Raquel Chamorro Estudio intervino en esta casita anexa, ubicada en una finca en Mallorca, rodeada de naturaleza. Lo más próximo a ella es Santanyí. La casa principal es del S. XVII y fue ampliada posteriormente. Uno de los grandes atractivos de este proyecto son las zonas de vegetación y ambientes lúdicos, como la piscina y el espacio chill out con chimenea, que invitan a disfrutar durante todo el año, una característica de los espacios diseñados por el estudio. Aquí vive una familia de alemanes afincados en Baleares y "enamorados de España, donde pueden disfrutar de su naturaleza, gastronomía, caballos, golf, natación y el clima, además de sus gentes", aporta la interiorista.
Un exterior para disfrutar eternamente
Una de las señas de identidad de los proyectos de Raquel Chamorro Estudio (www.raquelchamorrodesign.com) es el planteamiento que hace de los espacios exteriores, siempre orientados a ser utilizados durante los 12 meses del año. ¡Nada de únicamente en el verano! Precisamente en este especial proyecto de casa de invitados, el exterior se concibe de esta manera. La construcción disfruta de la privacidad que le da la vegetación. "Se trata de una casita con su propio entorno y, al fondo, las cuadras de los caballos, una pista y otros animales como perros y gatos que forman parte de la familia", explican desde el estudio. En la reforma de esta casita de invitados de 150 metros cuadrados se amplió la zona de porche -que ahora cuenta con 30 metros cuadrados- y el salón.
Además de este espacio exterior, la casa dispone de un porche lateral de 5 metros de profundidad que rodea toda la casa, con diversas zonas que permiten disfrutar del increíble paisaje. El suelo se revistió con piedra Campaspero. Los muebles metálicos son piezas vintages, lacadas en verde. Los sobres de las mesas, tanto las bajas como la de comer, son de barro con distintas teselas pintadas a mano. Se suman textiles realizados con telas mallorquinas.
Ampliar una casa de piedra para hacerla más confortable y funcional
A la hora de plantear el cambio de la casa de invitados, la clave residía en levantar el techo de la vivienda inicial. Para sujetar la cubierta que se colocó nuevamente, había que incorporar también refuerzos en las paredes. El exterior, con fachada de piedra de Santanyí y contraventanas de madera de teca, es la antesala a un interior de estilo clásico muy confortable. Con la unificación del interior, la vivienda se amplió en 50 metros cuadrados en su parte posterior, donde se alojó un espacio en suite con un dormitorio con zona de lectura, gran vestidor y baño.
Conexión interior-exterior
"La prioridad en la reforma era unificar esta zona a modo de loft, dejando un gran salón con cocina integrada, habitación y baño de invitados, además de un precioso porche para tomar el sol, comer y una zona de cocina exterior", explican desde Raquel Chamorro Estudio, encargados de la reforma. En cuanto al estilo de esta casa de invitados "es una mezcla constructiva del carácter mallorquín, tanto el tejado a dos aguas con vigas vistas, como los pilares propios de la zona". En el mobiliario, al ser un proyecto para un cliente alemán, se mezcla el estilo Biedermaier, con sus maravillosas maderas y vetas increíbles; con pintura contemporánea y otras soluciones más actuales para la cocina, por ejemplo, de estilo minimalista. Este espacio es el que conecta el salón con el maravilloso porche exterior, donde se prolonga la vida.
Comedor en una zona de paso
Esta es la zona de comedor, que se resuelve con mobiliario de madera oscura de línea clásica. Concretamente, con una mesa redonda y sillas. Este espacio queda cerca de la cocina y entre el salón principal y una zona de estar creada justo como antesala al dormitorio principal, ganado en la reforma con los metros que amplían la construcción.
Un pequeño estar
Este espacio es el que queda justo delante del acceso al dormitorio en suite, delimitado por una doble puerta de cuarterones de cristal. Se trata de una zona de estar, equipada con un sofá y un par de butacas con mobiliario decorativo y obras de arte en las paredes. Permite evadirse ligeramente de la vida que se esté llevando a cabo en la zona social de la casa de invitados.
Con cocina abierta al salón
La cocina aboga, como hemos mencionado, por un estilo minimalista con mobiliario lacado en color blanco roto de frentes lisos y encimera de Cosentino en gris. Se trata de un espacio que se integra en el salón, con sofás diseñados por el estudio de Raquel Chamorro, encargados en un estilo inglés, pero con una línea más actualizada a través de los tejidos de colores crudos de la firma Casamance. La propia diseñadora reconoce que "el resultado es rico, casi mágico; donde están muy bien empastadas las diferentes líneas".
El salón principal de la casa de invitados
En el interior, las ventanas y puertas son blancas, de manera que se funden con las paredes. Solo en madera destaca la puerta de salida hacia el porche. También la carpintería -rodapiés, puertas correderas y jambas- son del mismo blanco roto, "todo igualado a modo de un caparazón perfecto para resaltar, tanto el mobiliario alemán, como las obras de arte contemporáneas", indica la interiorista Raquel Chamorro. Este es el salón principal, visto desde el comedor. Queda rodeado de cerramientos acristalados que lo conectan con el exterior y permiten disfrutar de las vistas.
Un gran dormitorio con zona de lectura, vestidor y baño
En la suite, aunque la cama es de estilo Biedermaier, la chaise longue y las librerías, así como las mesitas de noche, son diseños del estudio en una línea más contemporánea. Al fondo, la doble puerta corredera comunica con un gran vestidor, que ofrece dos zonas: una para organizar la ropa y otra -a la derecha y abierta al jardín- el espacio para zapatos y bolsos. En medio queda un gran espejo. En este espacio, la iluminación entra, tanto por las puertas que se abren al exterior, como por las ventanas de tejado.
De grandes dimensiones y altura excepcional del techo
Esta es otra toma del dormitorio donde destaca en el espacio la composición de cama con mesitas de noche y lámparas de lectura. A la izquierda queda la puerta que comunica con el cuarto de baño. La altura excepcional del techo amplía el espacio, que cuenta con grandes dosis de luz natural. Al mismo tiempo, la elección de pintura en tono neutro para las paredes, vigas vistas y techo, también favorece la sensación de espacio. "Las paredes interiores son completamente lisas y las vigas lacadas en blanco roto para potenciar la luminosidad", recuerda Raquel Chamorro. Esta imagen nos invita a detenernos en el suelo, donde se empleó travertino.
El cuarto de baño en 'suite'
El cuarto de baño se decora en tonalidades grises y en blanco roto. Todo tiene un aire más actual y la funcionalidad ha sido una premisa clara en el diseño. Destaca la altura del techo, donde además se abren ventanas de tejado que dejan pasar la luz. Cuenta con una gran zona de ducha con hornacina en la pared retroiluminada. Tanto el suelo como el zócalo de la pared a media altura se reviste con azulejos de estampado geométrico, que aportan movimiento a la zona principal del baño y recuerdan a la baldosa hidráulica.