Marie Kondo, La Ordenatix, Alicia Iglesias, tu madre… Todas las organizadoras profesionales coinciden en una cosa: el orden trae la felicidad. Y si no la felicidad, sí que garantizan un hogar en el que prima el bienestar y la comodidad. Pero, ¿cuánta razón hay en esto? Las personas más desordenadas son felices en su caos. O al menos es lo que ellos defienden. Nosotros queremos proponerte un reto. Aplica estas costumbres y hábitos durante 21 días (según el psicólogo William James, se necesitan 21 días para crear un hábito a través de la repetición constante) y valora si eres más feliz en tu casa.
Recoge siempre la cocina
Ya sea después de desayunar, comer o cenar o, incluso, si tan solo usas un vaso de agua. Deja siempre el fregadero despejado y los cacharros recogidos en la medida de lo posible. Verás cómo entrar en una cocina ordenada es mucho más agradable que encontrarse con una pila de platos y utensilios sin fregar. Un truco para que sea más sencillo es ir fregando los utensilios según los vayas usando. Es decir, que si estás cocinando la cena y dejas todo recogido, de manera que solo queden los platos, vasos y cubiertos que vais a utilizar, será mucho más sencillo.
Y este hábito tiene doble recompensa porque, además, te ayudará a mantener ciertos bichos e insectos fuera de la cocina.
Haz la cama según te levantes
Nada más suene el despertador y te levantes de la cama, ¡hazla! Sabes que esta costumbre solo te llevará unos minutos y lo agradecerás durante el resto del día. Si te levantas a la vez que tu pareja, haced la cama juntos, uno a cada lado. Primero airead las sábanas y después colocadas bien. Entre los dos no tardaréis nada. Y lo agradecerás cuando vuelvas a entrar a la habitación a vestirte después de ir al baño o tras desayunar. Y mucho más cuando vuelvas a casa después de todo el día trabajando. Incluso se dice que potencia tu autoestima y reduce el estrés. ¿Por qué no probarlo?
Deja los cojines colocados
Un gesto tan sencillo como levantarse del sofá antes de ir a la cama y dejar los cojines colocados y las mantitas dobladas te regalará salud. Y esto también vale para el vaso de agua que se queda sobre la mesa o el envase del yogur que te has tomado antes de ir a la cama. Un salón recogido te dará la vida cuando te levantes por la mañana y veas que está en perfecto estado de revista.
Si tienes hijos, anímales a que recojan los juguetes del salón antes de ir a la cama. Así esta tarea no se sumará a las que tú ya tienes.
Un sitio para cada cosa
¿Por qué cada vez que vas a buscar las tijeras tienes que atravesar media casa cuando siempre las usas estando en el salón? Pues encuentra en esta estancia un lugar en el que guardarlas. Lo mismo vale un cajón del mueble que una cesta donde metas pequeños objetos de uso cotidiano.
A la hora de ordenar tu casa, piensa en cómo guardas las cosas. Y dónde. Sé práctico y evita paseos innecesarios. Además, si guardas las cosas con cierta lógica siempre sabrás dónde están.
Ordena la silla de la ropa
Llenar la butaca o la silla que hay en el dormitorio de ropa es un clásico. Nos despedimos de ella el lunes y hasta el fin de semana no volvemos a verla. Y es que es habitual ir dejando la ropa que nos ponemos encima y no ordenarla. Luego llega el sábado de zafarrancho y se va todo a lavar. ¿Conclusión? Tendrás que poner más lavadoras y planchar cosas que, en realidad, podrías haber usado más veces.
Pero tiene solución. Un gesto tan sencillo como colgar los pantalones en el armario o echar la camiseta a lavar, te ahorrará tiempo durante el fin de semana y mantendrá tu habitación en orden.
Deja las cosas preparadas
Al igual que ordenas la cocina y el salón antes de irte a la cama, otro hábito de orden muy saludable es dejar las cosas preparadas el día anterior. Por ejemplo, puedes dejar la ropa que vas a ponerte sobre la silla y no tendrás que volverte loca pensando qué te vas a poner. También te recomendamos que dejes el táper preparado, así como la merienda o el almuerzo de los niños, las mochilas, etc. El tiempo que ahorres por la mañana destínalo a desayunar tranquilamente. ¡Lo agradecerás!
Tira las cosas que no valen
Las cajas vacías de los electrodomésticos, papeles de hace una década, bolígrafos que no pintan, gafas rotas… Todas esas cosas deberían ir fuera de tu casa, pero también deberías coger el hábito de deshacerte de ellas según entran en tu hogar. Nuestra recomendación es que empieces por hacer una limpieza y quitar todos estos objetos inservibles y, después, aplicar esta teoría a tu día a día.
Pon una bandeja en el recibidor
¿Cuánto tiempo pierdes a la semana buscando las llaves de casa o del coche? Es un clásico de la gente desordenada. Y un elemento tan simple como una bandeja o soporte puede solucionar el problema. Y es que si, cuando llegues a casa, dejas ahí las llaves, no se perderán y siempre las tendrás a mano y en el mismo lugar. ¡Verás la de tiempo que ahorras!
Guarda los zapatos
No hay nada más gratificante que quitarse los zapatos según entramos por la puerta de casa. Tanto si eres de los que va descalzo, como si te gusta contar con unas zapatillas de andar por casa, deberías tener en el recibidor un pequeño mueble en el que dejar el calzado del día o de la temporada. Al quitarlo de en medio y tener la entrada de casa ordenada, ganarás en orden.