A tan solo 15 minutos de Brujas (Bélgica), en un pequeño pueblo de casitas bajas rodeadas de jardines, se encuentra el castillo familiar de la baronesa Coralie van Caloen, una auténtica obra de arte de estilo neogótico en plena naturaleza. La diseñadora de joyas nos abre las puertas de este castillo, que es único en Bélgica y conserva su mobiliario original, y descubrimos a una joven de una familia con un pasado apasionante… y con un presente y un futuro más que brillante.
El edificio data de mediados del siglo XIX y uno de los arquitectos era hijo del constructor del palacio de Westminster, de Londres. Entre sus muros han pasado destacadas personalidades, desde presidentes hasta príncipes y aristócratas, y también ha sido el escenario donde se han tomado decisiones que han marcado un antes y un después en la historia de Europa.
“La propiedad ha estado en la familia desde 1870. Su construcción empezó en 1858 por encargo de mi antepasado Charles van Caloen y su esposa, Savina de Gourcy Serainchamps”
A día de hoy, el castillo es el lugar de muchas reuniones familiares y donde la baronesa Coralie también disfruta mucho montando a caballo, una de sus pasiones desde que era niña, al igual que el diseño de joyas, un mundo en el que se adentró con apenas cinco años y que se ha terminado convirtiendo en su profesión. Un trabajo que adora y a través del cual ha podido viajar y conocer a mucha gente en todo el mundo. Uno de los países que llevará para siempre en el corazón es la India, donde se formó en el Instituto Gemológico Internacional y estuvo trabajando varios años. Sin duda, un sueño cumplido, del que nos habla mientras paseamos por las estancias de este espectacular castillo de su familia.
“Durante la Primera Guerra Mundial, el Rey Alberto I y el Ejército belga establecieron su sede aquí. El monarca invitó a personalidades y líderes de Bélgica para enmendar la Constitución e introducir el sufragio masculino universal”
—Coralie, ¿desde cuándo pertenece esta propiedad a tu familia?
—Ha estado en la familia desde 1870. El castillo se empezó a construir en 1858 por encargo de Charles van Caloen (cinco generaciones anteriores a mí) y su esposa, Savina de Gourcy Serainchamps. Los arquitectos fueron Edward Pugin, hijo de Augustus Welby Pugin, quien fue el arquitecto del palacio de Westminster, en Londres, y Jean-Baptiste Béthune.
—Seguramente tiene una historia fascinante.
—Durante la Primera Guerra Mundial, después de que los alemanes se retiraran, el Rey Alberto I y el Ejército belga establecieron su sede en este castillo. El monarca invitó a personalidades y líderes de Bélgica para enmendar la Constitución e introducir el sufragio masculino universal. También invitó a otros reyes y líderes europeos para discutir el futuro de Europa.
—¿Qué personalidades lo han visitado?
—Por aquí han pasado grandes personalidades, como Raymond Poincaré, presidente de la República Francesa; el príncipe imperial de Japón, así como el Rey Jorge V y sus hijos, Eduardo, príncipe de Gales, y Alberto, el por entonces futuro Rey Jorge VI. También lo visitó el marqués de Villalobar, quien representaba al Gobierno español y era muy apreciado por el pueblo belga.
—Es un edificio espectacular. ¿De qué estilo es?
—La arquitectura del castillo es neogótica, un estilo muy religioso y nostálgico de la Edad Media. Todo el mobiliario ha sido hecho en el lugar, de acuerdo con la arquitectura. Es el único castillo neogótico en Bélgica que todavía conserva todo su mobiliario original.
Una gran reunión familiar cada tres años
—Supongo que esta casa es un punto de encuentro familiar. ¿Cómo son las reuniones aquí?
—Es realmente una casa muy importante para todos los miembros de la familia. Cada tres años organizamos una gran reunión con alrededor de 200 o 300 primos. Algunas nietas de Charles van Caloen se casaron con franceses, así que hay bastantes primos que vienen de Francia, y todos estamos muy contentos de reunirnos aquí al final del verano. Todos los miembros de la familia son bienvenidos para organizar sus bodas u otras ocasiones especiales en el castillo.
“Cada tres años organizamos una gran reunión con alrededor de 200 o 300 primos. Algunas nietas de Charles van Caloen se casaron con franceses, así que hay bastantes primos que vienen de Francia”
—¿Tienes algún recuerdo de tu infancia en este lugar?
—Todos tenemos buenos recuerdos, pero sonrío cuando echo la vista atrás y visualizo a todos los primos jugando en el laberinto del jardín.
—En algunas fotos apareces con un caballo.
—Comencé a montar a los cinco años y nunca paré. Cuando estoy en casa, monto hasta cinco veces a la semana.
—Ahora, háblanos de ti... Eres una prestigiosa diseñadora de joyas, ¿cómo surgió tu pasión por el mundo de las piedras preciosas?
—Al igual que con la equitación, empecé a hacer joyas a los cinco años y nunca paré. Me cautivaron el brillo y los destellos y guardaba cualquier cosa que pareciera una piedra. A los 16 años, vendí mi primera pieza a una amiga que estaba en el internado conmigo. Año tras año, aprendí más y más, y, a los 27, estaba lista para comenzar mi propia marca con diamantes y piedras preciosas.
Enamorada de la India y de la moda española
—¿Dónde te formaste?
—A los 22 años, después de la escuela de arte en Bélgica, me fui a Mumbai (India) para aprender en el Instituto Gemológico Internacional. Todos los días montaba a caballo a las seis de la mañana y jugaba al polo en el centro de la ciudad; luego, a las nueve, estaba en clase. Después de Mumbai, fui a trabajar a Jaipur, en el Gem Palace. Allí conocí a gente de todo el mundo. India significa para mí un gran momento en mi vida; allí he pasado algunos de mis mejores años. ¡Seguramente, fui india en mi vida anterior!
“Por aquí han pasado grandes personalidades, como Raymond Poincaré, presidente de la República Francesa; el príncipe imperial de Japón, así como el Rey Jorge V y sus hijos, Eduardo y Alberto, quien después fue el Rey Jorge VI”
—¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
—Me encanta estar en el taller y buscar piedras. Hablar con colegas de la profesión, dibujar, conocer gente, viajar… Es un trabajo muy completo. Nuestro taller se especializa en mano de obra de alta calidad y trabajamos mucho con las técnicas tradicionales de oro forjado. Probablemente, menos del cinco por ciento de las joyas contemporáneas todavía se hacen de esta manera. Eso es lo que se puede ver en las líneas botánicas que estamos mostrando. Son imposibles de hacer en serie.
“Después de estudiar en la escuela de arte en Bélgica, me fui a Mumbai para aprender en el Instituto Gemológico Internacional. Allí todos los días montaba a caballo y jugaba al polo antes de ir a clase”
—¿Cómo describirías el diseño de tus joyas?
—En mis joyas encontrarás muchas piedras preciosas, tanto coloreadas como diamantes. Me encantan las piezas más grandes, inspiradas en la fauna y la flora, en las pinturas de bodegones flamencos del siglo XVII, líneas limpias y, por supuesto, algo de inspiración india.
“Todos tenemos buenos recuerdos en el castillo, pero sonrío cuando echo la vista atrás y visualizo a todos los primos jugando en el laberinto del jardín”
—Tanto tú como toda tu familia tenéis buenos contactos. ¿Crees que eso te ha ayudado a abrirte camino en el complicado mundo de las joyas?
—Sin duda, ayuda en las primeras etapas, ya que, naturalmente, conozco a personas interesadas en las joyas. Pero nadie en mi ‘entorno’ ha trabajado nunca en joyería, así que tuve que encontrar mi propio camino por otro lado.
—Has diseñado joyas para miembros de la realeza europea, ¿te gustaría diseñar algo para la Reina Letizia? ¿Qué crearías para ella?
—Me encantaría. Le haría unos pendientes de araña para combinar con la muy buena elección de colores que ella usa. Siempre va elegante y, a la vez, sofisticada.
—¿Qué opinas del estilo de las mujeres españolas?
—Adoro el estilo de las mujeres españolas, ya que usan muchos colores, son muy audaces y elegantes. Creo que va con las tradiciones y el clima. Es un placer ver sus looks por la calle. En Bélgica, tenemos grandes diseñadores de moda, pero el estilo es diferente, al igual que el clima. Estamos en un país del norte.
—Por último, ¿tienes planes de expandirte?
—Por supuesto, ya he tenido algunas presentaciones en Madrid, París y Estados Unidos. La próxima será en Ginebra. Me encantaría también enseñar mis joyas en América del Sur.