En el sur de España, se encuentra esta casa de vacaciones que, después de una reforma integral, se ha convertido en un acogedor hogar para disfrutar todo el año. Bajo la dirección de la interiorista María Acha, el proyecto se centró en crear un espacio que conectara más con la naturaleza y fomentara la intimidad familiar a través de un diseño abierto y fluido. En colaboración con el arquitecto Alesander Olasagasti y el ingeniero Diego Rey, María reorganizó los 285 m2 cuadrados de la vivienda para crear nuevas zonas para el ocio, el trabajo y el ejercicio y optimizar el almacenamiento. Todo ello con una estética contemporánea inspirada en el concepto “wabi sabi” que apuesta por la sencillez, las formas orgánicas y los materiales naturales.
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Pero antes de adentrarnos en los detalles de este proyecto, es importante conocer un poco más sobre María Acha, cuya visión y estilo han marcado la pauta de esta reforma.
La interiorista
Desde su propio estudio de interiorismo, situado en un emblemático edificio del Ensanche de Bilbao, María recibe a clientes nuevos y otros que repiten con plena confianza. Ofrece únicamente el servicio de reformas integrales, que le permitan trabajar desde la distribución de la planta completa hasta la entrega de llaves.
Con una filosofía de trabajo profundamente personalizada, María adapta el estilo de cada proyecto a la identidad y necesidades específicas del cliente. "Busco siempre que sea un proyecto hecho a medida, nada de fórmulas repetidas", confiesa la interiorista vasca. Aun así, si hay algo que tienen en común todos sus proyectos es que trabaja mucho los espacios, el desarrollo de la arquitectura interior, los volúmenes y la iluminación. Piensa mucho en la fluidez, la circulación y el paso de la luz natural, pero si hay algo que le encanta es dar espacio extra y personalidad a zonas de paso (vestíbulos, pasillos, distribuidores, etc.) que normalmente, dice, tienden a valorarse poco y a reducirse en tamaño.
Entre sus influencias se encuentran la arquitectura japonesa y el diseño de los años 30 y 50, elementos que usa para dar forma a ambientes únicos y personalizados. Como los que ha logrado en esta vivienda.
Empecemos por el principio: el jardín
La vivienda se distribuye en dos alturas: en la planta principal se encuentra la cocina, el salón-comedor con acceso a un jardín que cuenta con piscina, un aseo de cortesía y la suite principal con terraza. En el sótano están ubicadas las dos suites de invitados, el gimnasio y una zona abierta que incluye un salón y una zona de bar, además de dos terrazas.
Como se aprecia en la imagen, el jardín es un espacio amplio y bien cuidado, ideal para el disfrute al aire libre. Combina elementos de diseño mediterráneo, con vegetación exuberante, incluyendo palmeras, arbustos floridos y setos bien mantenidos, lo que crea un ambiente de privacidad y tranquilidad. La piscina es el corazón de la zona exterior, con un agua cristalina que invita al relax y al esparcimiento.
¡Adelante!
El recibidor de la vivienda conecta diferentes áreas de la planta principal: a la derecha, conduce a la cocina, y a la izquierda, a la suite principal. Las paredes en madera de roble suman una dosis extra de calidez y un toque orgánico al ambiente, mientras que la puerta de cristal con marco curvado aporta ligereza y transparencia, además de integrar de forma fluida este espacio con el resto de la casa. Como única pieza de mobiliario, una consola realizada a medida en madera de roble y encimera de solid surface.
Atención al detalle
En esta otra toma del recibidor destaca el diseño del suelo: un porcelánico efecto cemento de la firma Marazzi decorado con una circunferencia más oscura y concéntrica al eje de la escalera que marca la bajada a la planta inferior. El papel pintado que cubre tanto las paredes del recibidor como las de la escalera es un tejido de lino y viscosa, de Glamora. Este material, de inspiración japonesa, aporta una textura orgánica y una sensación de movimiento suave y delicado, acentuando el ambiente sereno y acogedor del recibidor. Un claro ejemplo de cómo los materiales naturales y los detalles artesanales pueden enriquecer un espacio, transformándolo en un entorno sofisticado y funcional.
Espacios conectados
María Acha tenía claro que la conexión entre el recibidor y la cocina debía ser un cerramiento acristalado que reflejara desde el primer momento el concepto abierto del proyecto. La cocina, con muebles de roble y encimera de piedra natural, es un diseño de María realizado por Ebanistería Rua Alberdi. La interiorista apostó por una distribución en paralelo –con un frente dedicado a almacenaje y electrodomésticos, y otro que incluye la zona de cocción–, para optimizar el espacio. El resultado es un lugar donde cocinar y servir son tareas sencillas.
Arte y naturaleza en una zona de paso
Para garantizar un paso cómodo desde la cocina al comedor, se ha diseñado un amplio espacio decorado con una obra de Kepa Garraza inspirada en las pinturas rupestres de "La Cueva de los Nadadores del Sahara", realizada con pigmentos naturales. Aunque este área podría funcionar como office, la interiorista ha preferido utilizarlo como una generosa zona de paso que invita a conectar y salir al salón-comedor, integrando arte y diseño en una atmósfera cálida y fluida.
El corazón de la casa
El salón-comedor es un espacio abierto y luminoso gracias a las amplias puertas correderas que conectan con el exterior. La zona de estar, enmarcada por una hornacina que aporta un toque muy especial al ambiente, se ha decorado con mobiliario de formas envolventes, de la firma Moroso, ideal para disfrutar de momentos de relax en familia. En el comedor, la mesa de acabado cemento de Zanotta ocupa un lugar central, rodeada de seis sillas de madera curvada, de Miniforms. Las obras de arte de Marta Besada añaden color y personalidad a la vivienda; en el salón, los tonos cálidos de las obras se complementan con el mobiliario y los textiles, creando un ambiente acogedor y atractivo.
El dormitorio principal
Frente a la cocina se encuentra el acceso al dormitorio principal, un espacio que ha sido ampliado y rediseñado para ofrecer un auténtico refugio. Su decoración sigue la misma línea estética que el resto de la casa: tonos neutros, blancos y tierras.
La pared del cabecero es una verdadera obra de arte, con una pieza curva de madera lacada que ha sido diseñada a medida para abrazar la cama y las mesitas de noche, creando un ambiente acogedor y sofisticado. Los cojines y el plaid en un vibrante color calabaza de la firma Alhambra aportan un alegre contraste que anima el espacio. El revestimiento de lino natural “Temps Perdu” de GlamPure en las paredes completa el look, ofreciendo un toque textural que hace que este dormitorio sea un lugar donde realmente apetece relajarse y desconectar.
Y su cuarto de baño
Como no podía ser de otra manera, este espacio continúa la estética cálida y acogedora del dormitorio, con los mismos acabados y colores. Para esta estancia, María diseñó un mueble suspendido de madera de roble, con una encimera de porcelánico oscuro, lavabos sobreencimera y en la pared, un gran espejo horizontal de metal lacado en negro, diseño también de la interiorista, que pone el punto moderno y sofisticado. Las paredes se revistieron con un porcelánico efecto piedra de la firma Marazzi que aporta una elegancia natural a la estancia.
La grifería de Sanycess se integra a la perfección, y los detalles decorativos, como el jarrón y las piezas cerámicas de La Navà, suman un toque personal. Un hermoso arreglo floral de Sakura Atelier y suaves toallas de Zara Home completan el ambiente, haciendo de este baño un lugar ideal para relajarse y disfrutar de un momento de cuidado personal. ¡Un verdadero santuario para comenzar y terminar el día
Bajando la escalera
La joya central de esta casa es su escalera circular, una estructura de acero con acabado de microcemento que se eleva como una escultura bajo la luz que entra del lucernario. Más que solo conectar las plantas, esta pieza organiza toda la distribución del espacio, haciendo que moverse entre los niveles sea natural y fluido. Un árbol preservado, de Elorza, cuidadosamente situado cerca de la escalera, añade un toque de naturaleza permanente sin requerir mantenimiento.
Desde el recibidor, esta escalinata nos lleva al sótano, donde se ha creado una zona social: un gran salón con espacios para reuniones familiares y áreas pensadas para la relajación, que se extienden hacia dos patios laterales llenos de luz. Para dar vida a este ambiente, María Acha apostó por un toque de originalidad en el techo: un revestimiento efecto lienzo que baja a una de las paredes, creando una conexión visual envolvente. “Llevábamos tiempo queriendo probar a empapelar techos y, finalmente, encontramos el lugar perfecto para ello,” cuenta María.
Así es la terraza del sótano
Viéndola no es de extrañar que sea uno de los espacios de la casa más solicitados, ideal para relajarse o compartir momentos al aire libre. Se ha decorado con mobiliario y lamparitas de mesa de la colección Fade, de Plust; y cojines de lino de Lizzo. La exuberante vegetación que rodea la terraza convierte este rincón en un oasis privado, perfecto para disfrutar del buen tiempo en plena conexión con la naturaleza.
¡Los invitados no querrán salir de esta casa!
Esta es una de las dos suites diseñadas en la planta sótano para alojar a amigos y familiares. ¡Es probable que, una vez aquí, no quieran irse! Con una cama matrimonial de San Giacomo y una paleta cromática suave que sigue el estilo cálido y natural del resto de la casa, esta habitación ofrece más comodidades que muchos hoteles.
La pieza trasera del cabecero se ha creado en mortero de arcilla de Ecoclay, con líneas curvas que armonizan con el revestimiento textil de la pared, de la colección Arpège de Glamora, logrando una atmósfera envolvente y serena que hace que cualquiera se sienta en su propio refugio privado. Para rematar, el aplique de lectura de Luz Bilbao y el puff de Felis están estratégicamente colocados para garantizar comodidad en cada rincón. Y, por si eso fuera poco, un suave plaid de lino de Lizzo invita a relajarse por completo. Con detalles como el jarrón con arreglo floral de Sakura Atelier y el candelabro en el tocador, esta suite invita a quedarse... quizás demasiado tiempo. ¡Esperemos que los anfitriones estén preparados para las largas visitas!
¡Con su baño integrado!
El baño de esta suite sigue la misma línea de diseño elegante y atemporal, con una paleta cromática neutra que invita a la calma. Las superficies revestidas en cerámica de La Faenza, que imitan la textura del yeso y el cemento, envuelven el espacio en una atmósfera de serenidad, logrando un efecto de caja que aporta una sensación de amplitud y luminosidad. Es el tipo de baño en el que uno casi espera escuchar un “ahhh” al cruzar la puerta.
Para completar el ambiente, el mueble lavabo de Bilazu y la grifería de Sanycess ponen un toque de modernidad sin romper la armonía. El espejo, con marco de metal lacado y diseño de María Acha, es una pieza única que da carácter al espacio, mientras que los jarrones de cerámica de La Navà y el arreglo floral de Sakura Atelier le dan el toque final. Así, hasta el baño se convierte en un espacio tan acogedor que quizás los invitados se tomen su tiempo para “retocarse.” ¡Y con razón!