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Su separación ha sido una de las noticias más inesperadas. Nada hacía presagiar que el matrimonio de Alice Campello y Álvaro Morata estuvieran pasando por sus horas más bajas y terminara con un comunicado anunciando su ruptura. Parecía increíble. La puerta a una reconciliación siempre está ahí y quizá podrían cruzarla, pero la realidad ahora es que ya no están juntos como pareja, aunque sí como familia porque para ellos lo más importante siempre serán sus cuatro hijos, Alessando y Leonardo, de seis años Edoardo, de tres, y Bella, de uno.
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Esta ruptura llega cuando acababan de mudarse a la casa de sus sueños en una lujosa urbanización a las afueras de Madrid. Fue antes del verano cuando por fin vieron terminada la obra en la que habían puesto tanta ilusión, de hecho, estaba previsto que la enseñaran en páginas de ¡HOLA! a principios de agosto, pero cancelaron sus planes en el último momento porque prefirieron quedarse en Milán para buscar una nueva casa y también colegio para sus niños, ya que el futbolista ha sido presentado como nuevo jugador del AC Milan esta misma semana.
Antes de ir a esta casa, Alice y Álvaro con sus cuatro hijos estuvieron durante la última temporada que pasó el delantero en el Atlético de Madrid en otra impresionante vivienda a las afueras de la capital, mientras la otra se encontraba en obras. De estilo vanguardista, contaba con un amplio jardín para que jugaran sus hijos, piscina climatizada y un gran salón y terraza.
El matrimonio abrió las puertas de esta casa a ¡HOLA! en 2023, poco después del nacimiento de su hija para presentárnosla y protagonizar un bonito reportaje en familia en el que la modelo e influencer italiana nos contaba los difíciles momentos vividos con el nacimiento de Bella, por las complicaciones que tuvo en el parto. “Fueron muchísimas horas de espera y muchísimas horas pasándolo fatal, en las que me daba cuenta de que mi vida no tendría ningún tipo de sentido si le pasaba algo más grave”, nos explicaba el deportista.
Una vez más, Alice y Álvaro eran un claro ejemplo de complicidad y admiración, mientras hacíamos las fotos. Su química traspasaba la pantalla y eran el retrato de la familia perfecta y nada era impostado. “¿Sabes cuándo tienes la sensación que nunca has sentido nada igual por nadie y que nunca sentirás nada igual por nadie? Ha sido como un amor increíble desde el primer segundo y, cuando sientes un amor tan grande por alguien, deseas tener una familia con esa persona y hacerlo todo con ella”, confesaba entonces Alice al hablar de Álvaro.