Situada en la playa de São Conrado, un exclusivo barrio de la zona sur de Río de Janeiro, esta vivienda de 240 m2 presenta, con sus muebles de diseño y piezas de arte, un estilo sofisticado y tranquilo. Sus propietarios querían una casa con personalidad, en la que se pudiera disfrutar de espacios amplios, llenos de luz, y que aprovechara al máximo sus increíbles vistas al mar. Y ese fue el objetivo de la reforma llevada a cabo por Paola Ribeiro.
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Fiel a su estilo, la interiorista brasileña diseñó un proyecto que no solo resalta la belleza natural del paisaje circundante, sino que también refleja la esencia de quienes la habitan. Con una paleta de colores suaves y estudiados contrapuntos cromáticos a través de arte, materiales nobles y mobiliario cuidadosamente seleccionado, Paola ha conseguido ambientes tan elegantes como acogedores. ¿Quieres verlos?
Sus generosas dimensiones permitieron crear una gran zona social donde, por un lado, se ha dispuesto un acogedor ambiente de tertulia, ideal para recibir visitas o disfrutar de momentos relajados. Por otro, un área dedicada al cine invita a organizar sesiones de películas y series en un espacio en el que se respira calma, la misma que transmiten sus vistas. Y es que gracias al enorme ventanal que recorre todo el frente del salón, la luz natural inunda ambos ambientes, mientras el paisaje del mar se convierte en un telón de fondo constante. Además de conectar el interior con el exterior, este diseño potencia la sensación de amplitud y armonía en toda la zona social.
Este ambiente de tertulia se compone de tres sofás dispuestos en forma de U alrededor de una mesa de centro de cristal, un diseño a medida de Paola Ribeiro. De la interiorista es también la alfombra de rayas blancas y negras, que aporta un toque moderno y dinámico a la decoración, además de delimitar el ambiente. La pared principal se ha decorado con una imponente obra de arte que actúa como contrapunto visual y, para completar el conjunto, varias esculturas estratégicamente colocadas aportan un toque artístico y reflejan el gusto por el arte que impregna cada rincón de la casa.
En la pared opuesta al ambiente anterior, se colocó una estantería a medida de madera de roble americano que integra el televisor. Frente a ella, un cómodo sofá y una butaca de piel completan el ambiente y crean un rincón perfecto para disfrutar de momentos de relax o ver una película. Además, se aprovechó el espacio para crear un pequeño pero funcional rincón de trabajo, con un mueble secreter antiguo, que aporta un toque clásico y refuerza el carácter personal y distintivo de la vivienda.
Como se aprecia en esta toma, el espacio que queda detrás de uno de los sofás se reservó para ubicar el comedor, con una mesa de madera acompañada de ocho sillas –seis negras y dos blancas– y un aparador lacado en blanco que queda perfectamente integrado en el espacio. Unos paneles ocultan de manera discreta las puertas que conducen a otras estancias del apartamento, manteniendo la continuidad visual.
Los propietarios querían que su cocina tuviera un toque clásico, y ese deseo se materializó a través de un diseño que combina tradición y estilo. El suelo en damero blanco y negro aporta un aire retro que contrasta a la perfección con los armarios, dispuestos en dos tonos: los inferiores en gris suave y los superiores en blanco. Como detalle distintivo, la pared que queda libre de muebles se ha decorado con una llamativa composición de platos de Fornasetti, un inesperado toque de sofisticación a este espacio funcional.
Este ambiente queda perfectamente diferenciado del resto de la cocina gracias a la decoración de las paredes: un zócalo de madera lacada en blanco que se ha combinado con un papel pintado con motivos florales. Cuenta con unamesa de madera oscura, acompañada de sillas estilo Thonet, en color negro y asiento y respaldo de rejilla, y una lámpara de techo de metal negro que aporta un toque industrial y moderno y contrasta armoniosamente con el resto elementos más tradicionales.
El dormitorio principal se envuelve en una atmósfera de calma y sofisticación gracias a la combinación de tonos románticos y detalles clásicos. Las paredes están revestidas con paneles de papel pintado enmarcados por elegantes molduras que refuerzan el estilo tradicional del espacio. En el centro, destaca una lámpara de cristal, una preciada reliquia familiar que añade un aire de nostalgia y refinamiento, y contrasta con el diseño contemporáneo tanto de las mesitas de noche y las lámparas de lectura como del aparador. Una fotografía artística realza el carácter único de la habitación.
El cuarto de baño del dormitorio principal destaca por su elegancia y serenidad, con un diseño cuidadosamente pensado que combina el lujo del mármol blanco con vetas grises y el toque cálido de los detalles en bronce. En la pared del lavabo, un gran espejo enmarcado por apliques, refleja la luz natural y amplía la sensación de amplitud. Los detalles decorativos, como las flores frescas y los accesorios, contribuyen a hacer de este espacio un rincón de relajación y estilo impecable.
En esta otra toma del baño, destaca una elegante bañera exenta de líneas limpias y curvas suaves, que se convierte en el centro de atención. Justo al lado, se encuentra una cabina de ducha con puertas de cristal y marco de metal que aportan un toque contemporáneo al espacio, sin romper con la elegancia general. Un amplio ventanal permite la entrada de luz natural que, siempre que se desea crear una atmósfera de calma y relajación, es suavemente filtrada por un estor enrollable.
Un diseño infantil que se aleja de lo convencional
La habitación infantil es un espacio alegre y acogedor, con una decoración que gira en torno a tres colores: azul, blanco y rojo. Las paredes están decoradas con papeles pintados en distintos tonos de azul, con patrones geométricos y pequeñas estrellas que aportan dinamismo, mientras que el techo luce un atrevido estampado de rayas rojas y blancas que pone un toque divertido.
Su diseño está pensado para adaptarse a distintos usos. Así, una cuna azul marino con barrotes torneados ofrece un espacio cómodo y seguro para el bebé, mientras que la cama nido, vestida con ropa de cuadros azules y blancos, actúa como sofá durante el día. En una esquina, el sillón a rayas con reposapiés y cojín personalizado con el nombre "Joaquim" crea un rincón acogedor para momentos de descanso o lectura. Unas estanterías flotantes para colocar libros y adornos, completan la decoración.
En este baño, con la mezcla de elementos clásicos y contemporáneos se ha logrado crear crea una atmósfera tranquila y sofisticada. El lavabo es de piedra, de forma rectangular, con un acabado natural en color beige claro, y va montado sobre una estructura de metal negro que incluye una práctica repisa para colocar los productos de aseo organizados en cestas. Las paredes se cubrieron con un papel pintado en tonos suaves de gris, azul y blanco, y uno de los frentes se ha decorado con imágenes de grabados antiguos enmarcados con marcos de madera fina.
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