Es el sueño de todos: contar con un presupuesto ilimitado para conseguir la cocina de nuestros sueños. Y es que, sí, soñar es gratis, pero no tanto darle a tu cocina ese aspecto que tienen las que salen en las revistas de decoración. Ante un presupuesto ajustado, hemos reunido varias ideas que puedes ir aplicando en tu cocina para cambiar su imagen sin necesidad de hacer un gran desembolso. Desde las paredes al suelo, pasando por los muebles. Estas 10 ideas son perfectas para dar a tu cocina un nuevo look.
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Pon papel pintado
El papel pintado es un recurso que ha vuelto a la decoración con fuerza. Es raro ver alguna reforma en la que no se haya instalado en alguna pared. Y el baño y la cocina suelen ser las estancias preferidas para empapelar una pared.
En la cocina puedes colocar papel pintado en la zona del office para delimitar y acentuar su presencia o colocarlo en la parte superior de una pared, si has decidido seguir las tendencias y quitar los muebles altos. Otra opción es instalarlo en una pared con un retranqueo e instalar ahí un mueble para los desayunos.
Lo mejor es que puede instalarse sobre cualquier superficie. Aunque lo más sencillo es hacerlo sobre una pared lisa, también podrás hacerlo sobre una de azulejos si aplicas masilla previamente.
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Cambia el antepecho
Una de las zonas de la cocina que más se estropea es el salpicadero o antepecho. Estas paredes suelen sufrir mucho entre las salpicaduras al cocinar y los productos abrasivos. Con el tiempo, es normal que se estropee.
Para cambiar el aspecto de la cocina y que parezca que has hecho reforma, puedes instalar en esta zona unos revestimientos de PVC. Los hay con muchísimos acabados: desde colores lisos, a materiales como la piedra, el cemento, el ladrillo, la madera o el mármol, esta última una de las opciones más demandadas. Y lo mejor es que se pueden colocar directamente sobre el azulejo: los hay que van sobre rastreles y otros autoadhesivos.
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Mira al suelo
Otra cosa que puedes cambiar de tu cocina para que parezca nueva son los suelos. Al igual que el antepecho, con el tiempo se desgastan, tienen muescas de objetos que se han caído y las juntas nunca recuperan su blanco original (por mucho que trates de limpiarlas).
Una idea genial y que no supone una grandísima inversión es cambiar los suelos de la cocina. Y no, no hablamos de levantar el suelo actual e instalar un porcelánico nuevo, que, aunque los hay a muy buen precio, estamos hablando de no hacer obras. ¿La mejor opción? Instalar un suelo sobre el que ya hay, ya sea vinílico o laminado. Hay modelos bastante económicos que son hidrófugos y quedan genial en la cocina.
Por cierto, también hay porcelánicos de poco grosos que pueden colocarse sobre el suelo actual, aunque son más caros.
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Instala una isla
Si te sobra espacio en la cocina y quieres más espacio de almacenaje y para cocinar, ¿por qué no instalar una isla? Hay muchas opciones. Desde mesas tocineras recuperadas que hacen el apaño, a islas independientes con estantes abiertos en los que poder cocinar más cómodamente. Incluso puedes buscar varios módulos inferiores como los de tu cocina e instalar una encimera en cascada. Eso sí, ten en cuenta que si buscas una reforma sin obras no podrás instalar ahí ni el fregadero ni la vitrocerámica. Será tan solo una zona de trabajo.
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Cuida la iluminación
Una iluminación bien pensada puede cambiar por completo el aspecto de tu cocina. Por un lado, te recomendamos que te deshagas de los antiestéticos fluorescentes e instales una opción que consuma menos y sea menos fea. Pero también puedes instalar luces led en la zona inferior de los muebles, de manera que aporten un look más cálido y agradable. Elígelas de una temperatura del color neutra, que es la que mejor reproduce el color de los alimentos.
También es interesante destacar la presencia del office o de la isla con una lámpara imponente, que llame la atención y que enfatice su presencia.
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Pon un cerramiento
Si hiciste la reforma de la cocina y te animaste a abrirla, puede que ahora te arrepientas. ¡Pues hay solución! Y no implica hacer obras, no. Puedes instalar un cerramiento acristalado de cocina que separe esta estancia del comedor o del salón, recuperando su perdida independencia. Y lo mejor es que un cerramiento acristalado tiene muchas ventajas, entre ellas que no sacrifica ni la luminosidad ni la sensación de amplitud.
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Pinta los muebles de la cocina
Es una de las soluciones más económicas para cambiar la imagen de tu cocina sin tener que invertir mucho. Tan solo necesitas pintura y un par de tardes para pintar todos los frentes de los muebles de la cocina. Si quieres un resultado óptimo, lo mejor es desmontar las puertas y pintar también las estructuras.
Hay pinturas que sirven para pintar la melamina y muebles sin necesidad de lijarlos. Eso sí, será necesario aplicar una imprimación previa que ayude a que coja la pintura.
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O los azulejos
Si ya lo que buscas es un cambio radical, no solo te animamos a que cambies el color de los muebles, sino que también quedará genial si te animas a pintar los azulejos. Al igual que para pintar los muebles, hay pinturas especiales para pintar los azulejos y que ofrecen buenísimos resultados. S
i quieres darle un punto original a las paredes de tu cocina sin obras, te animamos a que te hagas con rotulador de otro color distinto a la pintura para las juntas. ¡Verás qué original!
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Cambia la grifería
Este elemento tan sencillo que hay en todas las cocinas es capaz de aportar un look más moderno o más clásico, dependiendo de lo que busques. Y cambiarlo será una pequeña inversión que hará que el aspecto de tu cocina cambie por completo.
Aprovecha la ocasión para elegir un modelo monomando, con manguera y sensor para ahorrar agua.Ahora se llevan los blancos y los negros, aunque los cromados son una opción atemporal que no pasa de moda.
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Unos estantes abiertos
Si tienes una pared de la cocina sin muebles, una gran idea para darle un toque más actual y aumentar (un poco) el espacio de almacenaje es instalar unos estantes abiertos. Esta idea, que, además, es tendencia, es perfecta para colocar un juego de tazas de té, unas plantas, tus libros de cocina o algún adorno. Trata de no saturarlos si quieres que su efecto sea más decorativo.