A diferencia del minimalismo, que se basa en la simplicidad y en la idea de "menos es más," el maximalismo apuesta por el "más es más" y se expresa a través de una abundancia de colores, texturas, patrones y objetos decorativos. Ese rincón maximalista se convierte en el centro de atención. El frío nos trae el abrigo de esta tendencia decorativa, más vibrante que nunca. Inspírate en estas ideas para crear ambientes ricos y estimulantes. Aquí no faltan los muebles exuberantes o los tejidos más llamativos. Todo en una combinación lujosa. Vamos a ver cuáles son las características principales de esta tendencia a través de ambientes que encajan.
Primera clave de una ambiente maximalista: el uso de colores intensos y contrastados
Si por algo destaca esta tendencia decorativa es por la exageración y la falta de miedo. Llevado al color, el maximalismo incorpora una paleta de colores rica y atrevida. Azul, verde, rosa, rojo… ¡Todos tienen su espacio! Y se pueden mezclar con otros acabados metalizados que aportan brillo. La idea es crear un efecto visual llamativo, combinándolos en el mismo espacio. Telas y papeles de la colección Sophie Robinson de Harlequin, firma distribuida en España por Pepe Peñalver.
Segunda clave maximalista: ¡Sí a los patrones!
De igual manera que se mezclan los colores, también los estampados aparecen como imprescindibles en esta tendencia decorativa y se combinan entre sí, independientemente de su naturaleza: florales, geométricos, animales, vegetales, rayas y cuadros. Todos ocupan paredes, tapicerías, cojines y alfombras. Aquí es el sentido común y el gusto estético el que entra en juego para lograr encontrar el balance visual. Telas y papeles de Mind The Gap (colección Hippy Paisley), de venta en Gancedo.
Tercera idea: exceso, saturación, exuberancia
Estos tres términos encajan en la definición de maximalismo decorativo. Se trata de decorar de manera que prácticamente no quede ninguna superficie despejada. Recuerda la idea de que "más es más". Llena el ambiente de objetos decorativos como libros, esculturas, plantas, cuadros y piezas vintage. La decoración maximalista es rica en detalles. Se trata de que el espacio se sienta abigarrado y de que cada objeto cuente una historia, reflejando así personalidad. En la imagen, la colección de Eichholtz en colaboración con The MET.
Cuarta clave: la mezcla de épocas y estilos
El maximalismo permite mezclar estilos y épocas. Es posible que convivan en un mismo espacio muebles modernos al lado de otras piezas clásicas. Lo contemporáneo y lo vintage o retro aparecen y desaparecen en muebles, objetos, accesorios y arte. El resultado es un ambiente con carácter. Papel pintado Ramo di Ortensia, de la colección Senza Tempo II de Cole&Son, distribuido por Pepe Peñalver.
Quinta idea del maximalismo: el arte como protagonista
Tanto con cuadros como con esculturas, el arte aparece en los ambientes maximalistas. En las paredes, apoyadas en el suelo, sobre una mesa o aparador… Distintos estilos y tamaños, con mezcla de acabados y de molduras en el caso de las obras. El efecto galería de arte es una seña de identidad del maximalismo. Esto sube el nivel. Colección de Eichholtz en colaboración con The MET.
Sexta característica: el efecto coleccionista
Se siente en las estancias que se decoran según esta tendencia. Colecciones que tienen un hilo conductor y que se exhiben en el espacio, formando parte de él como decoración. En un ambiente maximalista es fácil encontrar muchos jarrones, muchos espejos, numerosos elementos de una misma colección repartidos en el espacio. Butaca tapizada con tela de la colección Folklore de la marca británica Andrew Martin (Pepe Peñalver).
Las principales ventajas del maximalismo
Con todas estas ideas, uno se imagina que los ambientes maximalistas no son sencillos. Al contrario, se sienten siempre potentes. Una de las principales ventajas es que la corriente se convierte en una forma de expresión personal. No hay un resulta frío sino que es fácil que la decoración se sienta acogedora, aunque también puede resultar compleja y saturada. En el otro lado, está la idea de que cada elemento cuenta una historia. Y entre las ventajas se puede mencionar la flexibilidad que ofrece este estilo, ya que no hay demasiadas reglas, sino más bien la ausencia de todas ellas. Chaise longue con tela Susie Q Linen de Mind The Gap en Gancedo.
Ambientes en evolución constante
Precisamente por esa ausencia de reglas, tomada como ventaja, el maximalismo da lugar a ambientes que se pueden enriquecer con el paso del tiempo, convirtiéndose en lugares de expresión en constante evolución, donde sumar y mover con facilidad. Dormitorio proyectado por Silvia Trigueros con estilismo de Cristina Rodríguez Goitia.
Algunas de las desventajas de este estilo decorativo
El principal riesgo es la sobrecarga visual que se produce -ruido visual- y el efecto de desorden. Porque aunque todo vale, ya hemos comentado, que el gusto personal de cada uno es el que debe imponerse para mantener un equilibrio armónico. Todo vale, pero no todo encaja. Además, al tratarse de espacios muy llenos, pueden sentirse más pequeños y oscuros, por los patrones y colores que pueden recargar. Y también hay que mencionar, que todo precisa más mantenimiento (ya que la limpieza de tantos elementos es más costosa y laboriosa). Propuesta de la firma de telas y papeles Mind The Gap (colección Soul Sacrifice).