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Azotea ajardinada en las Canarias© Arqfoto para Romera y Ruiz Arquitectos

Arquitectura sostenible

9 falsos mitos sobre los techos verdes, cubiertas sostenibles rebosantes de vegetación

Estos aspectos se aceptan como ciertos, pero son falsos. ¡Lo vemos!


22 de octubre de 2024 - 16:00 CEST

La arquitectura sostenible reclama incluir abundante vegetación en los edificios de viviendas y, una forma de hacerlo, es con las cubiertas verdes (tanto planas como inclinadas). No obstante, existen muchas creencias erróneas acerca de estos techos rebosantes de vegetación. Para desmentir los falsos mitos más comunes hemos hablado con Silvana Amézquita, fundadora de ADDGREEN Project (addgreenproject.com). Esta empresa reclama que, ante las generalizadas cubiertas grises, calientes y en cierto modo aburridas, se haga una transformación a la sostenibilidad que proporcionan las plantas

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Cubierta verde© Norteña

Falso mito 1: Las cubiertas verdes producen goteras 

Existen muchos mitos sobre las cubiertas verdes que a menudo frenan su adopción en los desarrollos inmobiliarios. Que generan goteras es uno de los mitos más extendidos. Este problema aparece únicamente cuando se instalan sin los conocimientos técnicos y con materiales que no son los adecuados. Silvana manifiesta que estos proyectos requieren de mano de obra especializada. 

En la propuesta, un techo verde ejecutado por Norteña, empresa también especializada en la impermeabilización de cubiertas.

 

Realidad

Cuando se construyen correctamente, las cubiertas verdes incluso protegen la impermeabilización del edificio. El sistema multicapa que compone una cubierta verde incluye una lámina antiraíz con una resistencia mecánica que protege la impermeabilización de la fuerza de las raíces. Y a esta capa, se suman otras, que al estar por encima protegen la impermeabilización de los rayos UV y de las fluctuaciones térmicas extremas, alargando su vida útil, en hasta casi 40 años. Es más, los techos verdes son un excelente sistema de gestión sostenible de las aguas pluviales. Durante episodios de fuertes lluvias, las capas del sistema y las plantas absorben una parte del agua de lluvia y retienen otra, para luego evacuarla lentamente a los sistemas de desagüe, evitando colapsos e inundaciones. Y este recorrido, del agua entre las capas, produce un filtrado natural, reteniendo partículas contaminantes antes de que lleguen al sistema de alcantarillado.

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Proyecto 'Kampung Admiralty' de WOHA, con una cubierta verde ajardinada© Darren Soh / WOHA

Falso mito 2: Las cubiertas precisan mucho mantenimiento

En este punto, el del mantenimiento, la experta quiere precisar que esto depende del tipo de cubierta verde que se elija. Las cubiertas verdes intensivas, que pueden llegar a tener árboles de porte mediano, arbustos y una gran variedad de especies, requieren de los cuidados normales de jardinería, aunque el riego es automatizado.

Realidad

En el caso de las cubiertas extensivas donde suelen sembrarse plantas tapizantes y de bajo mantenimiento, pueden ser prácticamente autosuficientes. De hecho, en algunos casos, ni siquiera requieren sistemas de riego, y solo se necesita una inspección periódica para asegurar su buen estado. 

Por otra parte, existen innovaciones tecnológicas que mejoran la eficiencia, como la integración del Internet of Nature (IoN). Por ejemplo, unos sensores de humedad pueden instalarse para monitorear los niveles de agua en el sustrato en tiempo real. Los datos obtenidos se conectan a un sistema de riego automatizado, que se activa solo cuando el nivel de humedad desciende por debajo de un umbral establecido, lo que garantiza un riego mucho más eficiente y sostenible.

Por todo ello, ni las cubiertas intensivas (con plantas más altas y variadas) ni las extensivas requieren un mantenimiento alto. 

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Techo verde con gran variedad vegetal© EixVerd

Falso mito 3: Las cubiertas verdes no sobreviven en climas extremos

Aunque se piense lo contrario, las cubiertas verdes pueden ser diseñadas para resistir en una variedad de condiciones climáticas extremas. Hay que tener en cuenta que en todos los climas existe vegetación. La clave está en la acertada selección de plantas.

Realidad

Elegir una paleta vegetal de especies nativas que estén adaptadas al clima donde se va a instalar la cubierta verde, permite crear techos con plantas que prosperen tanto en climas cálidos como con inviernos fríos.

“Desde ADDGREEN Project trabajamos para convertirnos en la mejor plataforma de divulgación sobre cubiertas verdes. Y uno de nuestros más recientes esfuerzos, ha sido la publicación del ebook ‘5 mitos sobre techos verdes’ que está disponible online [https://addgreenproject.myflodesk.com/5mitos]”, explica Silvana.

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Techo inclinado vegetal en una vivienda de Cantabria© José Hevia para Jordi Hidalgo Tané Arquitectura

Falso mito 4: En climas lluviosos, los techos verdes provocan problemas

Se dice que, en un clima muy lluvioso, un techo verde puede saturarse o generar problemas de drenaje.

Realidad

Silvana detalla que esta preocupación es, de hecho, otro mito. Las cubiertas verdes están diseñadas precisamente para gestionar el agua de manera eficiente y son consideradas Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS). Esto significa que, en lugar de generar problemas de drenaje, ayudan a mitigarlos al reducir el volumen de agua que llega a los sistemas de alcantarillado y a las calles, especialmente ante situaciones de lluvia intensa.

Uno de los elementos clave en el sistema multicapa de las cubiertas verdes es la capa de drenaje, desarrollada con tecnología innovadora. Esta capa tiene una geometría especial que le permite cumplir dos funciones críticas: almacenar una cantidad determinada de agua de lluvia y evacuar con facilidad el exceso de agua. Gracias a las concavidades y cámaras de aire presentes en su diseño, la capa de drenaje puede almacenar reservas hídricas para que las plantas la utilicen, mientras que el agua excedente se dirige de manera controlada hacia el sistema de evacuación.

Así pues, lejos de ser una preocupación, las cubiertas verdes son una solución eficaz y sostenible para mejorar la gestión del agua en entornos urbanos, incluso en climas con alta pluviosidad. Navarra tiene un clima atlántico, el que registra mayores lluvias en España y en la propuesta, la construcción se ubica en esta región. En concreto la borda tradicional se amplía con un pabellón que cuenta con una cubierta verde inclinada a base de plantas autóctonas, en un proyecto que firma el arquitecto Jordi Hidalgo Tané.

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Cubierta verde intensiva, diseño del paisajista Fernando Pérez Cano © Fernando Pérez Cano / ZinCo

Falso mito 5: Instalar una cubierta verde es muy costoso

Si bien es cierto que la inversión inicial suele ser mayor, a largo plazo las cubiertas verdes tienen un retorno de la inversión mucho más alto que las tradicionales, son más rentables.

Realidad

Silvana ofrece estos datos: “si se analiza la vida útil completa, el precio de una cubierta tradicional termina siendo mayor debido a que requiere reposición de la capa impermeabilizante cada 5/7 años y con una cubierta verde puede durar hasta 50 años”.

Además, dados los beneficios ambientales y sociales de las cubiertas verdes, como la reducción del efecto isla de calor, la mejora de la calidad del aire, el manejo de aguas pluviales y el aumento de la biodiversidad, compensan con creces cualquier costo adicional inicial. Igualmente, ya hay muchos municipios y gobiernos que ofrecen subvenciones para proyectos de cubiertas verdes (la de la imagen la ha ideado el paisajista Fernando Pérez Cano y fabricado ZinCo).

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Vivienda con un pabellón que cuenta con una cubierta verde© Belén Imaz para Ábaton

Falso mito 6: Un techo verde dañará la estructura del edificio

Las cubiertas verdes pueden incorporarse incluso en edificios de viviendas ya construidos desde décadas atrás, no son exclusivas de los pisos o casas de nueva construcción. 

Una cubierta verde añade peso adicional, que puede variar según el tipo de sistema seleccionado (extensivo o intensivo), la profundidad del sustrato y el tipo de vegetación:

  • Las cubiertas extensivas, que son más ligeras, suelen tener un peso adicional entre 120-150 kg/m² (saturadas de agua).
  • Las cubiertas intensivas, que pueden incluir arbustos o incluso árboles pequeños, requieren soportar cargas mayores, que van desde 200 kg/m² en adelante.

Realidad

Cuando se diseñan e implementan correctamente, las cubiertas verdes no solo son seguras, sino que pueden aportar beneficios adicionales a la estructura, como la protección de la impermeabilización y la mejora del aislamiento térmico. Sin embargo, advierte Silvana, “para garantizar su viabilidad, es fundamental realizar un análisis estructural previo que determine la capacidad de carga de la cubierta en cada zona del edificio”. 

Tras obtener los resultados del análisis estructural, se pueden recomendar ajustes en el diseño de la cubierta verde para que se adapte a la capacidad de carga del edificio. Se propone una distribución estratégica de áreas con diferentes profundidades de sustrato o el uso de contenedores para árboles, diseñados específicamente para concentrar el peso en zonas estructuralmente más fuertes.

En resumen, una cubierta verde no daña la estructura del edificio, si se diseña teniendo en cuenta los requisitos estructurales específicos y si se utilizan los materiales adecuados.

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Cubierta verde practicable o transitable© EixVerd

Falso mito 7: Un techo verde transitable es difícil de diseñar

Las cubiertas rebosantes de vegetación ofrecen una oportunidad perfecta para conectar con la naturaleza en las zonas urbanas. Cuando en estos techos verdes se puede pasear, se llaman practicables o transitables, y como en el caso de los otros, es necesario realizar un análisis estructural previo.

En la propuesta, un techo verde construido por EixVerd.

Realidad

La única diferencia es que, para garantizar la seguridad del edificio y las personas, deben incluirse barandillas. Silvana opina que, sin duda, “un techo verde que integre zonas de descanso, jardines, o incluso áreas recreativas, optimiza el uso del espacio y también aporta valor añadido al edificio, haciéndolo más atractivo y saludable para sus ocupantes”.

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Proyecto con techos verdes intensivos, obra del arquitecto Stefano Boeri© Stefano Boeri Architetti

Falso mito 8: Los edificios con techos verdes están muy extendidos en el mundo 

“A pesar de sus enormes beneficios los techos verdes no son tan comunes como deberían”, reflexiona la fundadora de ADDGREEN Project. En algunas ciudades visionarias, sí que lo son, e incluso por normativa deben instalarse en ciertos casos, como en Zúrich (Suiza), Viena (Austria), Stuttgart (Alemania), Milán (Italia), Toronto (Canadá), Melbourne (Australia)…, pero en otros lugares aún es muy incipiente su adopción.

Realidad

Los techos verdes aún no son una práctica generalizada. Para Silvana se trata de una oportunidad inexplotada, considerando los enormes beneficios que aportan: desde la mejora de la calidad del aire y la gestión sostenible del agua de lluvia, hasta la reducción del efecto isla de calor urbano, el aumento de la biodiversidad urbana y la promoción del bienestar de las personas.

Así que la experta invita a integrar techos verdes en edificios grandes y también construcciones más pequeñas. ¡No importa la escala, la naturaleza aporta muchas ventajas!

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Azotea ajardinada en las Canarias© Arqfoto para Romera y Ruiz Arquitectos

Falso mito 9: Las cubiertas verdes solo ofrecen ventajas estéticas

Existe bastante desinformación en torno a los beneficios ecológicos de las cubiertas verdes. Algunas personas tienden a subestimar su verdadero impacto ambiental, o creen que sus ventajas son meramente estéticas. Sin embargo, sus beneficios van mucho más allá.

Estamos viendo una azotea ajardinada en Las Palmas de Gran Canaria, en un proyecto de Romera y Ruiz Arquitectos cuya instalación del techo verde ha realizado Impermeabilizaciones Machado.  

Realidad

Las cubiertas verdes son una solución clave para mejorar la sostenibilidad urbana. Ya hemos comentado algunos conceptos ecológicos, pero, además, contribuyen a la reducción de la contaminación del aire al absorber partículas y CO2. También mejoran la eficiencia energética de los edificios al proporcionar aislamiento térmico natural, lo que reduce la necesidad de climatización y el gasto energético.

Por lo tanto, “más que un simple ‘techo verde’, estas cubiertas representan un sistema integral de beneficios ecológicos, sociales y económicos que contribuyen a la creación de ciudades más resilientes y saludables”, insiste Silvana.