La madera es un material que suele estar presente en la mayoría de las casas, ya sea de una forma u otra. Su belleza natural y su capacidad para aportar calidez a cualquier ambienten lo convierten en un recurso infalible a la hora de decorar el salón, el comedor, la cocina o cualquier otra estancia de la casa. Además, la madera es un material muy versátil, que presenta numerosas tonalidades diferentes, así como una gran variedad de acabados. En este sentido, en muchas ocasiones nos asalta la duda sobre si debemos apostar por un único tipo de madera o si podemos combinar varios, más claros o más oscuros, con más o menos veta, etc.
La respuesta de los expertos es clara: no solo es posible mezclar maderas diferentes en un ambiente, sino que es lo recomendable para añadir interés visual y dinamismo a la estancia. Eso sí, conviene tener claras algunas pautas para hacerlo correctamente. Sigue leyendo y te contamos cuáles son estos aspectos que debes tener en cuenta.
Combinar maderas para romper la monotonía
La madera es versátil y superdecorativa. A la hora de integrarla en tus espacios puedes decidir combinar diferentes tipos, lo cual es un acierto: los ambientes son así más interesantes, menos homogéneos. Si las maderas claras, propias de los espacios de estilo nórdico, resultan muy luminosas y ligeras, las de tonos oscuros son muy elegantes e imprimen carácter y personalidad a salones y dormitorios. Sin embargo, hay muchas formas de combinar distintos tonos de madera para lograr contrastes decorativos, en lugar de apostar por la misma madera para superficies y otros elementos, lo que resultaría monótono y aburrido.
Decide el tono dominante
Este es el primer paso para lograr espacios en los que la madera, y sobre todo las combinaciones de diferentes tipos de la misma, tenga un papel fundamental. El tono dominante suele estar presente en una superficie destacada del espacio como, por ejemplo, el suelo o el revestimiento de las paredes. Esta tonalidad principal de madera, que será la que marque la pauta decorativa en lo que a este material se refiere, puede estar también en las carpinterías, molduras, etc.
Una vez decidida la tonalidad que va a dominar en el espacio, más clara o más oscura, ya puedes introducir otros elementos que completen los matices o te ayuden a crear contrastes interesantes. De esta forma no caerás en el 'error' de introducir elementos sin ton ni son, sin tener un propósito o una intención, algo que no suele salir bien.
Una cuestión de matices
Está claro que todas las maderas no son iguales, ni comparten la misma apariencia, acabado o tonalidad. De hecho, unas tienen un color que tiende al amarillo, otras son más grisáceas, otras más rojizas, etc. A la hora de elegir distintos tipos de madera para combinar en el mismo espacio, conviene elegir maderas que tengan matices similares.
Hay maderas que tienden a tonalidades más cálidas (amarillas, anaranjadas, rojizas, etc.) y otras que tienden a tonos más fríos (grisáceo, ceniza, topo o verde). La clave para acertar es optar por maderas del mismo grupo para un mismo espacio, y combinarlas entre sí.
Vetas y nudos
Una de las características más especiales de los muebles y superficies de madera es su acabado, que puede presentar múltiples formas. Existen maderas con veteados más o menos marcados y con más o menos nudos, lo que afecta directamente a su apariencia y estilo. Las vetas son las líneas que marcan la dirección en la que crece la fibra de la madera, mientras que los nudos son unos círculos más oscuros que indican dónde nacían las ramas del árbol, antes de que este fuese convertido en materia prima para fabricar muebles o tablas para diferentes revestimientos.
La estrategia, a la hora de combinarlas, es no mezclar en el mismo espacio dos maderas diferentes con vetas muy pronunciadas, o con muchos nudos, ya que competirían entre sí y el resultado podría ser confuso y recargado. Es mejor combinar una madera potente, con vetas y nudos, con otras más ligeras en las que el veteado sea más suave, menos acusado. Esta es la clave para acertar.
Mantener la coherencia
Este es un aspecto clave si quieres acertar a la hora de elegir los distintos tipos de madera para decorar la casa: el resultado ha de ser siempre coherente y equilibrado. Es la única manera de que la combinación de maderas variadas funcione. Es esencial conseguir un equilibrio, tanto en los colores como en los acabados. Una forma de lograrlo es repartir los elementos de madera de forma que estén presentes en todo el espacio, y no solamente en un rincón del mismo. De esta forma, la intención queda clara. Para lograr una mayor cohesión, elige maderas que funcionen no solo en cuanto al tono sino también en cuanto al acabado, las vetas, nudos, etc.
Ten en cuenta la luminosidad
Perseguir la luminosidad en los interiores de nuestra casa es uno de los objetivos que nos marcamos muchas veces a la hora de crear un interiorismo determinado. En este sentido, las maderas claras te van a ayudar, puesto que son más luminosas, y siempre conviene priorizarlas si tu salón es muy oscuro y no cuenta con demasiada luz natural.
Sin embargo, mejor que elegir tonos de madera claros para todo, merece la pena combinar estas con otras más oscuras que aporten elegancia y personalidad. De esta forma crearás esos contrastes tan interesantes que realzan los espacios. La clave está en pensar en el espacio en conjunto, como un todo global.
Apostar por los contrastes
Los contrastes son sumamente interesantes en decoración, tanto en cuestión de colores, de materiales, de acabados, etc. Contribuyen a crear espacios dinámicos y mucho más interesantes, menos monótonos y aburridos, menos planos. En lo que a la elección de la madera se refiere, los contrastes te ayudará a dar con la combinación perfecta en cuanto a tonalidades, acabados, veteado, etc.
La mezcla de diferentes maderas aporta una mayor riqueza y consigue ambientes más acogedores. Para acertar elige maderas claras y oscuras que compartan los mismo matices, es decir, que tiendan ambas a colores cálidos o fríos. El contraste bien elegido marcará la diferencia.
Pintar la madera
Otra forma de introducir madera en un ambiente es hacerlo a través del color: con muebles o superficies pintadas. Pueden ser los armarios y módulos de la cocina, o un zócalo que decore la pared con molduras, por ejemplo. El caso es que pintar la madera y combinarla con otros elementos en madera natural es otra forma de combinar este material estrella. Los colores que van muy bien a la hora de pintar muebles de madera son, además del blanco que es infalible, los neutros como el gris, el negro y algunos verdes y azules.
En la cocina de la foto, de Studio McGee, los muebles altos y bajos se han pintado en un tono azul profundo que combina muy bien con la madera del suelo y la de las vigas del techo, ambas de un tono medio. El resultado es superdecorativo.
Elementos auxiliares
A lo largo de esta aventura en la que nos hemos embarcado, que consiste en crear combinaciones ideales de distintos tipos de madera, hay ocasiones en las que se requieren de otros elementos y materiales que nos ayuden a ordenar el espacio en conjunto. Por ejemplo, una alfombra puede crear la conexión perfecta entre un suelo de madera y los muebles (también de madera) que están sobre el mismo. Son objetos y, sobre todo, materiales diferentes que modulan el contraste entre los elementos de madera: a veces lo mitigan y otras veces lo potencian. Otro ejemplo pueden ser muebles auxiliares que no son de madera y que cumplen esta función de forma acertada.
Una madera para cada ambiente
La madera que elijamos definirá de forma clara los espacios. Cada tipo, con su apariencia y tonalidad propia, es más acorde a un estilo decorativo concreto, ya que transmite unas sensaciones distintas. Las maderas con vetas muy marcadas, nudos y aspecto irregular son más adecuados para espacios de estilo rústico o campero, así como los muebles de estilo raw o apariencia en bruto. Si, por el contrario, quieres conseguir un aire más elegante y sofisticado, lo mejor es optar por maderas con vetas más sutiles y nudos menos marcados, con menos irregularidades.