Una de las tendencias más populares en las reformas es la de prescindir de zonas de paso como los recibidores y los pasillos. Lo entendemos. En la necesidad de sacar partido a los metros, estos distribuidores sin apenas función han caído en desuso. Es por eso que cada vez más, el pasillo se reduce a la mínima expresión y los recibidores han pasado a formar parte del salón –a veces también de comedor y la cocina, si son abiertos–. Te enseñamos varios ejemplos en los que el recibidor o el pasillo han desaparecido.
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Juntos, pero no revueltos
Está claro que unir el recibidor al salón es todo un acierto que te ayudará a ampliar el espacio y conseguir una casa más luminosa y diáfana. Pero la entrada de casa no tiene por qué perder su carácter independiente. Para conseguirlo, puedes replicar la propuesta de los interioristas de RQH Studio. Aquí, aunque se han eliminado los tabiques que separaban recibidor y salón, se ha colocado una pared de listones de madera que suben hasta el techo, dando a la zona cierta independencia estilística pero en la misma estancia.
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Espacios abiertos a todo
Los recibidores y pasillo son estancias de la casa que se encargan de repartir los usos y ofrecer cierta privacidad. Pero, ¿qué pasa en una época en la que las tendencias nos llevan a espacios cada vez más amplios y abiertos? Pues que era cuestión del tiempo que el recibidor se uniera a la cocina, el salón y el comedor, creando entre todos una sola estancia.
Es lo que hizo en este piso el interiorista Alberto Torres. Para no perder su carácter práctico, se colocó una consola ligera al lado de la puerta que sirve para dejar las llaves, por ejemplo.
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La cocina nos da la bienvenida
En esta unión de espacios, es habitual colocar la cocina en la entrada de la casa, por ser la estancia más práctica. Se trata de una opción perfecta en la que se puede utilizar la barra como separación del ‘no recibidor’, creando una especie de pasillo por el que se accede al resto del espacio. Es lo que hicieron los interioristas de Tinda’s Project en este dúplex. Aquí, se planificó un mueble, que se convierte en barra de cocina y que sirve de separación entre la cocina y el mencionado falso pasillo.
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A lo largo
En plantas alargadas, prescindir del pasillo en la zona de día es la mejor manera de sacar más partido al espacio y multlipicar los metros de uso. Pero que no haya pasillo no significa que no se puedan diferenciar las zonas. Es lo que hizo la interiorista Pia Capdevila en este dúplex en el que la planta baja es abierta. Para separar la cocina, proyectó una pared de cristal que separa la isla de la mesa del comedor, pero con los laterales abiertos.
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A medida
Una de las mejores maneras de integrar el recibidor en el salón sin que se note es mediante un mueble a medida. Una gran idea es planificar un mueble de salón en cuyo lateral haya unos estantes y cajones que hagan las veces de mueble del recibidor. Para darle más independencia, puedes colocar también un espejo. Ahora, ten en cuenta que toda la decoración debe responder a un mismo estilo para conseguir un entorno armónico y homogéneo.
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Puertas de cristal
Hasta no hace tanto, era el pasillo o distribuidor el espacio que servía para comunicar unas estancias con otras. Ahora que cada vez los pisos son más pequeños y nosotros queremos espacios más amplios, los cerramientos de cristal han ganado muchos adeptos. Este tipo de puertas permiten disfrutar de todas las ventajas de los espacios abiertos, al mismo tiempo que favorecen su separación para mantener su independencia y evitar la transmisión de olores por toda la casa.
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La mejor opción para pisos pequeños
Aunque prescindir del recibidor y el pasillo es una gran idea en cualquier casa, en pisos pequeños es todo un acierto. Esta opción no solo permite ampliar los metros útiles, sino que regala amplitud y luminosidad. Eso sí, esta opción tiene una desventaja. Y es que al eliminar estas zonas de paso, también se pierde cierta intimidad y se oyen más los ruidos de las estancias contiguas.
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Pasillo… sí, pero no
Si quieres que la zona del recibidor tenga cierta independencia, pero no quieres que sea un espacio oscuro, puedes separar la zona con un tabique a media altura que se complete con un cristal. De esta manera, el recibidor tendrá ese carácter independiente, pero no será un espacio sin luz natural, sino que se aprovechará de la que entra por las ventanas de la cocina.
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Pasillos con uso
Si bien es cierto que cada vez la presencia de los pasillos es menor como espacio que roba metros a otras estancias, sí que hay casos en los que se puede convertir en un espacio más útil. Y es que si la anchura lo permite, una gran idea es reconvertir esta zona de paso en una en la que te apetezca estar, con estanterías y una butaca para leer cómodamente, por ejemplo.
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Su desventaja
Una de los inconvenientes de eliminar el recibidor de casa es que es una pérdida para todas esas personas que quieren (o necesitan) un espacio destinado a dejar abrigos, zapatos, el bolso o las mochilas. Y es que el recibidor es una estancia clave en la funcionalidad de cualquier hogar. ¿La solución? Incluir esas piezas que le dan independencia, y que al mismo tiempo encajen con la decoración.