Hace diez años, James Costos, por aquel entonces vicepresidente de HBO y muy cercano a la familia Obama, fue nombrado embajador de Estados Unidos en España y se trasladó a Madrid junto con su pareja, Michael Smith, uno de los interioristas más aclamados del mundo, para cumplir con sus cuatro años de servicio diplomático.
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Tanto James como Michael conocían ya nuestro país, puesto que llevaban varios años pasando largas temporadas en Mallorca y tenían muy buenos amigos en la zona. Su llegada a Madrid inauguró una de las épocas más divertidas y de mayor complicidad entre los dos países. En la embajada se celebraron encuentros, fiestas y reuniones donde se mezclaban emprendedores, artistas, empresarios, músicos, cineastas… y donde se pusieron en marcha muchas iniciativas, sobre todo, enfocadas a construir relaciones firmes entre España y Hollywood.
Cuando terminó aquel periodo feliz, Michael y James decidieron alquilar una casa en Madrid donde poder disfrutar de la ciudad e invitar a sus amigos. Una especie de ‘embajada extraoficial’, muy estratégica para ambos, ya que James empezó una nueva etapa como presidente de la productora Secuoya Studios y Michael trajo a nuestra ciudad su marca de elegantes telas y muebles, Jasper, y recibió numerosos encargos como interiorista.
Aquella primera casa, decorada con toda la ilusión y el buen gusto de Michael, situada en la calle Ortega y Gasset, pronto se quedó pequeña para alojar todo el universo que ambos han creado. Por eso, después de algunos meses de búsqueda, se trasladaron a su nuevo hogar. Un magnífico piso, de casi 2.000 metros cuadrados en la calle Almagro, en el castizo barrio de Chamberí.
Hoy nos abren las puertas de este lugar lleno de belleza, coincidiendo con el 60 cumpleaños de Michael, y nos hablan de sus sueños hechos realidad, de los que todavía están por cumplirse y de su vida nómada, sus grandes amigos y su deseo de seguir tendiendo puentes entre sus dos países queridos.
“Los retratos de Goya del Rey Carlos IV y su esposa, María Luisa, que están en la entrada pertenecieron a la embajada, donde estuvieron mucho tiempo”
—Feliz cumpleaños, Michael. ¿Cómo te sientes al cumplir los 60?
—Me siento genial. Siento que no hay límites. Me siento increíblemente afortunado de estar sano, lleno de más energía que incluso hace 20 años. Estoy muy emocionado con lo que estoy trabajando y lo que puedo crear. Es una época maravillosa para mí, así que estoy muy muy feliz. No tengo quejas.
—Lo celebrarás por todo lo alto, y en varios países, ¿correcto?
—Sí, voy a celebrarlo en muchos lugares. He celebrado una fiesta en Los Ángeles, otra en Londres y otra en Madrid, y todavía habrá una más en Mallorca y, probablemente, eso será todo. No está nada mal, ¿verdad?
—Nada mal, en absoluto. A tu fiesta de Madrid asistieron un montón de amigos muy queridos por vosotros. Ahora que llegas a este momento especial, ¿crees que todavía te queda un sueño por cumplir? ¿O ya has hecho realidad todos tus sueños?
—No, absolutamente no. Creo que los sueños cambian y crecen a medida que tú creces. Lo bueno de un sueño es que está siempre evolucionando. Hay mucho más trabajo que quiero hacer, muchas más cosas a las que quiero dedicarme. Pero, además, quiero explicar que las fiestas de cumpleaños no son para fortalecer mi ego o para hacerme un homenaje a mí mismo. Me encanta la producción, tener una excusa para organizar algo y compartir el momento con mis amigos. Como sabes, hemos organizado muchas grandes fiestas en Madrid a lo largo de los años.
“Compramos el apartamento al artista Manolo Valdés. No había nada de arquitectura, solo paredes grises y suelos de mármol blanco. Así que creé mi propia visión basada en los edificios históricos españoles que tanto amo”
—Es muy generoso por tu parte, seguro que todas esas celebraciones son inolvidables.
—Son muy buenas. En Los Ángeles, por ejemplo, hubo una actuación musical con un grupo de danza, un DJ, una banda... Es casi como producir una obra o un musical para mis amigos. Me mantiene alejado de envejecer, que, al final, solo está en la mente. Lo importante es compartir con los amigos.
“En algunas áreas tenemos dibujos de Saura y otras pinturas abstractas españolas del siglo XX que hemos ido coleccionando. También tenemos pinturas antiguas de viejos maestros y obras de artistas estadounidenses, como Andy Warhol”
—Nos volvemos a ver en Madrid, en tu nuevo y precioso hogar. Pero recuerdo que no hace mucho tenías otro piso en la calle Ortega y Gasset, ¿por qué cambiaste de casa?
—Las personas a las que alquilábamos no estaban interesadas en vender, así que tuvimos que buscar otra opción. Además, no tenía suficientes habitaciones de invitados y siempre tenemos muchos, como los Obama y otros amigos que vienen a Madrid. Esta nueva casa era una oportunidad para tener algo más permanente, creativo y con más espacio. Compramos el apartamento del artista Manolo Valdés, el artista contemporáneo de Valencia y que ahora vive principalmente en Estados Unidos, y lo reformamos. No había nada de arquitectura, solo paredes grises y suelos de mármol blanco. Así que creé mi propia visión basada en los edificios históricos españoles que tanto amo.
“Las fiestas de cumpleaños no son para adular mi ego o para hacerme un homenaje a mí mismo. Me encanta la producción, tener una excusa para organizar algo y compartir el momento con mis amigos”
—Sí, se nota que amas España. Pero ¿cuándo te enamoraste de Madrid?
—Creo que incluso antes de que James fuera embajador. De niño, crecí rodeado de la arquitectura española de las misiones en California, así que siempre me resultó familiar y cercana, como un eco de mi infancia. Pero cuando James fue embajador, pude apreciar aún más la arquitectura española al ver palacios, fincas de Mallorca, etcétera. Ese amor por España creció muchísimo.
Tras sus años como embajador, James empezó una nueva etapa como presidente de la productora Secuoya Studios y Michael trajo a Madrid su marca de elegantes telas y muebles y recibió numerosos encargos como interiorista
—Mezclas diferentes estilos, hay muchas piezas clásicas y también algunas obras de arte contemporáneo. ¿Quisiste hacer una combinación?
—Exactamente. En algunas áreas tenemos dibujos de Saura y otras pinturas abstractas españolas del siglo XX que hemos ido coleccionando. También tenemos pinturas antiguas de viejos maestros y obras de artistas estadounidenses, como Andy Warhol. Cada estilo tiene su propio espacio en el apartamento. Lo interesante ha sido crear mi propia visión de un interior histórico español, algo basado en los edificios tradicionales que tanto admiro, pero con un toque muy moderno.
—Veo que tienes unos retratos de Goya del Rey Carlos IV y su esposa, María Luisa, en la entrada.
—Sí, esos retratos pertenecieron a la embajada, donde estuvieron mucho tiempo. Carlos IV es mi Rey favorito, así que quise tener sus obras para rendir homenaje a la arquitectura neoclásica que tanto me gusta de ese periodo.
—Y qué me dices de ese impresionante biombo ‘coromandel’ del salón.
—¡Perteneció a Coco Chanel! Lo he tenido en varias casas y apartamentos, viaja conmigo a todas partes. Es una pieza con mucha historia.
“Nunca estoy el tiempo suficiente en ningún sitio. Nuestra vida en Madrid es como un libro maravilloso que nunca termino”
—Tenéis tantas residencias... ¿cómo lográis encontrar tiempo para disfrutarlas todas? ¿Cómo es vuestra vida?
—Nunca estoy el tiempo suficiente en ningún sitio. Nuestra vida en Madrid es como un libro maravilloso que nunca termino. Nunca puedo ver a todos mis amigos ni estar todo lo que quisiera. La vida se ha vuelto cada vez más ocupada. Madrid y mi trabajo en España significan crear una vida imaginaria, construir algo para un estilo de vida que anhelo poder tener algún día y pasar más tiempo allí. Tengo razones para estar en Madrid con mi oficina, la sala de exposición Greco, etcétera. Pero luego hay juntas en Nueva York y otros compromisos. Nunca llego a estar mucho en ningún sitio porque siempre estoy viajando.
“Michelle Obama fue nuestra primera invitada. Estuvo aquí en septiembre y se quedó en esa ‘suite’ a la que desde entonces, en broma, llamamos ‘la suite de Michelle Obama’. Los Obama son casi como familia para nosotros y comparten nuestro gran amor por España”
—Por cierto, nos ha llamado la atención que en una de las suites hay un retrato de Michelle Obama, ¿ha venido ya a conocer vuestra casa?
—¡Sí, fue nuestra primera invitada! Ella y el Presidente vinieron en varias ocasiones a alojarse con nosotros cuando James era embajador. Comparten nuestro gran amor por España. Ella estuvo aquí en septiembre y se quedó en esa suite, a la que desde entonces llamamos, en broma, ‘la suite de Michelle Obama’. Ellos son casi como familia para nosotros.
—Sin duda, eres el mejor embajador de España y Madrid...
—Como siempre digo, nunca planeé enamorarme tanto de Madrid y de la gente española. Pero al caminar por las calles, ver la arquitectura... Madrid se ha convertido en un sueño para mí, es donde soy más feliz. Este apartamento está pensado para un futuro en el que pueda pasar mucho más tiempo aquí. Tiene espacios muy acogedores, como la cocina y el bar, además de las zonas públicas.
—Dime, Michael, ahora que cumples 60, ¿qué es lo que más valoras en la vida? ¿Y qué lugar ocupa James en ella? ¿Cuál es el secreto de vuestra sólida relación?
—Amo a mis amigos, a mi familia, a mis tres perros (dos de ellos españoles, rescatados en Madrid, que solo obedecen si les hablamos en español). Pero James es lo primero de la lista. Llevamos casi 25 años juntos. Nuestro secreto es tener una pelea todos los días sobre algo tonto, pero nunca discutir sobre nada realmente importante. Cualquier relación requiere trabajo y tensiones, pero lo fundamental es ponerse de acuerdo en los valores y pilares básicos.
“Nuestro secreto es tener una pelea todos los días sobre algo tonto, pero nunca discutir sobre nada realmente importante. Cualquier relación requiere trabajo y tensiones, pero lo fundamental es ponerse de acuerdo en los valores y pilares básicos”