Esta pequeña casita narra la historia de un sueño y de los recuerdos de la infancia de su propietario. Ubicada en la bahía de Buoy, en Washignton, destaca por su línea triangular que despunta en la línea del horizonte. Con vistas al mar pero rodeada de bosque, el director del estudio de arquitectura Heliotrope, Joe Herrin, vio en ella su refugio.
La casa en forma de 'A'
Los viajes en barco a las islas de San Juan fueron lo más destacado de los veranos del director del estudio de arquitectura Heliotrope (www.heliotropearchitects.com), Joe Herrin, cuando era niño. A través de esos viajes, desarrolló un amor por la navegación y una profunda conexión con naturaleza de la zona, lo que le llevó a él y a su esposa Belinda a comprar una modesta cabaña en la playa en Orcas Island, meses después del nacimiento de su primera hija. Esta imagen muestra la estructura de la casa en forma de 'A' o triangular, con tejado marcado a dos aguas y un anexo posterior que se añadió que crea una zona de recibidor y permite alojar allí la ducha en el baño.
La terraza con vistas
La cabaña se ubica en una parcela frente al mar, que es compartida en extensión con otras ocho familias. Además de las vistas privilegiadas hacia el océano, cuenta con un bosque de alisos y abetos detrás (al oeste). El vecino más próximo queda al norte. La estructura de la pequeña casa está compuesta por un modesto kit de estructura en forma triangular (recuerda a la letra A mayúscula) de finales de los años 60. El anterior diseño de la propiedad la construyó con muy poca inversión. Todo el revestimiento exterior es de madera contrachapada teñida. Esta imagen nos acerca a la terraza creada con una plataforma de base de listones de madera donde hay espacio para una zona de estar y de comedor. Sin límites que rompan la continuidad con el terreno y las vistas. A la derecha queda una zona de chimenea exterior donde los asientos son troncos cortados.
Una casa cero consumo de energía
Los actuales propietarios, Joe y Belinda, han realizado diferente renovaciones, desde la instalación de unos cimientos hasta la reconstrucción de una plataforma a modo de terraza o la instalación de nuevas ventanas que garantizasen un mejor aislamiento. También aislaron el techo y abrieron un gran tragaluz. Todas las intervenciones que han realizado han tenido como objetivo maximizar la luz natural, el confort, la calidez y la funcionalidad. Los paneles solares reducen a cero el uso de energía.
Espacio compartido de altura excepcional
Hace poco, cuando se acercaban a los 20 años de disfrute de este refugio, completaron la renovación de la construcción con la reforma de la cocina y del baño. Este último se amplía, gracias a un anexo a la casa, ubicado en la parte trasera, que permitió diseñar una confortable y agradable zona de ducha. En el interior, una zona de estar y comedor, que miran hacia el mar, una cocina abierta que queda encajada en un retranqueo de la planta y la escalera por la que se accede al altillo donde se encuentra el dormitorio principal. El techo es una seña característica de un interiorismo sencillo que combina muebles en madera y fibras naturales con notas en color azul. Es la combinación entre los guiños de la decoración navy y la de una casa de montaña.
La zona de estar
A pesar de sus reducidas dimensiones, esta cabaña cuenta con todas las comodidades y ambientes necesarios para pasar largas temporadas. La familia define este espacio como su campamento base desde el que salen a navegar, hacer caminatas, montar en bicicleta… Esta es la zona de estar, que se resuelve en poco espacio y en un punto donde tiene que quedar libre el acceso a la escalera que comunica con el altillo. Destaca el original diseño del sofá, que se adapta a una estructura de base suspendida sobre el peldaño de inicio de la escalera. En el salón, además, una mesa de centro, un par de butacas y una estufa.
Desde la cocina, al exterior
Todo en la construcción es modesto. Los suelos son de pino recuperado y en las paredes y techo se alternan dos acabados de madera. Destacan las vigas pintadas en un tono café con leche. Esta es la vista desde la cocina con el comedor a medio camino entre esta y la terraza. El diseño de los muebles está basado en el trabajo artesanal con una mesa redonda y sillas de respaldo alto que toman forma con troncos de madera. En las paredes se empotran armarios que favorecen el almacenaje y librerías.
Una pequeña cocina sin módulos altos
Los muebles de la cocina son de madera de abedul con encimera laminada. Se adosan a las paredes con una distribución en L, sin módulos altos. El lado que no queda a la vista en la imagen está reservado para la nevera. A pesar de ser una cocina pequeña no falta nada para hacer cómoda la estancia (horno y lavavajillas incluidos). Sobre la zona de lavabo, una estantería abierta sirve para tener a mano el menaje de uso frecuente.
Dos dormitorios en un altillo
El dormitorio principal se ubica en el altillo de la casa. La altura excepcional del techo favorece la creación de un espacio abuhardillado con mucho encanto en el que se puede estar de pie sin problema. En una de las reformas, los propietarios abrieron ventanas en esta zona para disfrutar de ventilación y luz natural. Al mismo tiempo, la ubicación de la cama permite disfrutar del exterior cada anochecer y amanecer. Pero además de una cama de matrimonio, el espacio cuenta con una solución para la hija con una cama individual adosada a la pared, realizada a medida sobre una estructura con cajones.
Un dormitorio secundario con zona de estudio
Este es otros de los dormitorios de la cabaña, que cuenta no solo con la zona de descanso sino también con un espacio de trabajo y estudio. Junto a la cama se diseña a medida un escritorio con cajones y estantes en la zona superior. Se mantiene a la vista el acabado de madera con un revestimiento liso en la parte baja de las paredes, a modo de zócalo. La ausencia de este elemento en la zona de la cama crea un cabecero natural con el alistonado en madera.
Una zona de ducha ganada en una de las ampliaciones de la vivienda
El anexo cúbico que se adosa a la casa -lo hemos visto en la primera imagen de la galería- favoreció la ampliación de la cabaña, creando un espacio de recibidor y una zona de ducha confortable y espaciosa. Esta cuenta con luz natural, lo que la conecta con el paisaje circundante. El techo se mantiene en madera aquí, mientras que las paredes se revisten con azulejos blancos y juntas negras, como el suelo de la ducha de gresite hexagonal.