Martina Mondadori y Ashley Hicks posan en el salón de la casa. Las paredes están decoradas con "un patrón gigante de 'Hoja de Saz' inspirado en un caftán de seda de 1520 del Museo Topkapi, en Estambul, pintado a mano para que parezca yeso", diseñado por Ashley© FERNANDA & PALOMA para COUCHE STUDIO

Martina Mondadori nos recibe junto a Ashley Hicks en su casa de Milán, un universo lleno de color, arte y recuerdos

La interiorista es fundadora de la publicación 'Cabana' y su pareja es un reconocido diseñador de interiores, nieto de Lord Louis Mountbatten y ahijado del duque de Edimburgo


29 de octubre de 2024 - 12:48 CET

En el corazón de Milán, a pocos metros de la iglesia de Santa Maria delle Grazie, en cuyas paredes descansa la célebre pintura de Leonardo da Vinci La última cena, se encuentra la casa de la gurú del interiorismo Martina Mondadori, quien nos recibe junto a su pareja, Ashley Hicks. Juntos forman un tándem perfecto, tanto en su vida personal como en su pasión compartida por la decoración, el arte, la historia y las tradiciones. Los dos han sabido encontrar en su relación una armonía única que une pasado y presente y refleja un estilo de vida, y lo celebran con autenticidad y belleza en cada detalle.

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© FERNANDA & PALOMA para COUCHE STUDIO
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Dos imágenes del salón, cuya decoración de estilo otomano sigue los tonos de las paredes, en naranjas, rojos y terracota

Martina es la heredera de dos prestigiosas dinastías italianas y creció rodeada de arte y elegancia. Es hija de Leonardo Mondadori y Paola Za­nussi, cuya casa fue el gran experimento de su íntimo amigo el icónico arquitecto y decorador Renzo Mongiardino; nieta de Arnoldo Mondadori, fundador de una de las editoriales más influyentes de Italia y coleccionista de arte, y de Lino Zanussi, creador de la famosa marca de electrodomésticos. La riqueza cultural de su entorno fue el motor que la impulsó a fundar Cabana, una revista que refleja su amor por el diseño y la historia. Los recuerdos de su infancia, entre las obras de arte de su padre y la hospitalidad de su abuela en 'Villa Ronche', una majestuosa mansión del siglo XVII cerca de Venecia, fueron claves para definir su par­ticular estética.

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Martina Mondadori y Ashley Hicks posan en el salón de la casa. Las paredes están decoradas con "un patrón gigante de 'Hoja de Saz' inspirado en un caftán de seda de 1520 del Museo Topkapi, en Estambul, pintado a mano para que parezca yeso", diseñado por Ashley

Ashley Hicks, por su parte, es hijo del célebre diseñador David Hicks y nieto de Lord Louis Mountbatten, además de ahijado del duque de Edimburgo. Como creador multidisciplinario, su trabajo abarca la escultura, la pintura, la fotografía, el diseño de interiores y la escritura, siempre explorando su profundo interés por la historia y el arte. 

Juntos, Martina y Ashley unen en cada uno de los proyectos que emprenden la refinada elegancia de ella con la creatividad inagotable de él, y el resultado es único.

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"Mi gusto por la decoración empezó a cimentarse dentro de mí cuando todavía era muy joven", cuenta Martina, que junto a estas líneas posa en el 'hall'

Martina es la heredera de dos prestigiosas dinastías italianas: es nieta de Arnoldo Mondadori, fundador de una de las editoriales más influyentes del país, y de Lino Zanussi, creador de la conocida firma de electrodomésticos

Habla Martina

—Naciste rodeada de la belleza de la casa de tu madre y la impresionante colección de arte de tu padre, ¿eras consciente de lo que influiría en tu futuro?

—Definitivamente, no. De hecho, cuando era niña, me rebelé un poco contra el estilo de decoración recargada al que estaba acostumbrada en mi casa. Recuerdo que yo solo quería tener una casa blanca y simple, como las de la mayoría de mis amigas. Mi sueño era tener una habitación rosa, pero mi cuarto era de toile de jouy rojo y azul, que Renzo Mongiardino había elegido con mi madre. De repente, todo eso cambió y mi gusto por la decoración empezó a cimentarse dentro de mí cuando todavía era muy joven y fue entonces cuando sentí una especie de epifanía que más tarde me llevó a crear un mundo que reflejara mi infancia.

—¿Qué valores te transmitieron tus padres?

—No tuve una familia tradicional de la época: mis padres se divorciaron cuando era todavía muy pequeña, yo era hija única, pero ambos desempeñaron un papel muy determinante en mi educación. Mi padre me inspiró a pensar en grande, a soñar y seguir mis pasiones. En cambio, mi madre me enseñó a ser humilde, mantenerme con los pies en la tierra y actuar con cabeza; ella fue muy exigente con mis estudios y creo que eso me ayudó a tener un gran sentido de la ética. La cultura también fue una prioridad para ambos y me lo transmitieron a lo grande. Dondequiera que viajaba con alguno de ellos, y viajábamos mucho, visitábamos museos, iglesias, arte y arquitectura.

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Una de las piezas más especiales de la casa, la puerta con un medallón pintado, obra de Ashley Hicks, imitando una pieza antigua de pórfido

—¿Cómo era tu infancia en 'Villa Ronche'?

—Mi abuela era una increíble anfitriona. Su atención al detalle era notable: todos los menús diarios estaban muy cuidados, la decoración de la mesa era una maravilla. Solía encargar muchas cosas a artesanos locales y muy a menudo me llevaba con ella. Guardo muchísimos recuerdos de 'Villa Ronche' con todos mis primos, la casa siempre estaba llena.

—¿Guardas algún recuerdo de los invitados que han pasado por tu casa?

—Recuerdo que Renzo Mongiardino no tenía cocina en su casa de Milán y, por lo tanto, venía todas las semanas a almorzar o cenar a casa. También, una noche, mi madre me despertó, yo debía tener siete u ocho años, y me dijo: "Quiero que conozcas a nuestro invitado especial de esta noche. Es algo que recordarás para el resto de tu vida". Me quedé junto a la puerta al final del pasillo de entrada y, unos minutos más tarde, vi entrar a Rudolf Nureyev. Nunca olvidaré su porte majestuoso y su pose. ¡Soberbio! Lee Radziwill, hermana de Jacqueline Kennedy, también vino un par de veces a casa de mi madre y, cuando descubrió Cabana, mucho más tarde, a través de un amigo en común, me invitó a almorzar a su casa de Nueva York. Era muy ingeniosa y me dio algunas ideas e inspiración.

"Cuando era niña, me rebelé un poco contra el estilo de decoración recargada al que estaba acostumbrada en mi casa; recuerdo que yo solo quería tener una casa blanca y simple, como las de la mayoría de mis amigas"

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Martina en el comedor, que ocupa un sitio preferente en la casa. La mesa está vestida con la colección 'Silk Road' de Casa Cabana otoño-invierno 2024

—¿En qué momento decides crear la marca de decoración de hogar Casa Cabana?

—Desde el principio tuve bastante claro que quería que Cabana fuera mucho más que una revista. En mi mente, era como un 'mundo' que reflejaría el estilo que publicábamos. La primera colección apareció en 1stdibs (empresa de comercio electrónico), en 2015, un año después de la primera publicación de la revista. Luego hicimos un trunk show en Moda Operandi y, finalmente, lanzamos nuestra web en 2018. La idea de centrarme en el menaje de mesa vino de los grandes recuerdos que construí en torno a ella en casa de mi madre. 

—¿Cuál es tu filosofía de vida?

—Sueña en grande, pero mantén los pies en la tierra.

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Detalle de uno de los rincones de la estancia

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Entre las piezas destacadas, están los manteles Khiva

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También los platos 'Anatolia', producidos por la casa de porcelana italiana Ginori 1735

—Desde tu perspectiva, ¿qué define la verdadera elegancia?

—Personalidad, carisma y sencillez.

—¿Tienes algún proyecto o colaboración futura que te entusiasme y puedas compartir con nosotros?

—Estamos lanzando una colección de mesas navideñas con mi amiga Ulla Johnson para noviembre. Es simple y a la vez sofisticada y fue hecha con el amor que ambas compartimos por las reuniones familiares en Navidad y un respeto mutuo por los artesanos y su trabajo.

—Fuiste amiga y colega de Ashley Hicks antes de que se convirtiera en tu pareja. ¿Qué te enamoró de él?

—Es como si lo conociese de toda la vida. Nos entendemos muy bien y me encanta su sentido del humor. Su apoyo emocional tras la muerte de mi madre ha sido tan constante y fuerte que no sé qué habría hecho sin su ayuda. Nos encanta viajar juntos, especialmente por Europa, visitar lugares como Viena, Estocolmo o Budapest.

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"Quise crear un interior que recor­dara al hogar de la infancia de Martina, diseñado por Renzo Mongiardino, con sus característicos tratamientos sofisti­cados de paredes pintadas", expli­ca Ashley

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Habla Ashley Hicks

—¿Cómo has ayudado a Martina a decorar esta casa?

—Le sugerí diseñar el comedor colocándolo entre el hall de entrada y el salón, dándole un sitio preferente en la casa, en consonancia con su amor por el arte de vestir la mesa, y, en cambio, convertí el comedor original en una sala de estar con televisión. Quise crear un interior que recordara a su hogar de la infancia, diseñado por Renzo Mongiardino, con sus característicos tratamientos sofisticados de paredes pintadas. El salón tiene un patrón gigante de 'Hoja de Saz' inspirado en un caftán de seda de 1520 del Museo Topkapi, en Estambul, pintado a mano para que parezca yeso tallado. En la sala de estar pegué tela de arpillera de yute a las paredes y luego la pinté con vistas de los templos griegos de Paestum, cerca de Nápoles, usando dibujos de Piranesi del Museo de Sir John Soane, en Londres. Todo esto ocurrió durante el confinamiento, cuando no podíamos viajar; fue una forma agradable de traer los viajes a casa.

—Tu padre, David Hicks, fue uno de los diseñadores de interiores más influyentes de Gran Bretaña. ¿Esto ha sido una carga para ti?

—Mi padre me dijo muchas veces cuando era niño: "Nadie ha oído hablar del hijo de Mozart", lo cual no fue exactamente un estímulo. Él quería que me convirtiera en arquitecto para que pudiera ayudarle en sus proyectos y, de hecho, trabajé brevemente con él, lo que no fue fácil para ninguno de los dos. Después de su muerte, en 1998, comencé a revivir sus diseños de alfombras y telas y a publicar una serie de libros sobre su trabajo y vida. Inevitablemente, el hijo de Mozart no es Mozart y mi carácter y estilo de trabajo son muy diferentes a los de él. A mí me gusta más experimentar, soy un entusiasta aficionado y un creador muy práctico y manual. Me encanta pintar habitaciones, fotografiar interiores históricos, hacer esculturas y dibujar mis propios diseños de telas, todo lo cual él tuvo la sabiduría de delegar. 

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La sala de estar, cuyas paredes son obra de Ashley, que utilizó para ello tela de arpillera de yute que pintó con vistas de los templos griegos de Paestum, cerca de Nápoles, inspirado en los dibujos de Giovanni Battista Piranesi. Los sofás y butacas combinan diferentes colores, texturas y estampados. Entre el mobiliario cuenta con piezas creadas por la diseñadora colombiana Lucía Echavarría para su firma, Magnetic Midnight Maison

—Eres nieto de Lord Louis Mountbatten, el último virrey de la India y mentor del Rey Carlos III de Inglaterra, e hijo de Lady Pamela Mount­batten. ¿Qué te aportó tu madre? ¿Tienes algún recuerdo especial de tu abuelo?

—Mi madre me inculcó un fuerte código moral, un gran sentido del deber y, también, un gran amor por los libros y la historia. Mi madre es una persona muy filosófica y el resultado inevitable de vivir con tres personas agotadoramente dinámicas y famosas: su madre, su padre y su marido. Siempre estuvo feliz en un segundo plano, fue una base sólida para todos ellos, una presencia que los admiraba y un fuerte apoyo. Mi abuelo fue el centro absoluto de nuestro mundo familiar hasta su muerte, cuando yo tenía 16 años. Pasábamos todas las vacaciones con él y todos los veranos nos daba tareas. A mí, como el nieto artístico, me asignaban repintar su bandera heráldica para izarla en su castillo de Irlanda y dibujar diseños en sus zapatillas bordadas. De niños lo venerábamos casi como a un dios, después fue muy triste ver cómo su reputación fue cayendo desde lo más alto hasta las profundidades, a veces injustificadas, a las que se ha llegado entre los historiadores. 

—También eres ahijado del príncipe Felipe, duque de Edimburgo. ¿Qué significa para ti que tu familia esté tan estrechamente ligada a la Familia Real británica?

—De niños íbamos todos los años al palacio de Buckingham para ver a nuestro abuelo regresar con la Reina Isabel después del Trooping the Colour. Dábamos zanahorias a los caballos en el patio y luego tomábamos algo en el centre room, detrás del famoso balcón, con su exótica decoración de estilo chinoiserie de la época de Jorge IV en el pabellón de Brighton. Hace muchos años de eso, pero me alegró mucho que el Royal Collection Trust me pidiera fotografiar los interiores del palacio para un libro y pasé días felices allí, entre todos sus tesoros. Soy muy consciente de las diferentes personas que integran mi familia, desde mi abuelo Mountbatten, con sus relaciones reales, y su esposa, Edwina, con su abuelo judío multimillonario, Sir Ernest Cassel —quien fue gran amigo y apoyo del Rey Eduardo VII—, hasta los padres de mi padre, de clase media, en Essex: Bertie Hicks, un hombre de negocios imprudente y extravagante, casado con Iris, una actriz y pintora aficionada. Todos ellos, personajes destacados y fascinantes.

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La interiorista en la cama con dosel, que perteneció a su madre, Paola Zanussi

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Las telas de Ashley Hicks visten la cama del dormitorio principal, reflejo del gusto de Martina por los viajes y la artesanía

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Un rincón del dormitorio, con una butaca y un aparador 'vintage'

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Los caftanes de su madre que ha ido coleccionando

La mejor clienta

—Eres una persona polifacética: escultor, pintor, fotógrafo, escritor, conferenciante y «podcaster». ¿Qué es lo que más disfrutas hacer?

—Amo todo lo que hago y disfruto especialmente de la variedad en mi trabajo. Una semana estoy fotografiando una gran casa histórica para un nuevo libro y la siguiente estoy pintando un comedor para un cliente en Milán con vistas de Manhattan en 1937 y termino haciendo esculturas en mi estudio en Oxfordshire. También realizo proyectos arquitectónicos para clientes, diseños de telas que dibujo yo mismo, instalaciones para casas de subastas...

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La majestuosa escalera del edificio, que se encuentra al lado de la iglesia de Santa Maria delle Grazie, en el centro de Milán

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La entrada de la casa

—¿De cuál de tus creaciones te sientes más orgulloso?

—¡Por supuesto, de esta casa! Tuve absolutamente a la mejor clienta (Martina) y, por otro lado, como la amo, fue altamente gratificante. Martina fue muy clara en lo que quería y tenía una pequeña colección de objetos y muebles hermosos e inusuales de sus padres que le dieron al lugar una atmósfera de manera instantánea. 

"Mi padre me inspiró a pensar en grande, a soñar y seguir mis pasiones. En cambio, mi madre me enseñó a ser humilde, mantenerme con los pies en la tierra y actuar con cabe­za", confiesa Martina

—¿Qué proyectos recientes han sido los más desafiantes para ti? ¿Cuál es el próximo?

—Actualmente, estoy trabajando en una colección de nuevos diseños de telas inspirados en ejemplos italianos antiguos entre 1450 y 1750. He encontrado varios archivos poco usuales en museos y los estoy redibujando todos a mano, lo cual es un proceso laborioso, pero muy placentero. También estoy redecorando el comedor en mi casa de Oxfordshire, haciéndolo parecer un patio con paredes de mampostería e incrustaciones de paneles de piedra tallada con el mismo patrón de 'Saz' que usamos en Milán para que Martina se pueda sentir como en casa cuando se queda conmigo.

"Lee Radziwill, hermana de Jacqueline Kennedy, vino un par de veces a casa de mi madre. Era muy ingeniosa y me dio algunas ideas e inspiración"

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«Sueña en grande, pero mantén los pies en la tierra», nos cuenta sobre su filosofía de vida Martina, que posa a la entrada del salón

PRODUCCIÓN Y TEXTOAna Fernández de Córdoba Cendra
FOTOSFernanda y Paloma para COUCHE STUDIO
MAQUILLAJEGolden Hour Artistry
VESTUARIO MARTINAUlla Johnson, Antik Batik y Stephan Janson para Cabana