Decorar la pared del sofá con cuadros es una opción sencilla y clásica que nunca falla. Pero, como imaginarás, no se trata solo de colgar un cuadro y ya; hay muchas formas de jugar con esta idea y conseguir que este frente se convierta en punto focal del salón. Una obra de gran formato, una composición con cuadros de distintos estilos, dos o tres piezas colocadas en línea… Las posibilidades son infinitas y con cualquiera de ellas, no solo animarás esta pared, sino que también darás un toque personal a la decoración de tu salón. ¡Apunta!
Cuadros en paredes enfrentadas
Colocar una obra de gran formato centrada en la pared que queda detrás del sofá es una idea con mucha fuerza visual. Lo suyo es que el cuadro que elijas tenga un tamaño proporcional al sofá y que sus colores estén en sintonía con la decoración del salón. Con esta fórmula se creará un punto focal armonioso, además de añadir profundidad y carácter a la estancia. En este caso, el equipo de Brákara Studio para equilibrar la composición, ha decorado la pared de enfrente con otra obra de tamaño y estilo similar. Una disposición en espejo que enriquece visualmente el salón y contribuye a crear sensación de continuidad.
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En perfecto equilibrio
Otra idea es decorar la pared del sofá con cuatro láminas de la misma serie, enmarcadas de manera uniforme y dispuestas en una composición simétrica. El conjunto aportará orden y equilibrio a tu salón. Elige cuadros con un tema o colores que armonicen con la decoración existente o que contribuyan al ambiente que deseas recrear. Por ejemplo, si buscas un toque moderno y vibrante, opta por láminas pop art con colores vivos y llamativos como éstas, que revitalizan un salón decorado en tonos neutros con muebles y complementos de Jonathan Adler. Si prefieres un ambiente relajante, opta por láminas de paisajes serenos en tonos azules y verdes.
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Cuando el fondo no es neutro
Si la pared del sofá está pintada de un color intenso (azul petróleo, verde oscuro, terracota…), un cuadro bien elegido marcará la diferencia entre un salón simplemente decorado y un espacio lleno de personalidad y estilo. Así, si en el cuadro predomina un color complementario con el de la pared, el efecto será moderno y sofisticado, o si la obra es de tonos que contrasten con el fondo, se creará un efecto visual impactante y dinámico. Para que destaque también puedes ayudarte del marco y del paspartú, tal como se ha hecho en este salón diseñado por Studio Duggan.
En vertical
Sí, es cierto que lo más habitual es colocar una gran obra horizontal, pero fíjate en este salón: un cuadro en formato vertical aporta una dinámica única, además de sensación de altura. Si vas a colocar una obra figurativa es importante que la imagen guíe naturalmente la mirada hacia arriba. Esta idea es perfecta cuando en la pared se apoya un sofá con chaise longue (éste es de Nest), ya que la zona donde no hay respaldo proporciona una superficie ideal para colocar el cuadro y su verticalidad complementa la estructura del sofá, generando una composición equilibrada y muy atractiva.
Apoyado en una repisa
Este salón, un proyecto de Júlia Brunet, nos inspira con una propuesta funcional y decorativa. Y es que apoyar el cuadro en una repisa o balda es una excelente idea por varias razones. Primero, ofrece la flexibilidad de cambiar fácilmente la obra sin necesidad de hacer agujeros en la pared. Además, permite combinar el cuadro con otros objetos decorativos, como plantas o esculturas, para un diseño más dinámico y personalizado. Si en lugar de un solo cuadro, prefieres animar la pared con una composición, sitúa primero la obra más grande o la que desees que sea el punto focal, colocándola descentrada hacia uno de los lados de la repisa para evita una apariencia demasiado simétrica y rígida. Luego, a ambos lados, añade los cuadros medianos y pequeños, superponiéndolos ligeramente.
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Una composición dinámica
Con cuadros de tamaños y formatos diferentes como estos de la marca Beach House Art, es posible crear un conjunto irregular pero equilibrado. ¿Cómo? Elige un punto central y coloca la obra más grande o destacada allí. A partir de ésta, organiza los cuadros restantes de manera equilibrada a ambos lados. Procura alternar piezas verticales y horizontales y usa el mismo tipo y color de marcos para mantener un hilo conductor que unifique la composición.
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En línea
Selecciona dos o tres obras que compartan una temática o estilo similar para mantener una coherencia visual. Colócalas a la misma altura, alineándolas y asegúrate de dejar la misma distancia entre cada una para crear un aspecto ordenado y equilibrado. El resultado será una configuración sencilla pero elegante, como esta que nos propone la firma Green Lili.
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Pura simetría
¿Quieres recrear esta composición en tu salón? Es tan fácil como elegir ocho cuadros del mismo tamaño y formato, y seleccionar paspartús en colores que armonicen entre sí y complementen tanto las obras de arte como la decoración general de la estancia (en este caso, con las telas y papeles pintados de la marca Mindthegap, que distribuye Gancedo). Divide las obras en dos filas de cuatro cuadros cada una y, a la hora de colgarlos en la pared, mantén la misma distancia entre ellos, tanto horizontal como verticalmente para asegurar una simetría perfecta.
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Mix de formas, tamaños y colores
Con la mezcla de óleos, ilustraciones, cuadros antiguos, dibujos y muchos prints diferentes, lograrás una combinación visualmente muy rica. Es más: ni siquiera es necesario tanto elemento diferente. Con láminas de estilo, temáticas y tonos distintos (estas son de Desenio), también puedes lograr una composición irregular que llene el espacio de personalidad. Y si eliges marcos de diferentes diseños o colores, como blancos, negros y de madera, el look será aún más dinámico.
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Cuadros y mucho más
¿Te atreves con esta propuesta del catálogo de John Lewis? Los cuadros se han alternado con espejos estratégicamente colocados para reflejar la luz y hacer que el espacio parezca más grande, y con platos decorativos que se han distribuido de manera uniforme. El resultado es una pared dinámica y atractiva que combina diferentes formas y texturas, creando un punto focal interesante y único en la estancia que, si bien en este caso es un comedor, perfectamente podría ser el frente del sofá.