Si hay un recurso esencial a la hora de decorar un espacio ese es, sin duda, el color. Su poder es decisivo y gran parte del éxito del interiorismo dependerá de si lo elegimos adecuadamente o no. El impacto del color en un salón, por ejemplo, va más allá del tono que elijamos para las paredes o para los muebles. También es importante acertar con el color del suelo. Hoy repasamos las claves para elegirlo con éxito.
Crear contraste entre el suelo y las paredes
¿Qué criterios hemos de tener en cuenta a la hora de elegir el color de las paredes o del suelo de nuestra casa? Lo primero de todo es entender la importancia que tiene este aspecto. Desde un punto de vista decorativo, lo ideal es crear cierto contraste entre las paredes y el pavimento. Sin embargo, y aunque el color de las paredes es más fácil de cambiar, el suelo que elijamos ha de acompañarnos durante mucho más tiempo, por lo que su elección ha de ser más cuidadosa.
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Una visión global
Para decidir los colores antes hemos de valorar el espacio con visión de conjunto. No pienses en el material o el color del suelo de forma aislada; es mejor que tengas en cuenta de qué forma funciona con el resto de elementos.
El color del suelo de tu salón debe estar en sintonía con el estilo de la estancia. Piensa que los tonos cálidos, muy acogedores, son perfectos para salones de aire rústico o, incluso, clásico. Los colores neutros van bien en salones modernos de estilo minimalista. Para salones de aire nórdico, apuesta por suelos claros. Estas reglas suelen funcionar tanto si se trata de suelos de madera, como si son de cerámica o de otro material.
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¿Claro u oscuro?
La respuesta a esta pregunta estará en función de tus gustos: ¿Quieres que el suelo del salón se integre en el conjunto, o prefieres que destaque? Los colores oscuros resultan atractivos, llaman más la atención pero también oscurecen el espacio y hacen que las paredes destaquen más, si son más claras.
Los suelos más claros se integran mejor, sobre todo si el color de las paredes es claro, ya que el contraste será menor. Por el contrario, un suelo claro llamará más la atención si las paredes son oscuras.
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Ampliar los espacios
La regla general está clara: los salones pequeños en los que no sobran los metros cuadrados se perciben con mayor amplitud si el suelo es de tonos claros y naturales. Si son de madera, el roble claro sería una buena opción.
En teoría, los colores oscuros para el pavimento van mejor en salones espaciosos, ya que tienden a reducir visualmente los espacios. Sin embargo, si el suelo es oscuro y contrasta con unas paredes claras se puede conseguir mayor amplitud visual.
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La luz es esencial
Multiplicar la luz de los espacios: este es nuestro objetivo principal (o, al menos, uno de los más importantes) a la hora de decorar un espacio concreto. Y en este punto, los suelos muy oscuros no son lo más aconsejable. Por eso solemos escoger suelos claros que nos ayuden a potenciar la luminosidad. También los tonos medios son recomendables si se combinan con paredes blancas o de colores neutros.
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Resaltar las paredes
Las paredes decorativas que muestran algún recurso especial, como una pared de ladrillo, de piedra, de palillería o un papel pintado con textura, por ejemplo, se benefician de los suelos oscuros. Estos contribuyen a poner el foco en las paredes, gracias al contraste que consigue que las paredes se conviertan en el plano dominante. Si eliges alguno de estos acabados para tus paredes, apuesta por suelos de madera o de cerámica en tonos medios u oscuros.
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La textura y el carácter del material
Además del color del suelo, hay otros aspectos que determinan cómo se percibe un espacio. Cada material que elijamos para el pavimento posee una textura definida y unos colores más o menos decorativos. Por ejemplo, nos encantan los suelos de madera claros o medios, mientras que, si se trata de cerámica o de piedra, encontramos suelos oscuros elegantes y muy decorativos. Las texturas de cada suelo también definen la decoración del espacio.
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El papel del mobiliario
Como regla general, el color del suelo debe estar en armonía con el de los muebles de una estancia. Por este motivo un suelo neutro es un buen punto de partida para empezar a decorar el salón.
Si los muebles son claros quedarán muy bien sobre un suelo oscuro, pero cuando los muebles son grandes y pesados es mejor que el suelo sea de un tono más claro. Valora estos aspectos para decidir el color del suelo.
Un consejo: utiliza las alfombras para crear contrastes decorativos entre el suelo y el mobiliario. Una alfombra clara puede aligerar un suelo oscuro en un espacio donde los muebles también sean de un tono intenso.
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Suelos neutros, acierto seguro
A la hora de elegir los suelos para la casa conviene instalar el mismo pavimento para todas las estancias aunque, si se trata de madera, tendrás que dejar fuera de la ecuación a las zonas húmedas (cocinas y baños).
Para unificar los espacios con el mismo suelo, es importante elegir un suelo de un tono neutro, de un color claro o medio, no demasiado oscuro. Esto cobra todavía más importancia si la casa es pequeña o si no cuenta con demasiada luz natural.
Para aportar carácter y personalidad a los espacios puedes optar por pintar las paredes de un color complementario al del suelo. De esta forma no competirán entre ellos. Utiliza los muebles, cuadros y lámparas para crear contrastes sobre la base neutra del suelo y las paredes.
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