas no hagan estragos”, afirma Francisco.
Trepar, una afición felina
El fundador de Lanscapers explica que si vas a tener una mascota cuyo hábitat es trepar a árboles, hay que poner especies con ramificación fuerte que no se rompa con pesos externos. ¿Qué sugerencias nos da? Cualquier especie de arbolado urbano, por ejemplo, especies de gran porte: melia, árbol de Júpiter, almez, acacia…; y de menor porte: el olivo.
El paisajista comenta “en el caso de algunos árboles, como el arce japonés palmeado (Acer Palmatum) o Celindos, puede haber algún problema cuando aún no están consolidados, pero los animales son muy listos y no se suben donde no deben, por norma general”.
Precauciones
Con mascotas, no debemos renunciar al riego automático. Pero ten en cuenta lo que explica Francisco: “nos hemos encontrado con casos donde, sobre todo los perros, juguetean con las gomas de riego e incluso las muerden. Cuando los dueños les han hecho entender que no se debe hacer eso, el problema ha desparecido”.
Otra alternativa, aunque más costosa, es que el sistema vaya enterrado en el suelo.
Errores que hay que evitar
Por la experiencia de Francisco, el error más común es no saber (o más bien no querer verlo) cómo va a tratar tu mascota el jardín. “Hemos tenido clientes que se han encontrado un césped recién puesto destrozado porque sus inquietos perros se dedicaron a tirar de los tepes [pedazo de tierra cubierto de césped, que se usa en jardinería para cubrir rápidamente de hierba un terreno]. Otros se los han encontrado llenos de hoyos”, relata. Si de antemano sabemos que el perro se comporta así, hay que diseñar de otra forma el jardín.
También es muy habitual que el animal no tenga un espacio vital para sus necesidades. Hay perros muy dinámicos que necesitan correr y saltar, y a todos les encanta jugar, así que hay que diseñarles áreas para su ocio. Por cierto, estos espacios deben tener zonas de sombra pues tanto perros como gatos pueden sufrir golpes de calor.