Si hay un recurso que identificamos como estilo industrial, son las paredes de ladrillo. Acompañadas de otros acabados como el hormigón y las estructuras a la vista, es una de esas tendencias que nunca pasa de moda. Pero lo cierto es que las paredes de ladrillo van mucho más allá de este estilo. Y es que su carácter raw ha sabido adaptarse a otros movimientos decorativos, seguramente menos duros. Para demostrarte su versatilidad, hemos reunido 9 ejemplos que demuestran que las paredes de ladrillo siguen siendo tendencia.
El ladrillo puede ser el lienzo perfecto para una estancia en la que el estilo clásico sea el protagonista. La clave está en los materiales con los que se combina. Así, el mármol y estampados más tradicionales pueden ser grandes aliados para subir la elegancia del ladrillo, más relacionado con espacios más duros y toscos, así como formas más orgánicas.
En este comedor, el Estudio Arquesta lo ha combinado con una mesa redonda con sobre de mármol y unas sillas tapizadas en pata de gallo en blanco y negro.
El ladrillo también puede ayudar a dar personalidad al estilo nórdico y este a suavizar el efecto de este material tan rudo. Y es que la escasez de piezas y acabados que protagoniza el estilo más escandinavo se ayuda de la presencia del ladrillo para aportar un matiz más personal.
En este salón con comedor, reformado por el equipo de Arc Disseny, también la iluminación juega un papel clave. Y es que se han instalado tiras led en el techo que bañan las paredes de ladrillo y que proporcionan un efecto de relieve muy acogedor y más cálido.
Las fibras naturales tienen la virtud de dotar de un punto desenfadado y con matices boho a cualquier espacio. Y también consigue ese objetivo con el ladrillo. La clave está en no abusar y colocarlas solo de manera estratégica, por ejemplo, mediante complementos como una alfombra, un puff o las lámparas de techo.
Esa fue la idea de la interiorista Marta Castellano que consiguió que la mezcla del ladrillo, las fibras naturales, la volta catalana y los muebles acanalados diera como resultado una cocina armónica y muy acogedora. El punto moderno lo pone la vitrina, vigas y detalles en color negro.
Aunque el ladrillo puede ser una opción que relacionemos más con colores sobrios y neutros, como el negro, el blanco o el gris, lo cierto es que también es el lienzo perfecto para abusar del color. En esta cocina, reformada por el equipo de CM4 Arquitectos, lo combinó con azulejos a todo color y acabado brillo, con un resultado que oscila entre lo moderno y lo retro. Esto se debe también al uso del acabado en oro viejo de detalles como los apliques, las lámparas o los perfiles de las estanterías abiertas.
Si el ladrillo está en una pared deldormitorio infantil, puede resultar un acabado un poco agresivo para un espacio en el que se busca la calma y la paz. Por eso, pintarlo de blanco es una solución idónea. Es lo que hizo en esta habitación de un bebé el equipo de Coblonal Interiorisme. Este recurso permite jugar aún más con los colores y recursos, así como añadir un llamativo papel pintado que competiría con el protagonismo del ladrillo en su estado más natural. En cambio, pintado de blanco, el resultado es mucho más ligero y delicado. ¡Nos encanta!
Como hemos comentado previamente, son los complementos los que son capaces de restarle ese matiz industrial al ladrillo y conferirle nuevas propiedades, como un punto más retro. En este dormitorio, reformado por los interioristas de Brákara Studio, las lámparas colgantes y redondas con cristal naranja aportan un matiz muy retro, al igual que hacen las mesitas de noche.
La pared de ladrillo sirve para enmarcar la cama, pero, además, al estar solo en la parte superior y dejar el resto de paredes en blanco, su efecto es mucho más light. Por cierto, aquí, de nuevo, la iluminación juega un papel clave. No solo debido al estilo de las lámparas, sino también por la iluminación led que da luz a la pared y potencia el efecto 3D.
Una de las ventajas de tener una sola pared de ladrillo en la estancia es que puede emplearse como punto focal y darle el estilo deseado. Otra cosa es cuando todas las paredes son de ladrillo, en cuyo caso es más difícil quitarle ese matiz industrial.
En esta propuesta de Yester Home se ha dotado al ladrillo de un aire más rústico gracias a los muebles y accesorios de la cocina. El grifo dorado, el fregadero tipo farmhouse, los muebles en marrón y suspendidos… Todo contribuye a conseguir ese aire más de campo tan atractivo y acogedor. ¿Quién dijo que el ladrillo es un material de ciudad? Aquí lo vemos en su faceta más campestre.
Aunque todos los elementos de este dormitorio se aúnan de manera equilibrada y armoniosa, lo cierto es que si miras más detenidamente verás que cada elemento responde a un estilo decorativo. Los apliques de corte clásico, la butaca más contemporánea, el cabecero de aires boho, el aparador con carácter retro y la pared de ladrillo más industrial crean un dormitorio estiloso y acogedor. En gran parte se debe al armario empotrado que ocupa toda la pared y cuyas puertas tienen un efecto entelado que confiere unidad al espacio. Es una propuesta de Coblonal Interiorisme.
Si haces reforma y puedes recuperar el ladrillo antiguo de tu casa, te animamos a hacerlo. Pero también puede que tu casa no sea tan antigua y el material de las paredes no sea ese ladrillo caravista que se empleaba hace décadas. No te preocupes, si te gusta su efecto, puedes conseguirlo mediante papeles pintados o vinílicoso revestimientos de PVC que lo imitan a la perfección (al igual que otros materiales, como el hormigón, el mármol o la piedra natural). Incluso los puedes encontrar con distintos matices, pintados de blanco o con relieve –en el caso de los revestimientos de PVC–.
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