Aunque en decoración las tendencias tienen más vida que en la moda y sobrevivimos al fast fashion, hay cosas que hace (mucho) tiempo que no se llevan y que deberías sacar o cambiar de tu casa. Con esto no te animamos a consumir porque sí, sino que lo hagas con cabeza, en piezas de calidad y atemporales que te duren muchos años. Hacemos un repaso de todo lo que tu casa no necesita y qué opciones tienes para solventarlo.
1. Paredes con gotelé ni del todo lisas
El gotelé está demodé desde hace ya varios años (menos mal), pero tampoco se llevan del todo lisas. Mientras que la primera opción era ideal para ocultar los desperfectos, la segunda opción es un auténtico muestrario de pequeños rayones y manchas que resultan bastante antiestéticas. Y, aunque puedes pintar las paredes de tu casa cada par de años (así también puedes renovar su imagen), hay otras opciones.
Y es que las molduras en las paredes se han convertido en todo un must. Y no solo las vemos en decoraciones más clásicas, sino que hay modelos más sobrios que encajarán en entornos más modernos. Lo mejor es que son de poliestireno y muy fáciles de instalar.
En contra de las paredes lisas o con gotelé, tenemos también otro tipo de revestimientos muy en tendencia. Por ejemplo, el papel pintado, que ya ha conquistado dormitorios, cocinas, baños y hasta el salón; la palillería de madera, ideal para un look muy actual y cálido al mismo tiempo; o los revestimientos de poliestireno en relieve, que aportan movimiento y un aspecto modernísimo.
2. Todos los muebles del mismo set
Nada queda más feo en tu casa que un salón, un comedor o un dormitorio decorado como los de los catálogos de muebles: todos con el mismo acabado y el mismo diseño. Aunque esta opción estuvo muy de moda hace años, es importante que la decoración de tu casa hable de ti y de tus gustos. Por eso es importante elegir las piezas una a una, combinando colores y materiales para conseguir un aspecto equilibrado y homogéneo.
Ante la duda, decántate por un acabado y empléalo en todas las piezas, pero con diseño que sean algo distinto, huyendo de esa imagen de mueble fabricado en serie (aunque lo sea). También puedes crear un interiorismo más ecléctico combinando colores y materiales.
3. Los colores demasiado chillones
Y es que desde la pandemia queremos que nuestras casas sean un templo de calma y desconexión. Para ello, los colores neutros y un poco apagados son una gran baza. No pasan de moda y siempre podrás añadir algún complemento colorista en los detalles. Por ejemplo, un sillón rojo o amarillo puede ser demasiado si quieres que tu casa sea un templo del bienestar. Te recomendamos, en cambio, que destines esos colores neutros, como el gris, el beige o el blanco, a grandes piezas. Y deja lo llamativo para detalles, como las fundas de los cojines, un pequeño jarrón o la decoración de la pared. Ante la duda, siempre puedes aplicar la regla del 3.
4. Las mesas de centro de espejo
Estas perdieron su lugar en el podio de la estética hace ya varios años. Resultan un poco cargantes y algo pasadas de moda. Cierto es que decorar con espejo sí que sigue siendo tendencia, pero mejor dejémoslos en las paredes.
En su lugar, te recomendamos una mesa de madera si quieres más calidez y hacer que el espacio sea algo más acogedor. ¿Más opciones? Las mesas de centro de cristal con estructura dorada, por ejemplo, una opción ideal si quieres más luminosidad y amplitud en el salón. Lo mejor es que cumplen el mismo objetivo que las mesas de espejo pero con un resultado más chic.
5. Las cortinas estampadas
Para gustos los colores, pero lo cierto es que las cortinas estampadas son un complemento complicado de digerir. Más aún, si no contamos con los consejos de un interiorista o no somos demasiado duchos en eso de combinar estampados. ¿Nuestra recomendación? Irse a lo sencillo y no arriesgar: unas cortinas de calidad en blanco te durarán años y combinarán con la decoración de tu hogar. Sea la que sea. Si quieres darle un toque más actual, elige un modelo con ribete.
6. Las paredes con muchos cuadros
Y es que llenar las paredes con cosas está completamente demodé en una época en la que se lleva es el minimalismo cálido y el lujo silencioso. En su lugar te recomendamos que decores las paredes de tu casa con un gran cuadro que aporte color y personalidad. Además, ahora es tendencia el arte sin enmarcar, así que no necesitas gastarte un dineral en marcos. También puedes elegir un par de cuadros o tres de la misma serie, de manera que el resultado sea equilibrado, reduzcas el ruido visual y no satures la decoración.
7. Los cabeceros barrocos
Esto sí que no. Despídete de esos cabeceros de madera de grandes dimensiones que, aunque eran señal de poderío, ahora se comen la decoración y no combinan con nada. Es mejor decantarse por piezas más sencillas y sobrias, que se mantengan atemporales con el paso de los años. Y, por supuesto, que sean de calidad.
Una opción estupenda son, por un lado, los cabeceros de madera, responsables de aportar calidez y estilo; aunque, si nos hacen elegir, nada como un cabecero tapizado con un diseño de líneas rectas. Elígelo desenfundable o con un tejido lavable, de manera que permanezca como nuevo muchos más años.
8. El dormitorio de invitados
Porque ya tengas 3 o 6 habitaciones, tu casa no necesita un dormitorio de invitados. Y esto lo descubrimos durante la pandemia. Ni ya recibes tantas visitas (mucha gente prefiere irse a un hotel), ni le das el uso que te gustaría. Así que transforma ese preciadísimo espacio de tu casa en algo que sí que necesitas, como un estudio o zona de trabajo, un espacio para hacer ejercicio o una habitación de juegos para los niños. Todo dependerá de tus necesidades y las de tu familia.
Ahora, si quieres seguir contando con una cama extra, planifica un modelo abatible que puedas ‘sacar’ cuando sea necesario pero que no ocupe espacio de más.
9. Los pósteres de películas (no los queremos ni enmarcados)
Quedaban genial en tu piso de estudiante. Te hacían parecer alternativo y moderno. Pero ahora ya tienes una edad para que decoren tus paredes. Y no, tampoco vale que sean clásicos (a no ser que te dediques a la industria cinematográfica, que entonces podemos verle un sentido). En su lugar, apuesta por piezas de arte. No hace falta gastarse mucho dinero. Hay muchos artistas emergentes que tienen creaciones únicas y llenas de personalidad para dar vida a tus paredes.