El género Clerodendrum es bello y variado. Entre las más de 400 especies que lo componen encontrarás plantas muy diversas, sobre todo en su floración. En cuanto a los cuidados que deben recibir, estos son similares para todas. Aprende a cultivarlas y elige las plantas que más te gusten para cultivar en el jardín o como plantas de interior.
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Una familia numerosa
Nada menos que 400 son las variedades que pertenecen al género Clerodendrum, que se engloba dentro de la familia de las Lamiaceae. Un amplio repertorio de plantas bellas de carácter exótico que te ayudarán a poner una nota muy colorida a tu jardín, especialmente durante su época de floración. Son originarias de Asia y África, aunque actualmente se cultivan en la mayoría de los países sin mayor problema. Aunque en las zonas de donde proceden son plantas de exterior, en zonas frías es mejor cultivarlas como plantas de interior, ya que no soportan el frío ni las heladas que pueden ser fatales para ellas.
Arbusto de Java o 'Clerodendrum speciosissimum'
Es una de las muchas especies de clerodendros que existen. Se le conoce también como 'arbusto de Java' ya que es de este lugar de Indonesia de donde procede. Esta planta de hoja perenne hace gala de una belleza especial, muy llamativa. Sus hojas son grandes, con forma ovalada y de un color verde intenso. En cuanto a sus flores, se ordenan en inflorescencias alargadas de un intenso color rojo anaranjado. Surgen en verano y se mantienen durante la mayor parte de la estación.
El cuidado más importante que tienes que darle al arbusto de Java es protegerlo de las bajas temperaturas, ya que no las soporta. Su rango ideal es de 20 a 30ºC, por lo que si vives en una zona de inviernos rigurosos, lo mejor que puedes hacer es trasladarla al interior en cuanto empiece a hacer frío. Como es una planta que se cultiva bien en maceta no tendrás problema. A la hora de regarla, como sucede con el resto de clerodendros, es importante vigilar los encharcamientos, bastante perjudiciales.
'Clerodendrum paniculatum', la flor de la pagoda
Este arbusto ornamental, que puede alcanzar de 1 a 4 metros de altura, posee una belleza especial. Sus hojas perennes, pecioladas, tienen forma ligeramente acorazonada y un color verde oscuro. Lo que más llama la atención de la planta son sus flores de color rojizo que se organizan en inflorescencias con forma de templo o pagoda. De ahí viene el nombre de 'flor de la pagoda' con el que se suele denominar al Clerodendrum paniculatum. Las flores aparecen a mediados del verano y duran hasta principios del otoño.
Para cultivarlo con éxito pántalo en el jardín a pleno sol. Aunque soporta bien el calor, no sucede lo mismo con el frío por lo que deberás protegerlo de las heladas, bien trasladándolo al interior si está en maceta, o bien mediante acolchados si está en el suelo del jardín.
'Clerodendrum thomsoniae'
Esta especie trepadora del género Clerodendrum es originaria de las zonas tropicales de África. Es muy diferente a otras especies de clerodendros, especialmente por la apariencia de sus flores. Las hojas son ovaladas y presenten un precioso color verde brillante. Sus flores, que surgen durante todo el verano y el otoño, son de dos colores: el caliz es blanco y la corola roja. El resultado son flores de gran belleza que hacen que la planta se cultive por su valor ornamental. De todas las especies del género, la Clerodendrum thomsoniae es de las más delicadas. Es muy sensible al frío, por lo que tendrás que protegerla de las bajas temperaturas, ya que no tolera que el termómetro descienda por debajo de 15ºC.
Protégela del frío
De todos los cuidados que debes procurarle a tus clerodendros, el más importante es la protección ante el frío y las bajas temperaturas. Estas plantas son resistentes y se adaptan bien a las diversas circunstancias del terreno. Incluso son capaces de aguantar el calor extremo en verano. Sin embargo, no sucede lo mismo con el frío ya que sufren considerablemente cuando el mercurio cae por debajo de los 13ºC.
Para cuidarlos como se merecen, tienes que valorar las condiciones a las que va a exponerlas en invierno. Si vives en una zona fría con inviernos crudos, lo mejor es plantar los clerodendros en maceta. De esta forma podrás trasladarlos al interior cuando comiencen las primeras heladas.
¿Cómo hay que regar los clerodendros?
Lo primero que hemos de saber para regar correctamente estas plantas es que necesitan un riego regular. Mientras están en su periodo de crecimiento y desarrollo, esto es durante la primavera y el verano, tendrás que aportarles bastante agua. Procurales riegos abundantes en estas épocas del año, siempre procurando evitar los encharcamientos, que no les vienen nada bien. Con la llegada del otoño y la bajada de las temperaturas lo adecuado será reducir bastante el riego. De hecho, algunas especies de hoja caduca necesitarán que se suspenda por completo.
Un consejo: los clerodendros son plantas tropicales a las que les encanta la humedad ambiental. Por eso es buena idea pulverizarlos con agua de vez en cuando, especialmente en los meses más calurosos.
¿Hay que abonar?
A los clerodendros les vendrá muy bien un buen abonado durante la época de mayor desgaste para la planta, es decir, durante la primavera y el verano. Este aporte de energía les llegará mejor si utilizas un fertilizante líquido disuelto en el agua de riego. Procúraselo cada 2 o 3 semanas, siguiendo la dosis recomendada por el fabricante. Conviene emplear abonos adecuados, que sean ricos en nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), pero también en otros minerales como hierro (Fe), manganeso (Mn), cobre (Cu) o cinc (Zn).
El trasplante, un cuidado importante
Los clerodendros son plantas que se cultivan adecuadamente en maceta. No tienen por qué estar plantados en el suelo del jardín. Sin embargo, si los plantas en contenedor debes tener en cuenta un cuidado necesario: el trasplante. Dado que son especies de crecimiento rápido, seguramente tendrás que cambiar la maceta por una ligeramente mayor una vez al año. La mejor época para hacerlo es en primavera.
Aunque la planta no haya crecido demasiado y las raíces tengan suficiente espacio para desarrollarse, es necesario cambiar el sustrato. Conserva la misma maceta pero saca la planta y reemplaza el sustrato poniendo tierra nueva con nutrientes y materia orgánica. Lo ideal es poner tierra fértil, turba y un poco de arena gruesa para mejorar el drenaje (a los clerodendros no les gustan los encharcamientos).
Los beneficios de la poda
Dado que los clerodendros son plantas de crecimiento rápido, la poda es uno de los cuidados que deberás procurarles si quieres mantener su forma definida y que el tamaño se mantenga igual con el paso del tiempo. Una poda ligera que contenga el desarrollo excesivo de la planta, que podrás realizar en cualquier momento. Si decides podar la planta en mayor medida para eliminar ramas secas y dañadas, y para renovar sus tallos, lo mejor es hacerlo una vez haya finalizado la floración, a principios del otoño. Esta poda intensa fomentará la producción de flores en la siguiente primavera.
El ataque de las plagas
Aunque las plantas pertenecientes al género de los Clerodendrum son resistentes también a las plagas, sí pueden verse afectadas por el ataque de algunos insectos dañinos. Se trata especialmente de los ácaros, los pulgones y las cochinillas. Para proteger mejor tus ejemplares vigílalos de cerca y revisa las hojas y los tallos para detectar cuanto antes la presencia de estos incómodos visitantes. En cuanto descubras que alguno de ellos ha llegado a la planta, aplica cuanto antes un tratamiento efectivo, ya que la rapidez de actuación a la hora de solucionar el problema es fundamental. Utiliza insecticidas específicos siguiendo al pie de la letra las instrucciones del fabricante.